(01-02-2019, 01:48 PM)Aqua escribió: Mmm... Pues no muchas, no soy demasiado temeraria, pero jamás olvidaré las veces que casi me atropella un tren siendo niña...
no recuerdo la edad, creo que 2 o 3 años, me quedé sin respiración por tragar de golpe un caramelo que se había quedado atorado en mi garganta.
No me ha pasado ello con los trenes pero sé a qué se refiere con ello de los pequeños espacios para resguardarse puesto que donde viven unos familiares tienen el ferrocarril pasando y pasando, al inicio hasta se me dificultaba el dormir allá y al ir a las vías me fije en ello de las barandas.
Y lo de ahogarse creo es más común de lo que parece, en mi caso fue ello, pero con un hielo, y vaya que se sintió horrible, no lo pude sacar nunca; tuvo qué derretirse el despiadado y tras ello la sensación se quedó cómo tres horas más, es feo sentir algo en la garganta sin que esté ahí.
Saludos
(01-02-2019, 09:21 AM)-Neriah escribió: A ver que haga memoria...
- discutí con un muchacho. Pues al idiota no se le ocurrió otra cosa que empujarme por el barranco...
- di un paso para atrás y hala, niña cayendo al patio. Era una altura desde la que podía haberme matado
- di una voltereta (no recuerdo si hacia delante o hacia atrás) la hice mal, no se que pasó, si me di un golpe o qué pero me quedé sin respiración, no podía respirar.
- vi que mi madre me había dejado albóndigas para comer, pues cogí una y me la comí rápido, tan rápido que apenas la mastiqué y se me quedó atascada entre la garganta. No veáis lo asustada que se quedo al verme, se levanto tan rápido que ni Quicksilver y empezó a intentar ayudarme. Al final conseguimos que saliese el maldito trozo
En definitiva lo suyo no son las alturas.
En lo personal lo más que me ha pasado con ello fue una contractura lumbar por lanzarme a conciencia al suelo de cuatro o tres metros de alto.
Lo de quedarme sin respirar, además de por un hielo que hasta que se derritió me dejó hacerlo, me ha pasado con un chile mega picante al cual mordí son pensar, tardé unos cinco minutos en recuperarme por lo picoso que estaba, pero de que hasta cambié de colores, vaya que cambié de colores.
Saludos.