Stanley Kubrick
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Stanley Kubrick
[Imagen: 2019_episodeimage.jpg]



Stanley Kubrick (Manhattan, Nueva York, Estados Unidos; 26 de julio de 1928–St Albans, Reino Unido; 7 de marzo de 1999) fue un director de cine, guionista, productor y fotógrafo estadounidense. Es considerado por muchos como uno de los cineastas más influyentes del siglo XX. Destacó tanto por su precisión técnica como por la gran estilización de sus películas y su marcado simbolismo.

Nació en el seno de una familia judía acomodada residente en el barrio neoyorquino del Bronx.​ Era el primogénito del matrimonio formado por Jacob Leonard Kubrick (1902-1985) y Sadie Gertrude Perveler, quienes tuvieron también a una niña llamada Barbara.

Aunque dotado de un coeficiente intelectual por encima de la media, nunca fue buen estudiante: era un alumno indisciplinado, faltaba a clase la mitad de los días lectivos​ y sus notas «eran un desastre».​ Él mismo se procuraría su propia educación superior.

Tres aficiones marcaron la juventud y la trayectoria profesional de Stanley: la fotografía, que practicaba con una cámara réflex que le habían regalado sus padres, la música, en especial el jazz, y el ajedrez.​ De hecho, tenía solo 16 años cuando consiguió integrarse en el departamento de fotografía de la revista Look. En cuanto a la música, su melomanía le permitió a lo largo de toda su carrera poder discutir todos los aspectos relacionados con la banda sonora de sus películas. Y también decisiva habría sido su afición al ajedrez,​ gracias al cual subsistió durante un período turbulento de su vida y al que homenajearía en algunas de sus películas. Es posible que cultivar este juego contribuyera a perfilar su frialdad profesional como director y el perfeccionismo que siempre se le ha atribuido. Precisamente sobre esta cuestión, sin embargo, el cineasta se manifestaba en abierto desacuerdo: «El perfeccionismo: los periodistas utilizan esta palabra para agredirme, y me parece injusto. Si intentas hacer algo, procuras que resulte lo mejor posible. Nunca desperdicio ni mi tiempo ni mi dinero; solo trato de hacer bien las cosas».

Durante su juventud, Kubrick asistía frecuentemente al cine Loew's Paradise y al Museo de Arte Moderno de Nueva York; también, ya como pasatiempo tardío, acudía a ver películas mediocres que le impulsaron a superarlas con creces. Poco a poco nació la idea de abandonar su trabajo en la revista y dedicarse a la realización de películas. Cuando aún concedía entrevistas, se refería a Max Ophüls y Serguéi Eisenstein como sus dos referencias cinematográficas más influyentes, el primero por su trabajo con la cámara y el segundo por su técnica de montaje.



Personalidad e ideología.

Una de las personas que más han ahondado en la personalidad del genio neoyorquino ha sido el periodista y guionista Michael Herr, quien en su obra Kubrick describe su relación personal y profesional.

Así, Herr observa que, aunque, en cierto modo, a Stanley le incomodaba el contacto físico, era de natural afectuoso, de trato fraternal y habla fluida, «melodiosa incluso».​ Entre quienes alababan su trato se encontraba su ama de llaves, Betty Compton, que afirmó: «siempre que no le trataras con condescendencia, era estupendo trabajar con él».

Ambicioso, con talento y confianza en sí mismo, tenía «un cerebro acerado y unas enormes pelotas de latón».​ Matthew Modine le contó a Vincent LoBrutto, el biógrafo de Stanley: «Probablemente es la persona más sincera que he conocido. […] Debajo de esa apariencia hay un hombre muy cariñoso, concienzudo, a quien no le gusta el dolor, ver sufrir a los animales o a los seres humanos».

A los críticos que dicen que era misógino, les recuerda que algunas mujeres, como Jean Simmons, Susanne Christiane, Sue Lyon, Marisa Berenson y Nicole Kidman aparecían muy hermosas en sus películas y que, de hecho, por alguna de ellas «sintió tanto respeto que las hizo ser tan peligrosas como cualquiera de sus personajes masculinos».

A los que le tildan de frío, de falta de humanidad, de alejamiento de la gente, actitudes que se atribuían a sus supuestas neurosis, Herr les objeta que todas ellas no eran sino símbolos de su pureza; que no era tanto misantropía como irreverencia.​ Tendía a mostrarse algo hipocondríaco y paranoico, pero no era un lunático. Otros epítetos negativos que ha recibido son: «excéntrico, solitario y misántropo; loco, autócrata y adusto; frío, maniático y arrogante». Cierto crítico cinematográfico llegó a retratarlo como «[ese] estrafalario maníaco lleno de fobias y obsesionado por controlarlo todo». Debido a que las ciencias psicológicas en el momento de su niñez no estaban tan desarrolladas, se imposibilitó efectuarle un diagnóstico que permitiera conocer las causas de su peculiar personalidad. Sin embargo, algunos expertos han especulado que pudo haber padecido el síndrome de Asperger o alguna condición perteneciente a los trastornos del espectro autista.

Aunque sus padres se habían casado por el rito judío, nunca trataron de inculcar en sus hijos un sentido religioso de la vida. Más aún, Kubrick profesaría durante toda su vida una visión atea del mundo.

Partidario del capitalismo como sistema económico, para él la democracia no pasaba de ser «un noble y fracasado experimento en nuestro camino evolutivo», un experimento lamentablemente devaluado por los bajos instintos, el dinero, el egoísmo y la estupidez de los seres humanos, así que nadie mejor que un «déspota benévolo» para gobernarlos.



Obra.

Comenzó a trabajar en el cine a partir de 1951, año en el que se estrenó su primer proyecto, el cortometraje documental Day of the Fight,​ que fue comprado por RKO Pictures, dándole a Kubrick un pequeño beneficio económico. Esta compañía también le adelantó dinero para su siguiente trabajo, un documental de nueve minutos llamado Flying Padre.​Tras realizar varias cintas como Killer's Kiss (El beso del asesino, 1955) o The Killing (Atraco perfecto, 1956),​ se estrenó Paths of Glory (Senderos de gloria, 1957), un filme antibelicista que hasta el día de hoy es considerado uno de los mejores del director.

Tras esta grabación, dirigió su primera película de alto presupuesto, Espartaco (1960), que fue galardonada con cuatro Premios Óscar y elevó la carrera de Kubrick a un mayor nivel.​ Tras el éxito que cosechó la cinta —incluyendo un Globo de Oro a la mejor película dramática—, Kubrick tuvo la oportunidad de dedicarse a otro proyecto, Lolita de 1962.​ El largometraje protagonizado por Sue Lyon y James Mason recibió críticas mixtas, aunque causó controversias debido al contenido relacionado con la hebefilia (interés físico o sexual de los adultos y jóvenes en pubescentes, es decir, en personas que se encuentran en la pubertad iniciando la adolescencia). Sin embargo, fue nominado como mejor director en los Globos de Oro y en el festival de Venecia en 1962. Dos años después, dirigió Dr. Strangelove (¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, 1963), por la cual fue candidato a varios galardones, entre ellos varios BAFTA y su primera nominación al Óscar, en las categorías Mejor director y guion adaptado.

En 1968 alcanzó la cumbre de su carrera con 2001: A Space Odyssey, filme de ciencia ficción con el que ganó su único Óscar a título personal, por el diseño de efectos especiales.​ Además, la película es considerada como una de las mejores de la historia dentro de su género.​ Posteriormente, Kubrick dirigió La naranja mecánica, una de las cintas más polémicas de la historia, más que nada por su alto nivel de censura. Esta es una adaptación de la novela homónima de Anthony Burgess que muestra al personaje Alex DeLarge —interpretado por Malcolm McDowell—, un delincuente sociópata y carismático, cuyos placeres son la música clásica, la violación y la llamada ultraviolencia. El largometraje fue polémico en varios países, entre ellos Reino Unido. Por esto, Kubrick pidió a Warner Bros que lo retirara del Reino Unido, pues se encontraba bajo mucha presión e incluso llegó a recibir amenazas de muerte dirigidas hacia él y su familia.​ Además, La naranja mecánica fue candidata a cuatro premios Óscar y Kubrick fue candidato a este galardón, al Globo de Oro y al BAFTA por su dirección y guion.

Posteriormente, dirigió Barry Lyndon de 1975, ganadora de cuatro Óscar; Kubrick perdió como Mejor director ante Miloš Forman por One Flew Over the Cuckoo's Nest (Alguien voló sobre el nido del cuco), con Jack Nicholson. Este actor protagonizó la siguiente película de Kubrick, El resplandor, basada en la novela de Stephen King. Tras de la realización del filme, King comentó que le desagradó la versión de Kubrick.​ Asimismo, dirigió Full Metal Jacket (La chaqueta metálica, 1987) y finalmente Eyes Wide Shut (1999).

Aunque en sus películas no hay personajes que realicen actos sexuales, la sexualidad en las películas de Kubrick suele ser representada fuera del matrimonio, en situaciones hostiles. Para el biógrafo John Baxter, el director neoyorquino explora "los caminos furtivos y violentos de la experiencia sexual: voyeurismo, dominación, esclavitud y violación" en sus películas. Más aún, señala que películas como La naranja mecánica son "potencialmente homoeróticas", desde Álex caminando frente a sus padres con un ojo "maquillado con pestañas postizas", hasta su inocente aceptación de los avances sexuales de su asesor.



Muerte.

El 7 de marzo de 1999, cuatro días después de una sesión privada para su familia y actores de su último filme, Eyes Wide Shut, Stanley Kubrick murió de un ataque cardiaco mientras dormía; tenía 70 años.

Fue enterrado junto a su árbol favorito en los terrenos de Childwickbury Manor, en el condado de Hertfordshire (Reino Unido). En su libro dedicado a Kubrick, su esposa Christiane incluyó una cita de Oscar Wilde que el cineasta evocaba a menudo: «La tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que sigue siendo joven».

Cinco días después del fallecimiento, se ofició en su residencia el funeral por su memoria; al solemne acto asistió apenas un centernar de personas, pertenecientes a su círculo más cercano. Por petición expresa de la familia, los medios de comunicación se mantuvieron a una milla (1,6 km) de distancia de la puerta de entrada.



Películas de Kubrick que recomiendo:

La Naranja Mecánica.
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Es quizá la más famosa de Stanley. La película es una crítica al mundo de las pandillas juveniles y las teorías conductivistas de la psicología. En su momento, esta logró consagrarlo como el director más serio de la época. La música es majestuosa, al igual que la actuación del sujeto que interpreta a Alex.



El Resplandor.
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Esta se basó en la novela homónima de Stephen King. En El Resplandor viajarás hasta un hotel aislado en la nieve, en donde habita un escritor y su familia. La película demuestra los poderes destructivos de la bebida y sus efectos en la mente.



2001: Una Odisea del Espacio.
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Esta espectacular odisea es un relato gráfico del pasado y el futuro de la humanidad. Es un tanto incomprensible, pero su complicada trama y elementos la consagraron como la piedra angular del cine de ciencia ficción. 2001: A Space Odyssey llegó en 1968 al cine y hoy en día, aún es considerada una obra maestra.




Fuente: Wikipedia y Mundo.
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