15-10-2018, 11:22 PM
Estaba dormida. Esa era la única razón coherente a lo que estaba sucediendo. Por supuesto, debió exagerar con las porciones durante la cena y ahora estaba teniendo pesadillas. Su madre siempre lo decía “Tarsa, no debes comer tanto o te sentará mal”, ahora ahí estaban las consecuencias.
Aunque aquello era aterrador debía darse algo de crédito ¡qué buena imaginación tenía! Ya podía verse como la siguiente Del Toro con aquel esperpento al frente dando órdenes de manera escalofriante y poniendo a todos a temblar. Se haría millonaria, se haría famosa, se…
—Arggh. —La punzada de dolor que aquel choque eléctrico la trajo a la realidad, aquello no era un sueño, no podía serlo o despertaría con semejante dolor atravesando sus músculos Un temor indescriptible se apoderó poco a poco de su cuerpo, incluso cuando algunos se movieron para tomar asiento ella se quedó un poco resagada ¿qué eran aquel lugar y esa imitación revolucionada de Slenderman? ¿Por qué estaba ella ahí? Sin poder controlar los espasmos de su cuerpo se acercó al asiento que le correspondía, cerrando los ojos una vez se encontró sentada como si de esa manera pudiera escapar de ese lugar o evitar que algo malo pasara.
Apenas escuchó las instrucciones se percató del platillo frente a ella. Bastó una pequeña mirada para que el color abandonara su rostro y corriera la silla hacia atrás evitando caer apenas. Definitivamente, absolutamente no comería aquello. Miró a su alrededor en busca de ayuda sólo para encontrar con que algunos estaban comiendo sus respectivos platillos, ella no podía cubrir sus ojos porque no llevaba algo para hacerlo y aunque lo tuviera no creía que diera resultado. Examinó el platillo con cuidado, tratando de encontrar aquel mentado acertijo y poder largarse de ahí, pero por más que intentaba aquello parecía no tener una feliz solución.
Pronto los demás comenzaron a ofrecer respuestas causando que la ansiedad se hiciera presente en ella, debía darse prisa o se quedaría ahí para siempre rodeada de bichos y con reptiles como único alimento disponible. —De acuerdo Tarsa, es hora de concentrarse. —Respiró profundamente un par de veces. Primero resolvería el acertijo más grande.
Sacó el móvil para abrir alguna aplicación de notas para escribir todas las partes que tenía disponibles. Aquello tenía dos salidas, una donde un par de enamorados se ven impedidos a continuar juntos y otra donde el desprecio de los padres lastima profundamente al hijo. ¿Sería aquello una tragicomedia romántica? Usualmente elegiría aquella, su lado pervertido tendía a controlar su mente pero en esta ocasión, ¿sería apropiado? Mordió la comisura de sus labios antes de comenzar a leer en voz medianamente alta.
—El hijo fue quien pisó la mina, el amigo que mencionó no existía. Se suicidó cuando sus padres le dijeron que así sólo sería una molestia… —Parte uno: Lista. Ahora sólo restaba resolver lo de su nada apetecible platillo, si tan sólo pudiera mover la comida sin tener que acercar su boca… Con una de las esquinas del teléfono dio pequeños golpecitos en su mejilla, entre más veía aquellas lagartijas enormes en el plato más se revolvía su estómago. —¡Demonios! —Exclamó azotando el aparato contra la mesa, o por lo menos esa fue la idea pues al fallar el movimiento terminó por volcar el plato sobre ella desperdigando el contenido sobre el suelo. Se levantó de un tirón, abriendo la boca sin poder hacer ningún sonido y sacudiendo frenéticamente sus manos.
Un par de minutos después, cuando la euforia y el miedo la dejaron un poco permitiéndole oxigenar su cerebro vio en el suelo un extraño papel, ¿sería aquello lo que estaba buscando? Respirando sonoramente un par de veces se inclinó para recogerlo haciendo uso de sus dientes sólo por si acaso a Slenderman se le ocurría replicar. Una vez de pie lo tomó con las manos y lo desenvolvió rápidamente para dar lectura. En principio no tenía ningún sentido, ¿quién llevaba sus propios cubiertos a un restaurante? En fin, la respuesta no podía estar en el cuchillo, a menos que lo haya usado para apuñalarlo, pero no sonaba a algo factible. ¿Quizá el sujeto era alérgico a las manzanas? Sería una buena solución pero entonces no tenía sentido el haber aceptado la manzana en primer lugar.
Llevó las manos hasta la castaña cabellera para rascar su nuca, aquel lugar la estaba poniendo enferma ¿no habría por ahí un poco de agua? Miró en todas direcciones viendo sólo los distintos platillos… —¡Eso es! —pronunció para sí misma mientras chasqueaba los dedos. —Ella ordenó una manzana, pero ¿qué fue lo que ordenó él? Pudo haber sido una langosta o un simple vaso con agua, el veneno no estaba en la manzana sino en lo que el sujetó ordenó para sí. —Miró al larguirucho monstruo con suspicacia, como si se estuviera enfrentando a la mejor detective de todos los tiempos. Aunque en realidad no lo era y no pudiera estar realmente segura de haber dado en el clavo. ¿Era esa la respuesta correcta? Esperaba que sí.
Aquí el acertijo: