Cuando era más chico (bueno, no sé qué tan chico era en realidad. ¿Calculo que siete años?), fui a ver la tercera de "El señor de los anillos" con mi tía. El caso es que me aburrió tanto que terminamos saliendo veinte o treinta minutos antes del final porque no paraba de molestarla.
Esa fue la única vez.
Esa fue la única vez.