Rosalind Franklin.
Nacida en Londres en el año 1920, jugó un papel clave en el descubrimiento de la estructura del ADN.
Aunque nunca obtuvo el reconocimiento que merecía.
Padecio de cáncer ovárico provocado por las repetidas exposiciones a la radiación en sus experimentos, el machismo imperante en la sociedad de la época le privaron del Premio Nobel de Medicina, que fue concedido a sus compañeros de laboratorio en 1962, pocos años después de su fallecimiento.
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