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Cú chulainn nació bajo el nombre de Setanta (traducido como el pequeño), su infancia fue tranquila hasta la edad de los 6 años, cuando se dirigío a la corte del rey de Conchobar con armas de juguete y su palo de comán, una especie de juego de hockey para que este lo apadrinará según la tradición celta. Setanta destacaba por ser un chico muy impetuoso, lo que hace que se meta sin querer en mitad de un partido de comán celebrado por el rey. Esto hace que sea acosado y acabe en una trifulca contra Setanta, pero deja a todos ellos malheridos (en otras versiones le dejaron jugar y el rey quedo observado como Setanta atrapó unas 150 bolas que le lanzaban).
Un rato después un herrero llamado Culann invita al rey a comer a su casa y a Setanta, pero este le avisa de que irá más tarde, a la noche. Esa misma noche. Al caer la noche, el herrero olvido que Setanta iba  a ir más tarde, esto hizo que pusiera a su terrible perro guardían en alerta. Al llegar Setanta a la casa del herrero se topo con dicho animal y tuvieron un enfrentamiento. Finalmente Setanta mató al animal, para asombro del rey y del herrero. Sin embargo, este último le reprocho haber matado a su perro guardían, ya que entonces su casa y familia carecían de protección. Setanta, arrepentido decidió entrenar a otro perro guardáin y a la vez ser el centinela de Culann
Tanto el rey como su druida (también presente) llamado Cathba vieron con buenos ojos dicha propuesta y el druida le dijo: Desde entonces tu nombre no será Setanta, sino Cú Chulainn (traducido como el perro de Culann)

Años más tarde, un joven llego al reino de Ulster en un lujoso barco de bronce, rey Conchobar pensó que alguien capaz de permitirse un barco tan caro tan solo podría ser problemático, por lo que envió un mensajero para comunicarle que debía volver a su tierra de origen. Sin embargo, el joven, ofendido, mato al mensajero y se enfrentó a todos los guerreros que envió el rey a luchar contra él, acabando con todos ellos. Finalmente, Conchobar decidió mandar a Cú Chulainn para que se hiciese cargo de ese joven que se negaba a identificarse y, tras una dura batalla, el joven extranjero yació en el suelo moribundo.
Fue entonces cuando Cú Chulainn se fijó en que en su dedo llevaba el anillo de oro que le había regalado a Aifa antes de despedirse de ella, y enormemente apenado cogió a su hijo Conlai con sus brazos y lo llevó ante el rey que le había ordenado matarlo diciendo: “Aquí está mi hijo”. Como muestra de arrepentimiento, todos los guerreros de Ulster que se encontraban allí pasaron uno a uno frente a Connla, que se despidió de todos ellos y, finalmente, de su padre antes de morir.

Es quizás la anecdota más famosa de este personaje, la que mayor fama le otorgó y quizás la más sangrienta de todas ellas
Su origen se debe a una noche, mientras los reyes Aillil y Maeve estaban acostados discutieron sobre quien de los dos tiene mayor número de bienes y por tanto, debería tener el derecho a ser el rey de la provincia. Al día siguiente, una vez contadas las pertinencias llegan a la conclusión que ambos tienen exactamente las mismas, pero Aillil poseía un fuerte animal entre sus pertenencias que decantaba la balanza: El blanco cornudo.  Pero Maeve se propuso conseguir uno todavía más fuerte y le llego el rumor que en el reino de Ulster existía un animal que podía decantar la balanza a su favor, concretamente el toro semental, Donn Cualinge. Ante la negativa del dueño de la criatura a darle su bestia, Maeve decidió que era momento de tomarlo por la fuerza y comenzó la invasión a el Ulster, apoyada por los condados de Meath, Munster y Leinster.
Utilizando trucos y magias para inutilizar a las tropas de Ulster y que Cú Cuchulainn, en lugar de vigilar su territorio, estuvo entretenido coquetenando,  con una mujer, pudieron penetrar en dicho territorio. No obstante, Cú Cuchulainn recapacitó y se convirtió en el único guerrero que podía defender su reino.

 En estos combates, se le apareció una bella mujer, le contó que es la hija de un rey y le ofreció su amor, pero Cú Chulainn la rechazó. Para su desgracia, esta hermosa mujer era la diosa Morrigan que había adoptado la forma de joven doncella y se sintió enormemente ofendida, por lo que trató de vengarse adoptando la forma de varios animales mientras el guerrero luchaba en su siguiente combate: adoptó la forma de una anguila, haciéndole caer en el arroyo, pero este le rompió las costillas al pisarla; adoptó la forma de lobo para ahuyentar al ganado en una estampida contra el luchador, pero este le lanzó una piedra que le sacó un ojo; finalmente, adoptó la forma de una vaca a la cabeza de la estampida, pero Cuchulainn le rompió la pierna.

Cuando consigue derrotar a su contrincante, la diosa Morrigan adopta la forma de anciana ordeñando una vaca, exhibiendo todas las magulladuras que el campeón le había provocado. Le ofreció leche tres veces, una por cada una de sus magulladuras, y por cada una de las veces que Cuchulainn bebió, la bendecía, curándole las heridas a Morrigan.

Tras este duró enfrentamiento se desmaya en sueños se le apareció Lugh (una de las divinidades más importantes dentro del Panteón Celta-Irlandes), afirmando que él es su autentico padre y sanando al guerrero. Tras despertarse se da cuenta de que el ejército invasor ha derrotado a las tropas de Ulster, lo que provoca que Cú- Cuchulainn entre en un estado de rabia extrema, conocida como Riastrad,  transformando al joven guerrero en una monstruosidad deforme y extremadamente poderosa, acabando de forma brutal a los soldados invasores.
En la batalla final los hombres de Ulster se revelaron en masa contra el ejército de Maeb y Cuchulainn permaneció en la retaguardia para recuperarse las heridas hasta que llegase el momento adecuado. Esto hace que el ejército de Maive tenga que retirarse y Cú- Cuchulaiin la perdona, pues no ve honorable asesinar a mujeres o niños.

Dicho evento comenzó cuando Cú Cuchulainn tuvo que romper un juramento que realizó hace tiempo de no comer carne de perro. Al romperlo, su destino, ya escrito hace tiempo, quedó sentenciado.

Maeb llevaba tiempo conspirando con Lugaid contra Cú chulainn y se dedicaron a reunir a todos los hijos de las personas a quienes había matado el guerrero en sus gestas para enfrentarse a él. Así, Lugaid ordenó fabricar tres lanzas mágicas y le profetizaron que con cada una de ellas un rey caería. Con la primera de ellas consiguió matar a Láeg, el auriga de Cú chulain y rey de los aurigas; con la segunda mató a su caballo, Liath Macha, el rey de los caballos; con la tercera consiguió herir mortalmente a Cú chulainn. Sin embargo, antes de morir este se levantó y se ató a una piedra para conseguir mantenerse en pie (esta piedra se identifica con una ubicada en Knockbridge, en el Condado de Louth) hasta finalmente morir de pié. Lugaid le tenía tanto miedo a Cú chulainn  que no se atrevió a acercarse hasta que un cuervo se apoyó sobre su cuerpo y comenzó a beber de su sangre. Entonces Lugaid se acercó con rabia al cadáver del famoso héroe y le cortó la cabeza con su espada, pero al hacerlo, la espada que portaba Cú chulain cayó de su mano y acabó cortando la de Lugaid, dejándolo manco.