Como había dicho antes actualizare este tema en mensajes, solo sigan el indice para poder continuar los capítulos.
Aquí el segundo capitulo. Besos
______________________________________________________________________________Capitulo 2: Sr. Morton
Al marcharse los chicos, el ambiente comenzó a cambiar de tonalidad. La pulcritud de la casa se torno de una oscuridad temible y en ese gran salón se veía más oscuro, lo único que daba un estigma de luz es el pequeño fuego de la chimenea. Las dos mujeres seguían sentadas en los sofás con el té aun humeante frente a sus rostros.
- ahora si ¿qué fue lo que ocurrió? – pregunto Yulia fríamente fijando su mirada en el pálido rostro de Elizabeth
- yo…- murmuro ahogadamente.
De momento el silencio opaco cualquier susurro. Yulia saco una botella de vino de un pequeño baúl cerca suyo y se sirvió dos copas. Sentía pena no poder obtener lo que quería, estaba dando por terminada la velada, cuando un chillido ahogado llamo su atención.
“ese invierno algo cambio… dejo de ser quien era. No discutía, no era el típico testarudo de siempre. Al comienzo pensé que era perfecto, lo había logrado y por fin sería un esposo ideal.
Vaya que fui una tonta.
Pasaba más tiempo solo, se aisló por completo. Ignoraba hasta a su propio hijo. Intente averiguar qué ocurría. Con su hermano, con su hijo, con todo con el que tuviera relación, pero todos eran unos ignorantes.
Esa mañana aclare unas dudas…”
Su relato se interrumpió cuando le invadió el llanto, cada lagrima le estaba carcomiendo la piel y quemando el recuerdo. Yulia le paso unos pañuelos para que asfixiara esas molestas lágrimas.
- debemos recordar porque estamos aquí. Nuestros hijos deben ser lo que nos importa en este momento – soltó Yulia recuperando la compostura
- pero… él… él es muy joven
- Es hijo de su padre, se adaptará fácil – se quedo pensando por un momento – deben conocerse y yo tengo que saber que el muchacho es confiable.
Elizabeth dejo de llorar de inmediato. Odiaba a esa mujer frente a ella ¿Quién se creía para dudar de su hijo?
- ¿qué imaginabas que iba a pasar? – le miro de reojo Yulia – ¿Sellaría nuestro convenio con una corta visita como si fuéramos viejas amigas? Si, ya nos conocemos de mucho antes y por muchas cosas, pero no serán tan fácil.
Era un juicio y Yulia era la juez. Era la matrona que estaban buscando, la respuesta que estaban necesitando, pero el simple hecho que Elizabeth pasa de ser la señora que daba las ordenes a ser tratada como una chiquilla era una sucia jugada.
- Deberán vivir un tiempo con nosotros – dictamino la anfitriona. Elizabeth no podía hacer nada más, se debía resignar a sus órdenes.
Al poco tiempo llegaron Morgan y Dark precedidos por el mayordomo que les invitaba a que se unieran a la charla de las señoras. Era incomodo sentarse cerca de sus madres, tenían que estar separados y actuar con indiferencia
- lo importante por lo que nos llamaba ¿era? – acuso Dark mirando a Yulia. No obtuvo respuesta alguna hasta que vio correr por las paredes una sombra imponente
- fuera de mi hogar – susurraba la sombra – fuera de mi hogar sangre testaruda.
El fuego de la chimenea se apago por completo y se prendieron unas velas alrededor de la habitación. La sombra se acerco a Dark y tomándole el hombro dijo con labure tonada – no sabía que fueran nuestros invitados.
El hombre paso por delante del muchacho justo donde Yulia se encontraba, besándole el cuello apasionadamente y dirigió la mirada a Elizabeth
- hermosa mujer, encantado de verte – le beso la mano con delicadeza – ver tu rostro sin lagrimas es completamente exquisito.
Ese hombre se imponía sobre todos los demás tanto por su estatura como por su gruesa figura, las cicatrices enmarcaban su mejilla izquierda pero no distorsionaban su mirada profunda como el mismo universo. Era una figura que daba confianza, pero a su vez promovía el miedo.
- ¿ya se encuentra pactado el compromiso? – pregunto el Sr. Morton
- ¿compromiso? – se exaltaron los dos jóvenes hirviendo en vergüenza
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