[Hamtaro,]

Se había pasado la hora volando y note que quedaba poco tiempo para alistarse para la prueba. “Ugh... bien hecho, lo hiciste de nuevo, idiota. Tengo que ir a buscar algo con que defenderme...” -me dije a mi mismo, viendo lo tarde que me iba a preparar. Lleve lo ensuciado a su debido lugar, y de allí salí apurado hacia la bodega de armas. Era un lugar muy ordenado, y con un aire... incomfortantemente silencioso.


La bodega estaba al cuidado de unas chicas que parecían tener unas chaquetas únicas en toda la academia, con caracteres griegos adornándolos seguidos por un numero. Alpha-4-2, Omega-1-5, y así.
Una de ellas, quien iba por el nombre Delta-3-3, llamó mi atención: “¿Necesitas algo, jovensito?”


“Uhm... S-Si... Necesito un cuchillo o un machete... algo por el estilo...” -dije con algo de timidez. La chica me observo, me sonrío y fue a tomar una de las cuchillas que se mostraban en la pared. En eso, ella recibe una llamada. “Aquí Delta-3-3, encargada de armería... ¡Ah! ¡D-Directora!...” -exclamó, con un poco de alteración. Yo aun la observaba callado, mientras ella con sus ojos me recorría de arriba a abajo. “Si... esta aquí... Si usted lo desea... De inmediato.” -colgó y se dirigió renuevo a la pared, dejando la cuchilla en su lugar. Se retiro hacia otro lugar y abrió una puerta, hacia un lugar bastante iluminado, del cual no pude ver su interior. De allí, trajo una katana en su respectiva funda. “Úsala bien. Ella la ha resguardado por mucho tiempo aquí y según ella, mereces usarla.”


La tome con ambas manos e hice una leve reverencia. “Muchas gracias. La devolveré en una pieza.” Ella me interrumpió nuevamente, y aclaró. “No tienes porque. Dice que es un regalo.”
Me sorprendí un poco y le volví a agradecer. Fui caminando lentamente hacia la entrada del bosque, avistando a algunas personas que se encontraban ahí antes que yo. De camino, intente atar la funda a mi ropa, para tener el arma a mano. “Así que... el bosque esta lleno de monstruos... suerte que te traigo conmigo.”