21-09-2021, 09:42 PM
Luego de recibir un derechazo en el mentón en las urnas electorales, el Presidente Alberto Fernández de pronto se acordó de que la opinión de los demás también debe escucharse en una democracia. Él iba confiado de que su grupito de elegidos iba a alcanzar para darle el típico 30% de votos más algo que suelen conseguir los kirchneristas. Pero no: perdieron mucho apoyo y apenas lograron un 20%n, lo que sería un tercio de sus votantes (¡eso debió doler!).
Pero ése no es el tema de hoy. Quiero hablar de cómo, de repente, la pandemia ya no es más un peligro. Ahora, podemos salir sin barbijo, van a abrir las discotecas, los restaurantes, etc.. Cuando durante dos años el dictador éste ignoró nuestra opinión y las leyes para imponernos su receta y soltar a sus amigos de la cárcel, mientras hacía fiestas a escondidas, que él mismo prohibió por decreto (en contradicción con las leyes). Bueno, ahora parece que ya no hay problema. Se libera todo.
Por supuesto, no hay que votarlo porque no sabemos si después de noviembre va a cambiar de opinión. Hay que asegurarse un candidato bien anticuarentena, aunque no se puede confiar en ninguno y, al final, lo mejor va a ser irse a vivir a una isla, llevándote a tu mujer y a tus hijos, así por lo menos no vas a tener que participar en la locura colectiva y que te cierren el negocio cuando ellos quieren, te impongan vacunas y cosas así (dictador como siempre, discrimina según la vacunación).
De lo único que me alegro es de que, al menos, la mayoría del país está de acuerdo en que este tipo de gestión no nos conviene.
Pero ése no es el tema de hoy. Quiero hablar de cómo, de repente, la pandemia ya no es más un peligro. Ahora, podemos salir sin barbijo, van a abrir las discotecas, los restaurantes, etc.. Cuando durante dos años el dictador éste ignoró nuestra opinión y las leyes para imponernos su receta y soltar a sus amigos de la cárcel, mientras hacía fiestas a escondidas, que él mismo prohibió por decreto (en contradicción con las leyes). Bueno, ahora parece que ya no hay problema. Se libera todo.
Por supuesto, no hay que votarlo porque no sabemos si después de noviembre va a cambiar de opinión. Hay que asegurarse un candidato bien anticuarentena, aunque no se puede confiar en ninguno y, al final, lo mejor va a ser irse a vivir a una isla, llevándote a tu mujer y a tus hijos, así por lo menos no vas a tener que participar en la locura colectiva y que te cierren el negocio cuando ellos quieren, te impongan vacunas y cosas así (dictador como siempre, discrimina según la vacunación).
De lo único que me alegro es de que, al menos, la mayoría del país está de acuerdo en que este tipo de gestión no nos conviene.