25-10-2016, 07:38 AM
A medida que iba caminando por el largo pasillo oscuro, de la que ni siquiera mi pequeña llama era efectiva, a lo lejos vi que se asomaba la luz así que aumenté mi velocidad para llegar lo antes posible. Una vez que traspasé aquel pasillo pude observar que me encontraba en una dimensión completamente distinta a la de la mansión. Estaba en medio de la nada rodeada de bosque con una única edificación que era una iglesia que parecía estar en ruinas. Era un ambiente cálido y hasta podría decir que acogedor gracias al sonido de los pájaros que salían del bosque, pero igualmente no tenía que bajar la guardia por si podía ocurrir cualquier imprevisto. Lo que más me llamaba la atención era la iglesia, así que decidí hechar un vistazo. Me encaminé por la puerta principal de la que me percaté que no se podía entrar ya que estaba llena de escombros así que decidí rodear la iglesia hasta que encontré una pequeña grieta por la que podía pasar. Con un poco de dificultad conseguí llegar a su interior y me incorporé correctamente para observar que los pequeños rayos de luz asomaban dentro de la edificación dejando a su paso un pequeño camino iluminado. Me encaminé siguiendo las diminutas zonas por las que estaban iluminadas. Tenía un mal presentimiento, ¿fue buena idea entrar dentro o me tendría que haber percatado de rodear el bosque para saber que no corría peligro? Tanto si era buena idea como mala ya me encontraba en esta situación así que tenía que asumirla. Iba caminando a la vez que me envolvía en mis pensamientos hasta que de repente alcé la vista y delante de mí vi lo que parecía ser la sala de una templo católico, con los bancos de madera, el altar, la cruz de Jesucristo... En estos momentos me encontraba al fondo de la sala aunque me puse en posición de combate ya que tenía la sensación de que no estaba sola.