22-08-2019, 08:29 AM
He podido visitar dos Neko Cafés, uno en Francia, y otro en mi ciudad, en España. Os contaré cómo lo viví y os daré una opinión sincera sobre el tema.
La experiencia fue maravillosa en el primero, era un lugar muy íntimo, y las normas eran estrictas: no podías perseguir a los gatos ni obligarles a nada, eran ellos los que tenían que acercarse a ti, tampoco podías jugar con ellos de forma violenta o darles comida, y el tiempo era limitado. Los trabajadores del lugar estaban muy atentos para que nadie se saltase las reglas. Ahora bien, el de mi ciudad, es todo lo contrario, y hace ya tiempo que decidí no ir, por mucho que me guste pasar tiempo con esos animales.
En este segundo Café, todo el mundo puede entrar cuando quiera a ver a los gatos, y teniendo en cuenta que es una sala pequeña, se forman aglomeraciones que alteran a los felinos. Además, no existen normas. Si vas y tienes la desgracia de encontrarte con familias que tienen niños pequeños, ves como tratan a los gatitos como juguetes, los cogen, los llevan de un lado a otro, prácticamente los maltratan. Por ese motivo, la mayoría de gatos que se encuentran allí, huyen de las personas y son asustadizos o ariscos. He ido varias veces, y la verdad... no lo paso nada bien, siento mucha pena por esos animales. Al final, te das cuenta de que los dueños solo intentan sacar provecho, y no cuidan realmente a esos gatos.
Por lo tanto, pienso que es una iniciativa genial, siempre y cuando se sepa llevar. He de decir que creo que este segundo es una excepción, porque conozco muchos otros en los que pagas por tiempo limitado, y vigilan que nadie se sobrepase jugando o persiguiendo, por lo tanto sí que velan por el bienestar de los animalitos.
La experiencia fue maravillosa en el primero, era un lugar muy íntimo, y las normas eran estrictas: no podías perseguir a los gatos ni obligarles a nada, eran ellos los que tenían que acercarse a ti, tampoco podías jugar con ellos de forma violenta o darles comida, y el tiempo era limitado. Los trabajadores del lugar estaban muy atentos para que nadie se saltase las reglas. Ahora bien, el de mi ciudad, es todo lo contrario, y hace ya tiempo que decidí no ir, por mucho que me guste pasar tiempo con esos animales.
En este segundo Café, todo el mundo puede entrar cuando quiera a ver a los gatos, y teniendo en cuenta que es una sala pequeña, se forman aglomeraciones que alteran a los felinos. Además, no existen normas. Si vas y tienes la desgracia de encontrarte con familias que tienen niños pequeños, ves como tratan a los gatitos como juguetes, los cogen, los llevan de un lado a otro, prácticamente los maltratan. Por ese motivo, la mayoría de gatos que se encuentran allí, huyen de las personas y son asustadizos o ariscos. He ido varias veces, y la verdad... no lo paso nada bien, siento mucha pena por esos animales. Al final, te das cuenta de que los dueños solo intentan sacar provecho, y no cuidan realmente a esos gatos.
Por lo tanto, pienso que es una iniciativa genial, siempre y cuando se sepa llevar. He de decir que creo que este segundo es una excepción, porque conozco muchos otros en los que pagas por tiempo limitado, y vigilan que nadie se sobrepase jugando o persiguiendo, por lo tanto sí que velan por el bienestar de los animalitos.