08-05-2018, 09:40 PM
Este creepy lo leí hace mucho tiempo pero me pareció que vale la pena compartirlo con ustedes ya que a mi parecer es algo simple pero bastante bueno a mi gusto. Disfrútenlo.
Un hombre fue al hotel y se dirigió a la recepción para registrarse. La señora que atendía le dio su llave y le comentó que en el camino de su habitación, había una puerta sin número, que estaba cerrada y que a nadie le estaba permitido entrar. En especial que no debían mirar dentro del cuarto, bajo ninguna circunstancia. El sujeto siguió las órdenes de la recepcionista y se fue a su habitación.
La siguiente noche, su curiosidad no lo dejaba en paz, así que el hombre decidió ir a revisar la puerta sin número. Cruzó el pasillo y llegó al cuarto; trató de abrir la perilla, desde luego estaba cerrada. Se agachó y miró por el cerrojo. Sintió como una brisa fría en su ojo.
Lo que vio fue simplemente una habitación común y corriente como la de él, pero en la esquina de ésta, había una mujer cuya piel estaba totalmente blanca. Estaba recargada con su cabeza contra la pared. El tipo se confundió un poco. Estuvo a punto de tocar, pero decidió no hacerlo.
Esta decisión salvó su vida. Se retiró y volvió a su cuarto. Al día siguiente, volvió a la puerta sin número y volvió a mirar por la rendija de la perilla. Esta vez sólo veía rojo. No podía hacer nada más que ver que sólo un color rojo que no se movía. Pensó que tal vez la gente del cuarto lo había descubierto y que probablemente había tapado la mirilla del otro lado con algo rojo.
Para este punto, el sujeto se fue con la señora a preguntarle y calmar su curiosidad. Ella suspiró y le dijo:
¿Miraste por la mirilla de la puerta?
Él contesto que sí, a lo que ella le comentó:
Supongo que puedo contarte la historia: Hace tiempo un hombre asesinó a su esposa en esa habitación y desde ese entonces el espíritu de esa mujer merodea ese lugar. Pero esta gente no era ordinaria, tenían la particularidad de que su piel era totalmente blanca, lo único que resaltaba eran sus ojos rojos.
Un hombre fue al hotel y se dirigió a la recepción para registrarse. La señora que atendía le dio su llave y le comentó que en el camino de su habitación, había una puerta sin número, que estaba cerrada y que a nadie le estaba permitido entrar. En especial que no debían mirar dentro del cuarto, bajo ninguna circunstancia. El sujeto siguió las órdenes de la recepcionista y se fue a su habitación.
La siguiente noche, su curiosidad no lo dejaba en paz, así que el hombre decidió ir a revisar la puerta sin número. Cruzó el pasillo y llegó al cuarto; trató de abrir la perilla, desde luego estaba cerrada. Se agachó y miró por el cerrojo. Sintió como una brisa fría en su ojo.
Lo que vio fue simplemente una habitación común y corriente como la de él, pero en la esquina de ésta, había una mujer cuya piel estaba totalmente blanca. Estaba recargada con su cabeza contra la pared. El tipo se confundió un poco. Estuvo a punto de tocar, pero decidió no hacerlo.
Esta decisión salvó su vida. Se retiró y volvió a su cuarto. Al día siguiente, volvió a la puerta sin número y volvió a mirar por la rendija de la perilla. Esta vez sólo veía rojo. No podía hacer nada más que ver que sólo un color rojo que no se movía. Pensó que tal vez la gente del cuarto lo había descubierto y que probablemente había tapado la mirilla del otro lado con algo rojo.
Para este punto, el sujeto se fue con la señora a preguntarle y calmar su curiosidad. Ella suspiró y le dijo:
¿Miraste por la mirilla de la puerta?
Él contesto que sí, a lo que ella le comentó:
Supongo que puedo contarte la historia: Hace tiempo un hombre asesinó a su esposa en esa habitación y desde ese entonces el espíritu de esa mujer merodea ese lugar. Pero esta gente no era ordinaria, tenían la particularidad de que su piel era totalmente blanca, lo único que resaltaba eran sus ojos rojos.