[Xelloss]

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Estaba entrando al jardín de la mansión, la tarea era difícil y el pago abundante, configuración que a mi en lo particular me agradaba… cuando era joven, no podía entender porque no había mayor seguridad, pues hasta el momento no había visto ningún guardia y aun así en el aviso del gremio estaba catalogada como “tarea de alto riesgo”, eso pensaba mientras empezaba a caminar despreocupadamente por el césped del jardín principal.

De pronto escuché una siniestra risa a mi espalda.

— esto explica porque no hay guardias — dije, mientras me giraba para ver a un grupo de tres payasos, asesinos a sueldo — yo me encargare de esto hermanos — dijo el que tenía un chiguagua en sus brazos, los otros dos asintieron y entraron a la mansión.

—Bien, anciano, serás matado por mi Kuki — lo decía mientras me lanzaba su chiguagua a la cara, pero todo cambio en un pestañeo, cuando lo volví a mirar el pequeño perro había crecido casi a mi altura, y sus finas patas se habían transformado en musculosas piernas, acompañada de feroces garras, no alcance a evadirlo y el payaso comenzó a repartir latigazos tanto a mí, como al can que había puesto una de sus patas sobre mi pecho, mis brazos apenas alcanzaron su cuello para evitar que sus fauces mordieran mi cara.

El payazo se mantenía constantemente dando de latigazos, en el forcejeo para que no me arrancara el rostro, di una fuerte patada en el vientre del perro — ¡mi Kuki! — grito el payaso al ver al perro volar por los aires, pero eso no detendría al perro de ese tamaño, apenas el perro toco el suelo se lanzó contra mí, tire una bomba de humo, en la humareda y la confusión logre montarme al perro, este se balanceo de un lado a otro, tratando de botarme pero no pudo, en su desesperación salto el muro saliendo de la mansión, desde el otro lado del muro se escucho un silbido y el perro volvió, dejándome ahí.

—La noche recién comienza y mi trabajo aun no está terminado— dije mientras me disponía a entrar nuevamente...