[Million]

Samanta daba un sobresalto al ver en el suelo a una especie de roedor, el cuál corrió hacia ellos en cuánto las luces se prendieron, a lo que Samanta salió al momento de la casa, puesto que detestaba los roedores.

-Aileen, pequeño travieso.- decía Joseph al levantar del suelo a un pequeño erizo -¿Dónde es que está tu dueña?- preguntaba mientras jugaba con él -Pasa, es inofensivo.- decía a Samanta.

-¿Pe... pero qué es lo que es eso?- decía Samanta sin moverse.

-Un erizo, su nombre es Aileen, y es, junto a mi hermana Liz y yo, uno de los inquilinos en casa de Xan; lo ha rescatado de unos contrabandistas hace tiempo, era mucho más pequeño en ese entonces.- decía Joseph.

-¡Ai, pequeño bribón!- gritaba Xan, una bella mujer de tez clara y cabello negro, entrando a la casa, pasando de Samanta por completo -Salgo a pasear un poco y mira con qué me encuentro.- decía Xan, con Aileen en sus manos.

-Xan... hola, em, verás, he traído a alguien a que pase la...- apenas decía Joseph cuando con un "Sí, sí, que se quede." de Xan le interrumpía mientras iba a la sala principal a dejar a Aileen en su extensa pecera, cambiando de lugar su rueda de ejercicio para que no la usara para escapar de nuevo... cómo solía hacer.

-¿Y Liz?- preguntaba Joseph, mientras veía a Samanta, quien ya iba entrando a la casa.

-¿No te lo dijo ayer? Ha salido a quedarse en casa de Ani.- explicaba Xan mientras salía de la sala... -Vaya que es una chica bella la que te has encontrado, Josi.-

Samanta se ruborizaba mientras Joseph le presentaba con Xan, quien gustosa de tenerle en casa pasa a estrechar su mano y dar un beso en su mejilla.

[Edward]

Poco a poco la cosa se fue terciando a algo mas amigable y menos vergonzoso para Sam, la señora Xan, que al parecer se daba cuenta de lo que ocurría, creó un ambiente mas distendido para que la muchacha se sintiera mas como en su casa.
La verdad es que Xan sabía como darle la vuelta a las situaciones y convertirlas en algo relajado.

Cuando Samanta pasaba su mirada por todo el interior del salón. Pudo observar que era un lugar con cierta magia, algo había, pero ella no sabía que podía ser. Una sensacion agradable pero perpleja de estar viendo un mundo que no era del todo real.
Xan llamo a Joseph y le dijo suavemente a Samantha que esperase en el sofa que ahora volvían.

Joseph y Xan se adentraban en lo que parecia una cocina y a su paso cerraban la puerta. Murmullos de arobacion y algo que no supo identificar. 
No tardaron mucho en salir, Joseph miraba a Sam con rubor y Xan con una mirada divertida por hacerle pasar por eso a estos dos chicos.

[Million]

Mientras tanto, en casa del padre de Samanta, Gabriel forcejeaba con su padre mientras que su madre les veía.

-Cálmate, por el amor de Dios, Gabriel, ya es suficiente.- decía su padre, sin poder anteponerse mucho contra la fuerza de Gabriel.

-Te he dicho que te quites de enfrente, papá, Samanta no está segura en la zona Azul de la ciudad, ese lugar está lleno de gente que para nada es amigable.- dice Gabriel tratando de quitar a su padre del frente.

-Hijo, pero por favor, explícate, nos estás asustando.- pedía su madre.

-No hay tiempo de eso, madre; de contarlo ahora sería más tiempo en que Samanta ha de estar allá...- decía Gabriel, pero es interrumpido por un claxon -Viviana ya está en el frente, así que déjenme ir.- agrega.

-Pero...- trataba de articular su padre cuando Gabriel ya caminaba a la puerta.

-Si Viviana ha venido es porque en verdad es urgente, cariño.- decía la madre de Gabriel tomando las manos de su esposo.

-Le traeré de vuelta antes de que amanezca.- dice Gabriel y cierra la puerta.

Mientras que Viviana y Gabriel iban en marcha repasando la dirección dada a los padres de Samanta, el padre de Gabriel se lamentaba ser tan viejo, de lo contrario podría no estorbarle a Gabriel si algo malo pasaba.