Atención: Llegada al bosque Vermont.
Asentí ante la situación controlada. Recuperé la hoja con los equipos y las instrucciones y la pegué en uno de los pilares que conformaban la entrada. No era prudente que alguien se uniera una vez iniciada la prueba puesto que no podrían atravesar sólos el portal, pero quizá si se apresuraban el resto de la clase lograría llegar antes de que saliéramos del bosque de la Academia.
(Última oportunidad para unirse a la misión)
Empecé a caminar por el sendero hacia las ruinas confiando en que todos me seguirían. Las noches recientes eran cálidas por lo que empecé a tener calor debajo de la ropa abrigadora que me había puesto.
En poco tiempo llegamos a nuestro destino y rápidamente aunque con gran respeto realicé el ritual para abrir el portal. La burbuja era viscosa y negra como siempre.
Me hice a un lado para dejar que los alumnos atravesaran.
-Adelante chicos, tengan cuidado donde pisan- el bosque al que íbamos no se parecía en nada al que teníamos en la escuela.
Era igual de espeso pero en lugar de altos y claros troncos abundaban las arbustivas de un verde tan oscuro que incluso de día se llegaba a pensar que sus hojas eran negras. Había árboles, de ramas retorcidas y follaje caído y cuyas raíces a penas se hundían en el piso por siempre lodoso y húmedo. El musgo crecía por todas partes y muchas otras especies vegetales poblaban tanto la tierra como el agua. Por todas partes trazos de un pantano aparecían en forma de charcos turbios de los cuales no sé podía vislumbrar la profundidad, y justo en medio del camino a recorrer el pantano se hacía presente con toda su fuerza. Frío, maloliente, infestado de criaturas comunes en los pantanos de Vermont (anfibios, insectos, peces con alta resistencia a la contaminación de las aguas, reptiles de todos tamaños y pequeños mamíferos que se proveían de agua que sería casi tóxica de no estar perfectamente adaptados al ambiente).
Una bruma persistente flotaba sobre el bosque sin importar la estación u hora, y por la noche la única fuente de temperatura era el mismo pantano, cuya materia orgánica se descomponía formando gases que generaban calor, luz y a veces llegaban a provocar pequeñas explociones.
Nadie sabía porqué los demonios habían elegido una morada tan poco práctica y desolada. Algunos pobladores murmuraban que tenían interés en mezclar su raza con la de unos seres acuáticos que hace siglos vivían en los riscos escarpados, a gran distancia del lugar de la prueba. La Academia había considerado a dichos seres como extintos, pues no se les encontró ni peinando cada metro del bosque.
Esperé a que todos cruzaran para entrar de un salto al portal. Por desgracia no logré caer en ningún charco y salpicar a alguien.
-Bienvenidos al viejo Vermont. Omori tiene dos portales que se pueden abrir desde éste lado. Éste es uno- dije mientras tocaba el arco de roca, idéntico al de las ruinas. La roca emitió un sonido a humedad y un mosquito enorme salió volando de entre la plasta de líquenes que lo cubrían. -Atravesando el camino, a unas tres horas de aquí se encuentra el otro. Regresaremos a través de ese portal. En algún punto tendrán que cruzar el pantano así que espero que sepan nadar, aunque la mayoría prefiere cruzarlo de otras maneras. El agua no es lo más higiénico del mundo. Como podrán comprobar hace frío, y además están los insectos así que si se abrigaron debidamente... los felicito- hice una pausa para mirar alrededor y continué. -El sendero no está tan marcado como el del bosque Omori pero es visible así que sólo tienen que seguirlo. A 15 minutos de aquí el camino discurre en cuatro direcciones diferentes. Cuando lleguen a ese punto sólo elijan que camino tomarán.
- Camino 1: Se tiene que subir por un risco pequeño antes de llegar al pantano.
- Camino 2 y 3: Ambos están bordeados de vegetación más espesa que el resto del bosque.
- Camino 4: Se interna a través de charcos que van creciendo de tamaño conforme se avanza, hasta dar directamente con el pantano.
Regalos ♥: