25-08-2020, 10:45 AM
Aquí va una mala noticia para los consumidores acérrimos de carne:
La producción de la industria ganadera contamina más que extraer petróleo. Una noticia vieja y poco sorprendente para quienes ya conocen los impactos que el consumo desmedido de carne tiene en el planeta. No solo se ha comprobado que las grandes compañías ganaderas producen más gases invernaderos que gigantes petroleras como Exxon Mobile o Shell, sino que también se sabe que, junto con la agricultura, es una industria que utiliza cantidades enormes de agua que corresponden al 70 por ciento del consumo mundial, y vierte químicos, materia orgánica, desechos y sales en los suelos.
Lo peor es que estos son efectos que parecen incontrolables viniendo de una industria acelerada (se consumen aproximadamente 41,90 kg de carne por persona al año), que según expertos, para 2050 podría ser responsable del 80 por ciento de los gases de invernadero que se emiten anualmente en el mundo.
Como respuesta, muchos científicos ambientales están considerando la posibilidad de que la carne sintética ingrese al mercado dentro de los próximos tres años.
El invento, fue famosamente sugerido por el científico holandés Mark Post en 2013, y es básicamente carne clonada de vaca que se hace a partir de las pequeñas moléculas de los tejidos de las vacas para producir músculos que conservan las mismas características y sabores que la carne natural. Aunque parece un invento sacado del futuro, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) admitió para finales del año pasado que comenzaría a supervisar el proceso de carne artificial para que no solo esté disponible en restaurantes exclusivos, sino también en supermercados.
Aun así, es un invento que todavía está bajo vigilancia y no ha cumplido los procesos de regulación suficientes para que sea vendido.
A eso se suman los opositores al proyecto, que en su mayoría, son ganaderos, y que alegan costos elevados en el proceso de producción. Además, es cierto que eliminar la carne de la dieta mundial resulta casi inconcebible a pesar de que, para Post, también es imposible pensar que en un futuro podamos seguir produciendo carne para nueve mil millones de personas al ritmo en que actualmente lo hacemos.
Podríamos, entonces, rendirnos ante la posibilidad de que nuestras dietas futuras van a carecer de carne 100 por ciento animal. La iniciativa cuenta con el apoyo de cada vez más empresas, como el laboratorio chino Boyalife, que planea clonar masivamente una cantidad de 100.000 vacas por año, y la empresa holandesa Meatable que espera que la carne producida en sus laboratorios pueda consumirse en cuatro años en forma de hamburguesas y salchichas.
La inclusión inminente de este tipo de carne en el mercado comenzará en Europa en restaurantes gourmet y supermercados de pequeña escala para el 2021, y no solo solventará algunos de los grandes problemas climáticos actuales, sino que también se espera que reduzca los índices de crueldad animal.
Y aunque muchos se nieguen a la idea de la carne artificial, podría ser una solución inmensa recordando que los pedos y los eructos de las vacas son un problema gigante para la temperatura global, y que nuestros amigos rumiantes expulsan grandes cantidades de gas metano que crea 30 veces más calor que el dióxido de carbono.
Otra solución, por supuesto, sería comer menos carne:
Eso reduciría la emisión de gases de invernadero que eventualmente podrían calentar la Tierra hasta que todos sus océanos se hiervan. Y como es casi seguro que esa posibilidad siga sin espantar a todos los amantes de la carne, pueden tranquilizarse con el hecho de que, gracias a los científicos ambientales, el futuro es ahora y que podrán seguir consumiendo carne, clonada y artificial, pero carne.
Fuentes: Vice.com y PijamaSurf
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