15-01-2019, 03:41 PM
Mientras me preguntaba qué era lo que estaba sucediendo, de quella luz en lo alto seguían saliendo seres fuera de la lógica usual, Ana estaba enteramente en shock, y no era para menos, algo eran hombres polilla que sólo atacaban a la madera y algunas prendas, pero ello, vaya que ello estaba por tornarse peor de lo que pudiéremos pensar.
Cómo por programación tomé a nuestro pequeño Poodle Puchi, a Ana, y a toda marcha me abrí paso montado en nuestro auto, procurando no voltear a atrás, puesto que ya se dejaban escuchar los gritos desgarradores, los chillidos de animales callejeros, y ruidos ajenos a la cotidianidad auditiva, una especie de zumbido constante entre una mezcla de motor, con un toque de celular vibrando, bocas bufando, pezuñas trotando, peso impactándose con el suelo, en realidad ello estaba taladrándome la cabeza.
Impulsado por el amor que tengo a los dos seres que conforman mi familia seguí recto hasta llegar a la ciudad siguiente...