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Era temprano por la mañana el sol asomaba por la ventana, un nuevo dia, una nuevo techo desconocido, ya me habia acostumbrado a esa sensacion, baje a desayunar y note que mi madre ya habia salido a trabajar, como era costumbre habia dejado una nota en la mesa que decia -"Ten un buen dia, esfuerzate"- y el almuerzo para llevar. Sali caminando recorriendo lo que seria mi nuevo entorno con una carta en la mano en la que figuraba Academia Omori, pensaba que sera de ese lugar, cuanto tiempo estaria aqui hasta que me moviera a otro lugar, cuando en ese momento algo capto mi atencion, era una niña ella estaba llorando porque su mama no podia comprarle un pequeño oso de peluche, sonrei y decidi acercarme a ella le señale la vidriera y le pregunte que cual queria, ella alcanzo a señalarme uno. Le dije -" Resulta que soy un mago, pero las niñas que lloran no merecen premio"- Le heche un vistazo rapido al peluche media aproximadamente unos 60 cm sentado en la vidriera y tenia unos lindos detalles bordados su tela era de poliester color cafe claro y calcule que estaba relleno de algodon, me concentre y en unos segundos estaba en mis manos. -"Aqui tienes", la niña miraba con asombro algo que para ella era totalmente desconocido. En ese momento mire a la madre y le pedi por indicaciones para llegar a mi destino, se me hacia tarde y la energia que habia utilizado para crear ese peluche me habia desgastado un poco por lo que me faltaba el aire.
Llegando a la entrada alcance a ver a un chico, su tez era blanca y de cabello rubio, el contemplaba el cielo como si estuviera buscando algo, pero no tenia tiempo para quedarme a preguntar asi que decidi seguir mi camino, leo la carta Aula 2-A, empeze a buscarla cuando una niña de lentes y pelo castaño pasa corriendo a mi lado para tropezar torpemente al abrir la puerta del que luego seria mi salon de clases, no pude evitar reirme. Luego de recomponerme, entre detras de ella habia varios alumnos que ya estaban en sus asientos y los que parecian ser 2 profesores una mujer de cabello blanco con un parche en el ojo que estaba sentada en el lugar del profesor y un tipo raro que sostenia una katana a su lado, con una sonrisa en el rostro dije -"Buenos dias"- a todos y tome uno de los primeros asientos al frente.