Hola chicos. Sé que ha pasado tiempo desde que subí el último capítulo, pero había estado ocupada con diversas cosas y bueno, me demoré un poco más en escribir este capítulo.
No es tan emocionante como los demás a mi parecer(?) pero la idea es que la historia se siga desarrollando. Igual, espero que les guste :)
Yo creo que ya el capítulo 5 estará más rápido, o eso espero.
¡Muchas gracias por leer!
No es tan emocionante como los demás a mi parecer(?) pero la idea es que la historia se siga desarrollando. Igual, espero que les guste :)
Mostrar ContenidoSpoiler:
Entró a la habitación desconocida detrás de Ciro, sumamente nervioso. Espaciosa, con todo lo necesario para sobrevivir por un buen tiempo sin tener que dejarla, de tonalidades blancas y rojas, brindando una apariencia serena, imperturbable. En el techo lograban visualizarse montones de flores (distintas entre sí) suspendidas en el aire. Lars divisó una pequeña mesa blanca en medio de la ya mencionada habitación, dando soporte a un gran florero del mismo color repleto de rosas azules, las mismas rosas que había visto en el jardín horas atrás.
Ciro se detuvo frente a un sofá, e hizo contacto visual con el único joven descansando allí. El joven le devolvió la mirada, incómodo, desafiante. Lars percibió odio puro en sus hermosos ojos de tonalidades lilas, preguntándose si aquel joven tenía buenos motivos para sentir odio hacia el científico; y si él, en algún momento u otro, llegaría a sentir algo similar.
-Traigo al nuevo integrante del grupo, Lile -Ciro apuntó con su brazo en dirección a Lars. Lile le dio un fugaz vistazo al niño y volvió a fulminar con su mirada al científico -. Estoy seguro que se llevarán excelente. Después de todo, él es una pieza fundamental para tu evolución, y para nuestra fructífera investigación.
Lile se levantó de un golpe, con claras intenciones de dañar a Ciro. El científico tocó la pantalla de su brazalete inteligente y en menos de un segundo Lile cayó al piso, golpeando su brazo derecho, quejándose de dolor, ahogándose al mismo tiempo. Lars observó la escena, horrorizado, notando un collar apretándose sobre el cuello del joven, progresivamente, quitando el aire de sus pulmones poco a poco.
-No entiendo cómo puedes ser tan terco, mocoso -Ciro desactivó el collar y Lile volvió a respirar. Inspiró una enorme bocanada de aire entre tosidos secos -. Llevas diez años en este lugar y todavía no aprendes modales...bien merecido te tienes todos estos castigos dolorosos.
Ciro volteó y caminó en dirección a la enorme puerta de acero gris de la habitación, con claras intenciones de abandonar el lugar. Lars no movió ni un músculo de su cuerpo, estaba muy asustado por la clara tensión del ambiente.
-Te voy a asesinar, viejo asqueroso...-Lile se levantó, sacudió un poco su cuerpo, y volvió a sentarse en el sofá, esta vez manteniéndose alerta. No despegó sus penetrantes pupilas de la nuca del científico, una mirada fría, casi muerta.
Ciro se limitó a reír y guió sus pasos fuera de la habitación. La puerta de acero se cerró tras su espalda, emitiendo un ruido seco y preciso. Lars, entonces, dejó caer su cuerpo sobre el alfombrado bajo sus pies, suspirando exhausto. No podía darse una idea precisa de qué sería de él en ese laboratorio, mucho menos luego de presenciar el castigo de Ciro hacia Lile.
-Levantate...-Lile caminó en dirección al niño y extendió su brazo ya estando a su lado. Lars analizó la mirada del joven una vez más, y se sorprendió al percibir amabilidad de su parte -. Sé que ha sido duro para ti, lo ha sido para todos los que estamos acá. Aprovecha de descansar lo que puedas, te arrepentirás si no lo haces.
-Gracias...
Aceptó la ayuda de Lile y se puso en pie, ya más relajado. Los dos caminaron hacia el sofá y se sentaron juntos, en completo silencio. Lars se preguntó si sería así a partir de aquel momento, si el silencio predominaría en su vida como nunca antes lo había hecho. Extrañaba el barullo interminable de Julian y las expresiones efusivas de Bast. Extrañaba al grupo en general, a pesar de la vida difícil que sobrellevaban día a día.
-¿De dónde vienes? -El joven de ojos lila rompió el silencio. Adoptó posición de loto aún arriba del sofá, situando sus manos sobre sus rodillas.
-Del distrito N-16. La verdad, no tengo idea cómo llegué a este lugar. El día transcurría normal y de la nada desperté cerca de un gran jardín con una notoria molestia en la parte posterior de mi cuello. Allí estaba Ciro...y acá estoy yo, ahora, sin saber qué está sucediendo.
-Hmmm...no me sorprende. No te preocupes demasiado, de todas formas. Si te comportas bien no sufrirás tanto las adversidades de este laboratorio...mientras te quedes con nosotros y no confíes en los demás, podrás sobrevivir.
-¿Nosotros? -preguntó Lars, confundido. Estaba seguro que sólo Lile le acompañaba allí.
-Nina y yo. Actualmente vivimos acá, en esta habitación. Hay más jóvenes en el recinto, claro está; pero se nos separa por importancia. Si estás aquí...eres muy importante. Algo vieron en ti, algo que quizás para ti es irrelevante.
-¿Hay alguien más aquí? -Lars observó, curioso, a sus alrededores.
-No...Nina no está aquí ahora mismo. Vinieron por ella a primera hora de la mañana, necesitaban de ella. Debería llegar...en algunos minutos.
El silencio volvió a predominar en el lugar; Lars lograba percibir la respiración algo molesta y agitada de Lile, nada más. No pensaba de él como una amenaza, al menos no hasta ese punto. No podía afirmar que se sentía completamente cómodo a su lado...Lile poseía una esencia muy fría y solitaria. Una esencia que daba a entender a creces que no quería cargar con aflicciones ajenas. Probablemente sólo estaba siendo respetuoso y quizá algo empático con la situación.
Lars pensó en intercambiar alguna que otra palabra con el joven a su lado, después de todo infería que gozaría de su compañía la mayor parte del tiempo. Cuando se decidió, finalmente, a formular palabras, Lile se levantó alarmado y se situó frente a la gran e imponente puerta de acero. Se quedó quieto, similar una estatua; y cerró los ojos, concentrándose lo suficiente para percibir los sonidos exteriores sin dificultad.
La puerta se abrió de golpe y por ella entró una joven de largos cabellos y frágil figura. Lile le atrapó entre sus brazos, impidiendo que cayera sobre el alfombrado y se hiciese daño. Lars dibujó una mueca de tristeza al analizar más a esa joven: llevaba montones de parches sobre la piel de sus brazos, lucía unas ojeras enormes, casi negras; y de por sí daba el aspecto de no estar pasándolo bien allí. En su cuello yacía el mismo collar letal y apretado que llevaba Lile.
Ella se sujetó de los hombros del joven, buscando soporte, apretándole con sus uñas un poco. Le intentaba expresar sin palabras que no se dejara llevar por la angelical apariencia de la mujer detrás de ella, que no confiara en sus palabras vacías, que no continuara haciéndose ese daño a sí mismo...Lamentablemente, él no podía escucharle, más bien, no podía entenderle, no quería entenderle.
Lile soltó suavemente a Nina y le observó a los ojos con cariño.
-No te preocupes por mí. Descansa -le dijo, y caminó hacia la mujer. Ella le esperaba en el umbral de la puerta, acomodando su larga bata blanca (similar a la de Ciro). Cuando vio al joven cerca, se cruzó de brazos y le apresuró con un ademán hostil, demandante.
El pequeño en la habitación no podía creer el repentino cambio en el lenguaje corporal de Lile. De demostrar seguridad en sí mismo y hostilidad pura, a parecer sumamente sumiso y tímido hacia el mundo, más bien, hacia esa mujer. ¿Quién era ella, exactamente? Un pequeño escalofrío recorrió la espalda de Lars cuando, por una mínima fracción de segundo, sus miradas chocaron. ¿Estaría obligado, también, a irse con ella algún día? Su esencia no le daba buenas vibras...
La gran puerta de acero volvió a cerrarse, desvaneciendo la imagen de la científica y de Lile, produciendo el mismo ruido seco y pesado característico. Nina apretó los puños e intentó respirar profundo...sentía un gran peso en la garganta y en todo su cuerpo. Tan absorta en sus pensamientos se encontraba que obvió la presencia de Lars allí hasta que decidió voltear. Se petrificó, similar a una estatua; y le observó atentamente, intentando unir los hilos correctos en su cabeza para darse una idea de quién era ese niño y qué hacía allí. No tardó mucho tiempo en adivinar la respuesta correcta...lamentó que las cosas fuesen así. La ansiedad dominó su pensar al recordar todos aquellos rostros desechados y asesinados...todos esos niños y sus futuros arrebatados abruptamente por ambiciones morbosas.
Se agachó frente a Lars lo suficiente para poder platicar con él frente a frente. Le costaba pensar en las palabras adecuadas que decir en una situación de aquel calibre...un secuestro. Mantuvo el silencio y desvió la mirada un poco...la mirada intensa del pequeño le daba mucho en qué pensar.
-No te preocupes. Sé que no me conoces, pero estarás bien aquí. Me encargaré de que así sea...-volvió a pegar su mirada en las pupilas curiosas de Lars y le regaló una sonrisa impregnada de amabilidad.
Lars pudo sentir la sinceridad de Nina en sus palabras y en su sonrisa...la esencia de la joven difería completamente de la esencia que emitía Lile. Sin embargo, el pequeño resultaba ser lo suficientemente inteligente para acertar en el pensamiento que su cabeza no dejaba de formular: de no ser por su presencia allí, Nina se hubiese echado a llorar sin remedio...
-Bast...se supone que debías causar una distracción, no emborracharte en la barra -Karin respiró aliviada y bajó su pistola automática, soltando sus brazos. Bast se había encargado de derribar a los tres soldados en una batalla limpia y rápida. No entendía cómo los sentidos de su amiga podían mejorar cada vez que su mente volaba en otro lugar -. ¡Qué intenso fue todo! Todavía me tiemblan las piernas...extraño mi cañón de plasma...esta pistola es inútil contra esas armaduras.
Bast saltó los cuerpos inmóviles de los soldados y se abrió paso hacia Karin. Sabía que una rápida retirada del recinto resultaría ser más que sabia. No quería verse rodeada por refuerzos...y menos por los guardias del bar. Responder por sus actos (tales como reventar botellas repletas de alcohol sobre sus cabezas) no era lo suyo, realmente.
-Ay, Karin...no te preocupes. Sigo lo suficientemente lúcida para entender lo que está ocurriendo. ¡Por poco, pero lo hago!
Las dos caminaron por el pasillo hacia la habitación en cuestión. Patch estaba allí, agachado, hablando con Mia, la niña que planeaban secuestrar. Estaba la madre de la pequeña también, luciendo una expresión consternada y para nada relajada.
-Informa más respecto a la situación, Pitah -Bast habló a su brazalete inteligente, esperando que Pitah le estuviese escuchando como debía.
-Los guardias comienzan a moverse nuevamente, chicas. Tienen que salir de allí...¡AHORA YA!
-Todo estará bien si vienen con nosotros -Patch se deshacía dando explicaciones a Iris, la madre de Mia. A pesar de todo, dejar toda su vida así sin más se le hacía bastante difícil a la mujer-. Sé que esto es muy difícil para usted, Iris...no deje que las cosas se vuelvan más difíciles, su hija corre real peligro. Esto no es una broma.
Karin percibió que Bast comenzaba a irritarse con el titubeo de la mujer. Antes de que el alcohol le hiciera tomar malas decisiones a su amiga (como la necesidad de explotar y actuar con ademanes violentos), la joven de la pistola automática dio un paso en frente, acaparando la atención de Iris y Mia. Quería ayudar a Patch en esa tarea tan complicada.
-Sé que no le conozco y usted no me conoce a mí...-Karin tragó saliva, algo nerviosa.- y sé que tal vez es a Patch de quien posee mayor conocimiento...pero, como persona, no puedo quedarme tranquila al ver su indecisión en un asunto de vida o muerte...Entiendo que todo es bastante repentino para usted; sin embargo, nosotros hemos perdido a un miembro de nuestra familia al igual cómo usted estuvo a punto de perder a su hija. Y no nos gustaría que pasara por el mismo dolor e incertidumbre. Tome la decisión correcta...
-Entiendo qué es lo que debo hacer. Sólo...es difícil dejar toda una vida. Y, es más perturbador aún pensar que fue mi esposo quien planeó todo esto...y con su propia hija.
Mia no dijo ni una palabra. Se notaba a creces que sólo quería irse de allí y llorar un rato, si le terminaba siendo posible luego del escape. Bast vio la desilusión de la pequeña en sus ojos, en sus facciones; y por un momento le dieron ganas de correr, buscar al maldito de su padre para darle unos buenos que le enseñaran algo de decencia. La voz de Pitah interrumpió su pensamiento extremo y volvió a la realidad.
-Julian y Didier ya están en posición. Revisen el mapa, la ubicación está marcada allí mismo. Hay una salida por la puesta trasera, si caminan en línea recta -Pitah respiró hondo, tomando algo de fuerzas en su voz, y volvió a alertar al grupo-: Si no salen de allí en los próximos dos minutos, se meterán en problemas. ¡Recuerden la misión!
-¿Ya lo oyó, Iris? -Patch tomó la mano de Mia y caminó hacia la puerta -. Vamos, no tenemos tiempo que perder. Luego podremos hablar mejor de lo sucedido.
Iris no tuvo más opción que seguir a Patch y a los demás. Quería huir de ese lugar antes de que las cosas escalaran hasta volverse trágicas, pero los recuerdos que mantenía esa casa, en específico, resultaban lo suficientemente poderosos para causar incertidumbre en su corazón respecto a lo correcto y lo incorrecto.
Bajaron las dos escaleras en un dos por tres, y salieron veloces por la puerta trasera de la casa. Atravesaron el lujoso jardín repleto de estatuas lujosas y plantas exóticas, dirigiendo sus pasos hacia la ubicación marcada en el mapa inteligente. Ninguno de ellos habló en su escape, y en más de una ocasión voltearon un poco sus cabezas sólo para verificar el no tener compañía poco bienvenida allí.
No se detuvieron hasta ver a Julian y Didier a la distancia, haciendo señas con sus brazos, al lado de una pileta brillante expidiendo agua de distintos colores. Los dos se mantenían expectantes ante cualquier infortunio; y estaban pendientes de las comunicaciones de Pitah y los demás por si debían actuar.
-¡Ah, estaba tan asustado! -Julian corrió y se acercó lo suficiente a Karin para darle un abrazo, buscando un poco de soporte emocional. Karin le rodeó con sus brazos y levantó una ceja algo molesta.
-Pareces menor, Julian. Deberías darme un buen ejemplo y ánimo, no buscar apoyo emocional en mí -dichas esas palabras dio dos golpes más que fuertes a la espalda de su compañero, y se separó de él para centrar su atención en Didier. Éste último mantenía sus manos en la parte posterior de su cuello -. ¿Todo bien? ¿Qué procede ahora?
Bast se acercó a Julian sigilosamente por detrás de su espalda y le dio un abrazo apretando fuertemente sus hombros. Los quejidos del joven aumentaron poco a poco, tornándose más ruidosos cada segundo.
-¿Querías un abrazo? Aquí tienes tu abrazo -rio maliciosamente. Julian siempre le resultaba un dolor de cabeza y aprovechaba las instancias así para “vengarse”. Le apreciaba como a todos los demás, en el fondo.
-Eh...ignora todo eso, ¿supongo? -Didier situó su mano derecha sobre el hombro izquierdo de Karin -. Me alegra saber que todo salió bien...pero, ¿dónde está la chica, el contacto de Cyril?
Patch no pudo evitar realizar una mueca de frustración al escuchar las palabras de Didier. Prefirió observar a Iris y Mia para evitar la situación que siempre terminaba llegando a su vida: asombro por parte de aquellos escuchando su voz femenina. Terminó sonriendo a la pequeña y apretó su mano.
-Ahora estás a salvo. Las dos están a salvo. Ya habrá tiempo para resolver el misterio...debemos continuar avanzando -expresó.
-Muchas gracias, Patch. Y perdona mi terquedad hace un momento...la situación es increíble, no pensé que recibiría traición de mi propia familia.
El joven médico se sintió más que aliviado al escuchar tales palabras.
-Ah, sobre eso...no era una chica, después de todo. Se trata de Patch, el joven que divisas junto a la niña y su madre, Mia e Iris, respectivamente. Admito que fue algo difícil encontrarle...tiene sentido lo de la confidencialidad -Karin recordó la sorpresa que experimentó al enterarse sobre la verdadera identidad de Patch.
-Bien, chicos -la voz de Pitah resonó en el brazalete de Bast. Ella soltó a Julian (para su suerte), centrando toda su atención en la voz de su compañero no presente allí -. Ya me he cerciorado de que no existan peligros en el camino que tomaran ahora mismo. He desactivado todas las cámaras y sensores de movimiento. De este modo, nadie podrá obtener información respecto a nuestro paradero posterior.
-¿Y dónde te encuentras ahora mismo? -preguntó Julian, intentando devolver la movilidad a sus hombros -. ¿Estás en el mismo lugar de antes?
-No, no estoy allí. Les marcaré la ubicación en el mapa, nuevamente. Rose y Koen están conmigo.
-¿Rose y Koen? -preguntó Bast, curiosa -. Bueno, qué importa, no les conocemos por el momento. Sólo marca tu ubicación e iremos hacia allá.
Didier, Julian, Bast, Patch y Karin revisaron la ubicación en el mapa del brazalete. Mia observaba todos los pequeños detalles más que sorprendida. Le causaba curiosidad saber más sobre el grupo...saber el porqué le estaban rescatando y se esforzaban tanto en ello. ¿Para quien trabajaban? ¿Quién quería verle a salvo? Negó con la cabeza, desviando sus pensamientos, cuando su madre apretó su mano derecha y le guió por la calle a paso rápido, siguiendo la dirección de los jóvenes a cargo.
Fue un viaje de sólo dos largas cuadras, demasiado tranquilo para el gusto de Bast. Mantuvieron silencio con tal de no llamar la atención incluso si no divisaban ninguna otra alma en el lugar. Finalmente se encontraron con Pitah apoyado en una pared de concreto, junto una chica de contextura levemente gruesa llevando puesto un buzo entero de color rosa claro. Su cabello colgaba en dos coletas altas. Koen descansaba sentado cerca del vehículo que terminaría sacándolos de allí.
-Ahhh~ sabía que podíamos confiar en ti, Pitah -Julian se acercó a su compañero de equipo y los dos chocaron puños en un ademán amistoso.
-¡Venga, suban al vehículo, será divertido! -Rose (la chica del buzo) gritó emocionada hacia el grupo. Dio un golpe al costado del vehículo y subió a conducir, esperando que los demás se animaran a subir también.
-¡Vaya! ¡Es un lindo transporte! -Mia se acercó y subió por la puerta trasera sin sentir ni un poco de miedo. Comenzaba a encontrarse más cómoda con la situación. Confiaba en Patch y en sus decisiones. Su madre le siguió y subió también. Rose sonrió al notar que gozaba de compañía allí adentro.
El vehículo que todos observaban lucía similar a la estructura exterior de un auto común y corriente, siendo éste levemente más largo y espacioso. El color del acero variaba entre negro y naranja, y no poseía ruedas para avanzar. Levitaba un poco sin llegar a descontrolarse. Karin analizó más de cerca (activando el aumento de su ojo derecho) las “llamas” tocando el concreto, aquello que mantenía estable el vehículo en sí. Plasma potenciado, reuniéndose en el mismo lugar, girando constantemente. Le parecía fascinante ver aquello en persona...los vehículos en el distrito N no poseían ese tipo de tecnología.
Didier caminó y subió al vehículo, Bast y Julian le siguieron. Koen esperó que Karin y Pitah subieran, de igual forma, para hacerlo él. Patch se sentó en el asiento del copiloto, dando un vistazo nervioso a la conductora. Conocía la impulsividad y el optimismo casi inquebrantable de Rose...así mismo, conocía su descuidada forma de manejar. No titubeó y aseguró el cinturón de seguridad en su cuerpo...como médico conocía muy bien las consecuencias de los accidentes automovilísticos, y no deseaba pasar por algo similar.
Rose puso en marcha el vehículo, avanzando en línea recta por la larga calle vacía. Pitah se encargó, mediante el software invasivo de su brazalete inteligente, de desactivar todas las cámaras de seguridad u tecnologías de seguimiento del camino. A medida que dejaban atrás el perímetro en sí, volvía a activarlas para no causar mayores sospechas e inconvenientes.
-Este software es fenomenal -expresó el joven, examinando minuciosamente todas las opciones y funcionalidades del mismo -. Estoy seguro que, con el conocimiento necesario, sería posible invadir la base de datos central de este distrito.
-Sí, sí, habla de tus números y de tus códigos todo lo que quieras...-Bast dio un pequeño empujón a Pitah -. Para mí es mejor simplemente abrirme paso golpeando todo. Siempre funciona.
-Te he salvado el trasero más de diez veces con estos números y códigos, ¡LOCA!
Los ánimos del vehículo tomaron un rumbo bullicioso. Entre tanto movimiento y gritos, nadie entendía muy bien qué sucedía, o prestaba atención a las calles recorridas. Sólo Pitah, concentrado en lo suyo, ignorando las bromas de Bast.
Rose detuvo el vehículo frente a una gran cerca negra. No se visualizaban edificios cercanos, sólo se veían, a la distancia, aquellos más altos del centro del distrito. Patch respiró aliviado y tocó tierra firme con sus pies. Todos bajaron, uno tras del otro, y observaron curiosos sus alrededores. Sin cámaras, sin compañía...sólo la cerca y una gran porción de enormes prados verdes.
-Yo me encargaré del vehículo. Sigan a Patch y Koen, les guiarán hacia nuestro lugar secreto.
Abrieron la cerca y bajaron las escaleras hacia una puerta de madera antigua. Patch abrió la puerta y continuó bajando unas segundas escaleras mucho más extensas. El interior de ese recinto, por dentro, se había construido utilizando materiales de última generación; y mantenía un olor fresco, casi nuevo.
-¿Qué hace un andén acá? -preguntó Didier, al ver las vías subterráneas.
-Cada momento que pasa me sorprendo más con todo esto de Night Bird...-Karin inclinó su cabeza lo suficiente para observar a los costados del andén. Hacia el lado izquierdo sólo divisó una pared; y a la derecha, al contrario, una vía larguísima bastante empinada, descendiendo a un destino desconocido.
-Yo también me sorprendí cuando me comentaron sobre este proyecto -Patch dejó escapar una risa suave -. La idea de una base de operaciones bajo tierra no hacía mucho sentido en mi mente. Resultó bastante útil, la verdad. Estamos lo suficientemente excluidos para gozar de seguridad las veinticuatro horas del día.
Bast jaló un brazo de Karin al visualizar que el tren se acercaba desde la derecha hacia ellos, guardando precaución. El andén en sí presentaba una barrera cilíndrica sobre las vías. Éstas vías constaban de una guincha gruesa de color negro y dos barras de acero a los lados causando contención. La guincha se repletaba de energía plasmática al sentir el peso del tren encima, deslizando el mismo, dándole una velocidad impresionante a largas distancias. El diseño del ya mencionado tren parecía una bala larga.
-Se maneja solo -habló Koen, saltando sobre el tren al notar las puertas abiertas.
-Este es un larguísimo viaje, al parecer -Julian empujó al grupo hacia el interior del tren, esperando relajarse un poco luego de la tensa misión. Se preguntaba qué habría pasado en el bar luego del escape.
Se acomodaron en los blandos asientos del tren, encontrando algo de descanso en esa simple acción. No pasaron ni cinco segundos desde que las puertas automáticas se cerraron frente a sus ojos, y el tren alcanzó su máxima velocidad. La energía plasmática resultaba tan estable que, a pesar de la velocidad y el recorrido brusco del tren, el interior no sentía las repercusiones ni las turbulencias.
Fuera de las ventanas se percibía interminable oscuridad. Bajaban y bajaban por el túnel que parecía ser eterno. La luz se hizo presente minutos más tarde, dejando ver el recinto enorme de la base de operaciones oculta perteneciente a Night Bird. Las vías del tren terminaban abruptamente cerca de una pequeña habitación estructurada puramente de vidrio y acero. Cyril les esperaba frente a ella.
Bajaron del tren y tocaron tierra firme. Pasto sintético. El recinto estaba techado de una gran lámina de acero gruesa, las paredes también, conteniendo las rocas y la arena de la superficie.
-¡Felicidades! Cumplieron con la misión tal y como esperábamos -Cyril se acercó un poco al grupo y estrechó la mano de Iris -. Muchas gracias por cooperar con nosotros. Hay asuntos muy turbios detrás del secuestro masivo de niños. Si me acompaña a mi oficina podremos hablar más al respecto.
-No tenía idea sobre todo este revuelo de los secuestros...pensar que Mia estuvo a punto de ser arrebatada de mi lado por culpa de su propio padre...con gusto tendría una plática más extensa con usted.
-Ya escuchaste, Patch. Como eres el único, junto a Koen, que está familiarizado con el lugar, guía a nuestros nuevos miembros a la cocina. Se merecen una buena cena. Yo hablaré con Iris y Mia. Les asignaré un buen lugar para su estadía, también.
Patch asintió y dio un abrazo a Mia. Se despidió, también, de Iris. Todo el grupo se despidió de la pequeña y de su madre, más superficialmente, con movimientos de sus manos. Bast se sentía más que orgullosa de sí misma y de sus compañeros por haber rescatado a Mia. Le recordaba a Lars...le recordaba que le habían fallado. Con cada misión exitosa, la respuesta de su paradero estaría más cerca, o eso es lo que prefería pensar.
Todos se adentraron a la habitación de vidrio en silencio. Constaba de una máquina expendedora pegada al vidrio de la derecha, y de cinco ascensores alineados horizontalmente. Patch apretó el botón del ascensor del extremo izquierdo y esperó que a que subiera por ellos. Las puertas se abrieron y todos se acomodaron dentro, estratégicamente, con tal de no tener que esperar otro ascensor.
Koen marcó, con su cola, el piso -5. El silencio no fue quebrado en su descenso a su destino en cuestión, todos parecían lo suficientemente cansados y absortos en sus propios asuntos como para compartir palabras sensatas. Karin sentía el apetito en su estómago y realizaba su mayor esfuerzo para no buscar pelea con tal de distraer su mente un rato. Bast estuvo a punto de darle un pellizco a Julian, deteniéndose al escuchar interminables voces colándose en sus oídos. La puerta del ascensor se abrió nuevamente, dejando ver un gran comedor repleto de mesas, sillas y personas disfrutando de una buena comida.
-Adelante, pasen. Acomódense en algún lugar -Patch saludó a todos con su mano al sentir las miradas pegadas en su cuerpo. Toda la atención recayó en los nuevos.
Tristan lucía algo irritado, jugando con su comida en la mesa de la derecha. Le acompañaba la chica de las gafas redondas que habían visto esa mañana. Ella comía con su espalda bien recta, asegurándose de no dejar caer las verduras por accidente. La mesa del centro era la causante de la mayoría de los gritos y risas allí. Cuatro personas, dos chicos y dos chicas, vestidos completamente de negro. Koen se acercó a ellos y se sentó en el asiento vacío, observando la comida sin nada de antojos. No podía ingerir ningún tipo de comida humana.
Las demás mesas estaban habitadas por personas completamente desconocidas. Night Bird sí tenía muchos integrantes, eso fue lo que pensó Pitah.
Didier se acercó a una mesa vacía, en el extremo de la derecha. Todos se sentaron allí, suspirando. Julian dejó caer su rostro sobre sus propios brazos, apoyándose en el hombro de Didier. Patch les observó y tragó saliva, sintiendo la misma flojera en su cuerpo.
-Algunos de nuestros miembros saben cocinar -explicó -. Actualmente Maris está a cargo de la comida...bueno, la mayor parte del tiempo lo está. Pueden ir y pedirle algo, no se complica con los pedidos.
-Bueno, novatos, les haré el favor de ir a pedir la comida por ustedes. Los veo demasiado exhaustos...no esperaba menos, no gozan de la espléndida energía que yo poseo -Bast se levantó luciendo una sonrisa victoriosa y algo arrogante.
-¡No me traigas basura, Bast! -se quejó Pitah, bostezando.
-Yo te acompaño. Sé, más menos, los gustos de todos aquí -Karin siguió a Bast hacia la cocina. Sabía que su amiga continuaba algo borracha y no quería que se metiera en problemas a sólo minutos de llegar.
Se desplazaron hacia el núcleo de la cocina. Vieron un cuchillo volar en el aire. Una mano lo atrapó antes de que cayera por completo, efectuando un preciso corte descendente sobre un gran pedazo de carne. Bast se sorprendió al observar aquella maniobra; y al observar la deliciosa carne. Su estómago gruñó por un segundo...Maris lo escuchó y comenzó a reír.
Maris acomodaba a menudo su cabello rubio, poseía facciones bastante finas para ser un chico; y sonreía la mayor parte del tiempo. Le gustaba el calor de la cocina y el filo de su arma. Lo utilizaba para cocinar y para batallar, si le resultaba necesario, cuando le asignaban misiones de alto riesgo.
Las chicas se encargaron de pedir la comida mientras Pitah, Julian y Didier observaban la vida diaria de Night Bird en el comedor. Patch se alejó un momento para saludar a los demás miembros de la resistencia.
Todo parecía normal en el lugar, bulla, gritos, risas y jovialidad. Bastante normal...hasta que las pantallas holográficas de las paredes se activaron abruptamente, llamando la atención de todos los grupos comiendo allí. El silencio y la expectación repletaron el ambiente, confundiendo un poco a los nuevos rostros.
-Intentamos establecer conexión con uno de nuestros compañeros todos los días, bordeando estas horas -Maris dialogó con Bast y Karin-. Él fue el único que logró descubrir el código necesario para invadir las comunicaciones del distrito A-0. Fue atrapado antes de poder refugiarse de los peligros ajenos...no tuvo las precauciones necesarias; y no alcanzó a repartirnos la información.
-Vaya...así que sí existe una persona con todos los datos necesarios para echar abajo este proyecto...que continúa siendo una incógnita -Karin se cruzó de brazos y pegó su mirada en la pantalla frente a su visión.
-No es tan fácil -Maris dejó la carne a un lado y comenzó a picar vegetales -. Llevamos ya un poco más de un año intentando establecer la conexión, desde que se llevó a cabo esa misión...pero es imposible. Inferimos que él está en el algún lugar del distrito A...es el único distrito al que, con nuestras habilidades actuales, no podemos acceder.
-Robar información al distrito A...suena como una misión suicida -expresó Bast, sobando su estómago, anticipando el sabor de la comida.
-Lo fue para Koen. Tenía un cuerpo de carne y hueso antes de esa fatídica misión. Recibió un disparo de plasma que terminó desintegrando la mitad de su torso...murió al instante. Su cuerpo de piel, al menos. Su cerebro se salvó, afortunadamente.
Las pantallas de las paredes se repletaban de códigos y números, acompañados de una pequeña barra llenándose poco a poco, progresivamente. ¿Alcanzaría el cien por ciento sin fallar? Pitah entendió la seriedad del asunto al analizar una vez más todos los rostros allí, frente a él. Ninguno de ellos despegaba su mirada de la barra en la pared...parecían verdaderas estatuas. Koen movía su cola de un lado a otro, impaciente...
Los gritos estallaron a diestras y a siniestras cuando la conexión se concretó por un mínimo segundo, seguida de un “ERROR” gigante iluminando el lugar de rojo.
A Patch no se le pasó por alto el prestar atención a la imagen reflejada en ese veloz segundo de esperanza. Reconocía como la palma de su mano una estructura de esas tonalidades, de ese material, de esa impresión pulcra. Trabajaba a menudo dentro de una estructura similar. Un laboratorio médico...
La incógnita comenzó a crecer en su interior, alarmando sus sentidos éticos...¿cómo se relacionaba un laboratorio médico con el secuestro de niños inocentes?Yo creo que ya el capítulo 5 estará más rápido, o eso espero.
¡Muchas gracias por leer!