14-05-2020, 12:23 PM
¿Tienes un PC? ¡Ponlo a detectar ondas gravitacionales!
Las ondas gravitacionales, predichas por la relatividad general, son la forma con la que los cambios bruscos en los campos gravitatorios se extienden por el espacio, tal y como las partículas cargadas eléctricamente pueden producir ondas electromagnéticas. Para detectarlas, en 2002 se inició un proyecto científico internacional, el Observatorio de Interferometría Láser de Ondas gravitacionales o LIGO (por Laser Intererometer Gravitational-wave Observatory), que supuso nuevos retos de ingeniería y tecnología, como el de abordar y procesar toda la información recogida. Pero los superordenadores son caros y están muy solicitados y, en cambio, hay infinidad de ordenadores personales con una capacidad de cálculo muy alta que, en su mayor parte, se desperdicia. ¿Y si un montón de voluntarios donaran su tiempo de CPU de ordenador no usado? Así surgió el proyecto de computación distribuida Einstein@home, presentado oficialmente en 2005 coincidiendo con el centenario del descubrimiento de la teoría de la relatividad especial. Se trata de un esquema de computación distribuida y voluntaria a gran escala, con casi 400.000 usuarios participando en la tarea. Un programa que usa el tiempo durante el cual el PC de un voluntario no está siendo usado para analizar datos de interés para LIGO.
Computación distribuida en busca de extraterrestres.
Einstein@home no es el primer proyecto de computación distribuida, ni tampoco el más grande. Uno de los pioneros fue el SETI@home (del programa SETI, Search for Extraterrestrial Intelligence), diseñado para procesar los datos contenidos en las ondas de radio que recibían ciertos radiotelescopios, con el objetivo de detectar civilizaciones extraterrestres. Ambos proyectos forman parte de una plataforma común de software abierto llamado BOINC (Berkeley Open Infrastructure for Network Computin). El usuario descarga un pequeño programa que aprovecha una fracción de la potencia de cálculo de su ordenador para procesar pequeños paquetes de datos y enviar los resultados a un servidor central. El proceso no influye apenas en las prestaciones del ordenador que cede su disco, lo que facilita la tarea de conseguir voluntarios, que escogen en qué proyectos desean participar. La plataforma BOINC se ha hecho famosa sobre todo por albergar el proyecto SETI@home, pero su utilidad va más allá de buscar hipotéticos alienígenas. Las opciones son muy diversas: se han llevado a cabo simulaciones en física de partículas, factorización de números primos, modelos climáticos, diseño de medicamentos, resolución de conjeturas matemáticas, modelado de proteínas...
Superordenadores para grandes retos.
La colaboración de los voluntarios de Einstein@home ha sido vital asimismo para procesar las señales del observatorio LIGO, que cuenta con dos sedes en Estados Unidos, y también de otros sistemas de observación como el detector alemán GEO600, el radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) y el satélite de observación de rayos gamma Fermi, en órbita desde 2008. Por el momento, Einstein@home no ha conseguido detectar ondas gravitacionales, pero ha permitido establecer límites a su frecuencia e intensidad.
Fuente:
Libro: "Espacio-tiempo cuántico. En busca de una teoría del todo". Saga: Un paseo por el cosmos, de National Geographic. Escrito por el profesor de física en la Universidad de Granada Arturo Quirantes.
Las ondas gravitacionales, predichas por la relatividad general, son la forma con la que los cambios bruscos en los campos gravitatorios se extienden por el espacio, tal y como las partículas cargadas eléctricamente pueden producir ondas electromagnéticas. Para detectarlas, en 2002 se inició un proyecto científico internacional, el Observatorio de Interferometría Láser de Ondas gravitacionales o LIGO (por Laser Intererometer Gravitational-wave Observatory), que supuso nuevos retos de ingeniería y tecnología, como el de abordar y procesar toda la información recogida. Pero los superordenadores son caros y están muy solicitados y, en cambio, hay infinidad de ordenadores personales con una capacidad de cálculo muy alta que, en su mayor parte, se desperdicia. ¿Y si un montón de voluntarios donaran su tiempo de CPU de ordenador no usado? Así surgió el proyecto de computación distribuida Einstein@home, presentado oficialmente en 2005 coincidiendo con el centenario del descubrimiento de la teoría de la relatividad especial. Se trata de un esquema de computación distribuida y voluntaria a gran escala, con casi 400.000 usuarios participando en la tarea. Un programa que usa el tiempo durante el cual el PC de un voluntario no está siendo usado para analizar datos de interés para LIGO.
Computación distribuida en busca de extraterrestres.
Einstein@home no es el primer proyecto de computación distribuida, ni tampoco el más grande. Uno de los pioneros fue el SETI@home (del programa SETI, Search for Extraterrestrial Intelligence), diseñado para procesar los datos contenidos en las ondas de radio que recibían ciertos radiotelescopios, con el objetivo de detectar civilizaciones extraterrestres. Ambos proyectos forman parte de una plataforma común de software abierto llamado BOINC (Berkeley Open Infrastructure for Network Computin). El usuario descarga un pequeño programa que aprovecha una fracción de la potencia de cálculo de su ordenador para procesar pequeños paquetes de datos y enviar los resultados a un servidor central. El proceso no influye apenas en las prestaciones del ordenador que cede su disco, lo que facilita la tarea de conseguir voluntarios, que escogen en qué proyectos desean participar. La plataforma BOINC se ha hecho famosa sobre todo por albergar el proyecto SETI@home, pero su utilidad va más allá de buscar hipotéticos alienígenas. Las opciones son muy diversas: se han llevado a cabo simulaciones en física de partículas, factorización de números primos, modelos climáticos, diseño de medicamentos, resolución de conjeturas matemáticas, modelado de proteínas...
Superordenadores para grandes retos.
La colaboración de los voluntarios de Einstein@home ha sido vital asimismo para procesar las señales del observatorio LIGO, que cuenta con dos sedes en Estados Unidos, y también de otros sistemas de observación como el detector alemán GEO600, el radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) y el satélite de observación de rayos gamma Fermi, en órbita desde 2008. Por el momento, Einstein@home no ha conseguido detectar ondas gravitacionales, pero ha permitido establecer límites a su frecuencia e intensidad.
Fuente:
Libro: "Espacio-tiempo cuántico. En busca de una teoría del todo". Saga: Un paseo por el cosmos, de National Geographic. Escrito por el profesor de física en la Universidad de Granada Arturo Quirantes.