18-10-2020, 05:16 PM
Científicos logran inducir el estado alterado de la ketamina manipulando el ritmo de la actividad cerebral.
Quizá, en el fondo, todas las cosas en el universo no sean más que ciertos patrones rítmicos más o menos estables. Por lo menos podemos saber que algunos estados alterados de la conciencia son justamente ritmos, más o menos alterados.
A este respecto, recientemente un grupo de científicos logró inducir en ratones y en una persona un estado de disociación vinculado con la popular droga ketamina, la cual se utiliza tanto de manera recreativa como para tratar la depresión severa.
Los investigadores indujeron este estado propiciando que ciertas células del cerebro se activaran de manera conjunta, a un ritmo más lento. El estado de disociación es descrito como una separación entre los propios pensamientos y las sensaciones corporales motoras y los sentimientos. A veces, estos estados semejan una "experiencia extracorporal".
Los científicos descubrieron esto un poco por accidente, mientras estudiaban a ratones que habían sido dosificados con ketamina. Al observar la actividad neural de los roedores, los investigadores notaron un ritmo peculiar producido por las células en un área vinculada con el aprendizaje y la orientación espacial.
Utilizando tecnología optogenética, los científicos pudieron luego reproducir dichos ritmos en el cerebro. Al hacer esto, pudieron presenciar el momento exacto en el que la disociación se activaba en los ratones.
Posteriormente lo pudieron observar también en un paciente que estaba siendo tratado por epilepsia, al cual le habían sido implantado electrodos. Al emitir los pulsos en el cerebro del paciente, este reportó tener una experiencia extracorporal.
Las aplicaciones de esta tecnología podrían ser vastas, pero por el momento todo es especulativo. Por una parte se sabe que las experiencias de disociación, por más extraño que parezca, pueden ser benéficas, al separar ciertas áreas del cerebro y propiciar un estado mental en que la persona mira con flexibilidad las ideas y nociones con que se concibe a sí misma y con las que interpreta la realidad, consiguiendo una toma de distancia que, a su vez, puede derivar en pensar las cosas de otra manera. Por este efecto en particular, las sustancias psicoactivas tienen un potencial prometedor en el tratamiento del malestar psicológico.
Por otra parte, también sería interesante la posibilidad de que, utilizando pulsaciones de luz rítmica, pudieran inducirse experiencias que mimeticen otro tipo de drogas o incluso ciertos estados emocionales.
Fuente: PijamaSurf
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