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“Si no hay preguntas pueden salir”, dijo el maestro de literatura atiborrado de la clase. Tomó su mochila, acomodó sus libros, y antes de tocar la puerta, una mano pálida y escuálida se levantó alta y firme “¿Qué es la necesidad?”, preguntó.

Su voz se alzó en medio de avioncitos y bolitas de papel, la pausa hiso lo suyo y los disparatados alumnos pusieron su inmediata atención en el aterrado profesor.

La cuestión lo mantenía aterido. No hallaba la manera de no quedar como un incompetente ante aquellos alumnos que ya de por sí le tenían poco respeto a él y a su trabajo. Intimidado clavó la mirada en el piso para esquivarles. Pero no importaba lo que hiciese, aquellos chavales no se moverían ni un centímetro con tal de verle derrotado. El hombrecillo cerró los ojos, y musitó su gratitud a aquella persona que le arrojó la pregunta “Gracias por esta oportunidad”, dijo entre dientes; se armó de valor, alzó la vista hacia el horizonte, se acomodó la corbata y entonces habló “La necesidad es…”, tragó saliva y continuó.

- La necesidad es una carencia de todo lo imprescindible que necesita el ser humano para vivir.
- ¿Y qué es aquello con lo que el ser humano no puede vivir? —preguntó uno de esos chavales que, hasta ese momento, le tomaban al pobre maestro como a un chiste.
- Ehm… —se rascó la cabeza— puede ser cualquier cosa, siempre y cuando tenga algún valor para la persona.
- ¿Cómo qué, maestro? —preguntó una chica, que por primera vez le llamó por su profesión.
- ¿Hay algo que a ti te importe mucho?
- Mi perro, maestro. Mis padres. Y… mi guitarra.
- Que guarra. Mira que poner al perro por delante de tus padres.
- A ti qué te importa.
- Me importa mucho. Es una necesidad.
Se escucharon risas al unísono.
- Verán, muchachos. Nuestras necesidades son propias. Nos pertenecen a nosotros. Y aunque hayan personas que no las entiendan, ello significa lo mucho que nos importan y lo indispensables que son. Para mí, puede ser el amor, para ti puede ser una gota de lluvia, un atardecer, un recital, un pastel, una respiración, o unas palabras. Ahora sí, si no hay preguntas pueden salir.

Después de eso, el maestro salió de ahí y presentó su renuncia junto con una serie de motivos, entre los cuales, se podía leer:

“La necesidad es una cualidad que nos permite ser humanos.”