Por hoy subiré este como último (aunque no es el último que escribí). Dentro de dos días hará dos años que escribí este poema.
Dedicado a mi tutor de bachillerato, un hombre muy especial que murió fortuitamente hace dos años, la noche del 8 al 9 de marzo. Todavía duele su ausencia.
MIS LÁGRIMAS SABEN A TIZA
Tras un estruendo que estremece a mi oído,
una losa cae sobre mi conciencia y corazón.
El peso de la muerte me destroza los sentidos
y los recuerdos encarcelan mi razón.
Mi memoria blanca y verde se tornó,
de mi espalda salieron las alas que esculpiste,
y aunque la vida por siempre nos unió,
un ángel se divierte jugando al despiste.
En esta travesura de hueso carcomido
haces una travesía por el laberinto,
arriesgándote a pasar por el cruce del olvido,
consciente de que ahora todo será distinto.
Al otro lado de un alto muro de ladrillo
escucho el eco de tu alma al pasar
y cuando camino de vuelta por el pasillo,
lloro al saber que no te puedo abrazar.
Tu mirada fijamente me atormenta
y me asomo a observar por la ventana
cómo te disfruta una luna contenta
con la que espero disfrutar yo el mañana.
Un suspiro me acompaña al cerrar los ojos,
contemplo las estrellas y escucho tu risa.
Mi mundo se llena de dolor y de enojos,
por esta noche mis lágrimas saben a tiza.
una losa cae sobre mi conciencia y corazón.
El peso de la muerte me destroza los sentidos
y los recuerdos encarcelan mi razón.
Mi memoria blanca y verde se tornó,
de mi espalda salieron las alas que esculpiste,
y aunque la vida por siempre nos unió,
un ángel se divierte jugando al despiste.
En esta travesura de hueso carcomido
haces una travesía por el laberinto,
arriesgándote a pasar por el cruce del olvido,
consciente de que ahora todo será distinto.
Al otro lado de un alto muro de ladrillo
escucho el eco de tu alma al pasar
y cuando camino de vuelta por el pasillo,
lloro al saber que no te puedo abrazar.
Tu mirada fijamente me atormenta
y me asomo a observar por la ventana
cómo te disfruta una luna contenta
con la que espero disfrutar yo el mañana.
Un suspiro me acompaña al cerrar los ojos,
contemplo las estrellas y escucho tu risa.
Mi mundo se llena de dolor y de enojos,
por esta noche mis lágrimas saben a tiza.
Dedicado a mi tutor de bachillerato, un hombre muy especial que murió fortuitamente hace dos años, la noche del 8 al 9 de marzo. Todavía duele su ausencia.