[Zoom]

O al menos así parecía, ya saben, la calma antes y después de una tormenta, ahora comprendo que no debí bajar la guardia, estar tan tranquilo creyendo que todo había acabado...

Eran ya pasadas las 7, pero en esta época el sol se pone mucho más tarde, así que en el cielo se veía un atardecer amarillo y rojizo, mi esposa Ana se acercó hacia mi y me dio un beso en los labios. Se podía sentir la paz a su lado, me alegra tenerla junto a mi, sin ella no lo habría logrado.

Ana se acostó en nuestra hamaca y tomó un trago también,  nos pusimos a charlar tranquilamente de lo sucedido, reímos recordando todo -Menos mal no tenemos hijos- dijo ella y yo asentí mientras salía de mi una risa burlona.

Nos quedamos hablando unas horas, después fuimos a dormir, igual que el resto de nuestros vecinos. Caímos rendidos, la mañana siguiente inició tranquila también, como esperabamos que fuera...

Al menos así era hasta que se vio una luz violeta en el cielo fue tan grande que cualquiera podría percatarse, de aquella luz empezaron a aparecer unas criaturas de hielo provenientes del polo sur, corrí a encender la televisión y en todos los canales salían noticias de cómo el mundo entero era invadido con criaturas extrañas, mutantes salvajes incontrolables.