[Hamtaro,]

“Necesito hablar… de eso mismo, querida.” –dije al verla girar su cabeza, mirando extrañada hacia el… “Discúlpame un segundo, ya vuelvo. No necesitas verme completamente descubierta.” –me retire brevemente hacia el baño, tomando un poco de ropa que había colocado en el closet de mi hijo. Me escabullía varias veces hacia su habitación para hacer un… pequeño mantenimiento cuando él no estaba.

Luego de vestirme, volví a la habitación. Me pare frente a Dianthe y comenze a explicar algo que tuve que haberle dicho hacia años. “Dian. Hay mucha información que he estado ocultándote tras estos años. No tenían relevancia hasta ahora, así que… necesito decírtelo. Yuuto y yo no somos quienes tú crees… al menos en apariencia. Tuve que esconder mi identidad y la de mi pequeño mientras Ryou… mi marido… lidiaba con los problemas de nuestra ciudad.” –me detuve brevemente para poder arreglar mi cabello, y para tomar el valor de sentarme a su lado. “Soy una kitsune. Ryou era un gato. Lo que salió de nuestro amor fue… este pequeño gatito que yo, junto con Argus, Kyle y Zade… conocemos como Makoto. Mi verdadero hijo.” –me voltee un poco para ver a mi hijo… note que por fin sus orejitas habían aparecido.

“Discúlpame Dianthe. Fue mi reflejo maternal lo que hizo que te ocultara esa información. Makoto lo es todo para mí. Y su vida corría mucho peligro. Ryou poseía algo que la ciudad temía que podría destruir a todos. Mi hijo posee parte de ello, y también parte de mí. Te explicare eso en otro momento, es demasiada información para que puedas digerirla.” –puse mi mano sobre su cabeza, y acaricie su cabello como antes solia hacerlo. Necesitaba que ella supiera lo mucho que necesitaba protegerlo… pero ella necesita saberlo todo. Cada detalle.

“No estoy segura que Makoto se sienta cómodo afuera… ¿quieres ir a desayunar juntas? Extraño pasar el rato contigo.” –la mire con algo de incomodidad, sonriendo apenas. Mi mejor alumna probablemente no confiaría mucho en mi después de aquello. Al menos eso pensé.