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-¡Para qué tanta cosa! – Exclama Kaori al pobre empleado que la intenta vestir…  - ¡Me las arreglaré sola! ¡ÑII!

-Lo siento señorita pero son las reglas, no puedo irme de aquí hasta...

Y eso es todo lo que pudo decir antes de recibir un rodillazo en la boca del estómago y caer al suelo retorciéndose de dolor… momento en el que ella aprovecha para correr hacía el maletín y abrirlo de una patada, lanzando todo su contenido por los aires. 

Entre todos los objetos algo brillante le refleja en los ojos y consigue agarrarlo antes de que toque el suelo junto al resto del equipo. El aporreado empleado aún está intentando respirar cuando nota el peso de alguien encima de él y algo punzante y frío en la garganta.

En ese momento aparecen por el techo cuatro ametralladoras que con láseres apuntan a la señorita Jabami entre ceja y ceja.

-¡Vale vale! ¡Sólo estaba jugando un poco! Ñiiiñiii…. ¡Amargados! – Dice mientras levanta las manos y deja ir al chico que se marcha corriendo de la habitación entre sollozos... 

Acaba de vestirse, vuelve a colocar los objetos en el maletín y pasa a la siguiente habitación donde le informan de que tiene 5 minutos para elegir el arma.

-Pues me van a sobrar 4 y medio. Elijo el hacha – dice sonriendo y con cara de no haber roto un plato en su vida.