16-06-2014, 06:27 AM
Algo así.
No me era tan indiferente (sabía quién era), ni me desagradaba constantemente, pero mi ex me aburría soberana y terriblemente de principio, y la gente que me aburre de principio me aburre hasta el último día.
Le hablé y me aguanté porque me regaló -a pito de nada- un dibujo, y yo soy jodidamente débil con la gente que dibuja para mí. Sentí la obligación de portarme bien, de aguantar el aburrimiento, y ser amable, a pesar de que muchas veces quería que se callara, se largara, que me dejara en jodida paz; era desagradable estar ahí cuando prefería ir a volarme los sesos. No tengo idea cómo diablos llegó a gustarme. A gustarme tanto.
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