Hay que concentrar los esfuerzos en una o en muy pocas cosas. Esto es porque nunca vas a tener tiempo suficiente para todas, así que es mejor elegir bien. ¿Qué es lo que más importa? ¿Qué es lo esencial? ¡Ése es tu proyecto!
Conviene practicar la gratitud todos los días. ¿Cómo? Se le destinan unos minutos a la mañana y/o a la noche. Esto es para agradecer las cosas buenas que tenemos y es muy importante porque nadie es feliz si no sabe agradecer lo que tiene. Empezamos: "Agradezco...", y vamos diciendo según nos salga.
Las personas que creen que la disciplina tiene que ser dura nunca van a tener disciplina. Ir al límite en cada cosa que empieces sirve para que te rindas más pronto. ¿Con qué necesidad vas a llevarlo todo al extremo? La madre de la constancia es la sabiduría y la sabiduría dice que una tarea horrible va a ser evitada, pero cuando vos mismo la vuelvas horrible, no es culpa de la tarea sino de tu error.
Siempre hay personas tratando de ayudarte, aunque no hay que abusar. No te olvides de que la responsabilidad de tu vida es tuya y es por eso que los demás no se van a meter y no van a sacarte del pozo si llegaras a caerte (por respeto a tu libertad). Por mucho que pienses que esto es una señal del egoísmo ajeno, la verdad es que tampoco pueden hacer mucho más que aconsejarte o darte una opinión, porque no saben resolver tus cuestiones emocionales complicadas. Te estoy diciendo que no culpes a los otros de cómo estás o te sentís. Hay una sola persona que puede arreglar eso y la ves cada día cuando te mirás al espejo.
Es pecado opinar bien de uno en público, porque te van a decir "vanidoso" o incluso "soberbio" (que te creés mejor que el resto). Pero yo no conozco ninguna persona con mucha confianza que no se elogiara a sí misma. Y llego a descubrir que, al final, es parte de la salud. A la humildad, a la modestia, creo que la gente les confunde el buen uso y las convierten en una enfermedad. No hay que creerse mejor que los demás sino elogiarse en un sentido que también estés dispuesto a elogiar a otros. Pero no elogiar es no saber apreciar y deberías saber apreciarte y también saber apreciar a otros. Además, creo que en eso de que para amar mejor a los otros hay que saber amarse a uno mismo. El que se traiciona a sí mismo, termina fallándole a sus seres queridos por su debilidad y, aunque no los traicionara, igual acaba debilitado por su pobre concepto y se vuelve menos capaz de tratarlos bien, distraído por sus propias angustias. Pero esa debilidad es ilusoria, es una creación mental, y se termina cuando nos aprendemos a elogiar (lo que yo sé que está prohibido).
Los desafíos te hacen mejor. No hay que tenerles miedo.
La gente tiene miedo a perder pero tendría que tener más miedo a no intentar nada. Porque el que fracasa aprende y mejora, el que no intenta nada porque tiene miedo nunca va a avanzar ni un centímetro. ¿Se pierde por fracasar? Sí, se pierde, pero ¿cuánto nos perdemos de la vida por quedarnos asustados, viendo desde la platea del mundo, mientras los valientes pelean en la arena? Si acaso, siguiendo al miedo no se muere aunque tampoco se vive. Tu miedo a que las cosas salgan mal, a que te estafen, a que te humillen, a que te traicionen, puede destruirte infinitamente más que la mala experiencia misma si sucede.
Para vivir bien se necesita un cuerpo sano. Hay que cuidarlo porque la vida es preciosa (valiosa) y cuidándonos vivimos más y mejor. La inteligencia también funciona mejor cuando el cuerpo está bien. No hay contradicción entre mantener un cuerpo fuerte y ser inteligente. A tus 70, si te cuidaste, vas a estar mejor que otro de tu misma edad y esa pequeña diferencia puede ser que te permita tener proyectos muchos más años, cuando otros ya están retirados y en lo único que piensan es en descansar y reírse con sus nietos. Cualquier cosa que hagas por tu cuerpo, por más que no seas perfecto, ayuda a este objetivo.
Todo lleva esfuerzo. Hoy parece un insulto decirle a los chicos que hay que esforzarse. Pero es que, sin esfuerzo, es imposible que algo funcione, por muy capaz y talentoso que seas. Se necesitan horas, día tras día, para lograr un objetivo importante. Al principio, no se ven muchos resultados y es fácil rendirse, decir que esto no funcionó y seguir con otra cosa. Hasta que descubras que ninguna cosa te funciona y te plantees que es estrictamente un asunto de "mantenerse hasta que funcione" y que todo podía haberte funcionado, si no te hubieses rendido. Las cosas no te dan su jugo al principio, lo hacen recién cuando ya son proyectos conocidos, terminados o importantes. O sea, te dan sus frutos más bien al final. Empiezan a producir cuando pasaste la prueba de la perserverancia, cuando ya hay una enorme carga de esfuerzo acumulado.
Confiá en mi palabra: no existen personas que no tengan problemas o que no se sientan mal. Cuando creas que sos un pobre tipo sin autoestima, cuando te mires al espejo y no te gustes, cuando no tengas ánimo para apostar ni un centavo por tu persona y tu futuro, quiero que sepas que es humano ese sentimiento, que es compartido por la Humanidad entera. Aunque las personas muestren su mejor cara, aunque los veas siempre sonrientes, aunque te juren que no tienen problemas y que jamás de los jamases se ponen tristes o necesitan ayuda, la verdad es que esas cosas son estrategias que usan para no sentirse peor por entristecer a otros o por dar una pobre imagen de sí mismos. Si puedo conseguir que te quede más claro: a todos nos pasaron cosas horribles, todos nos sentimos mal por ciertas cosas y todos tenemos nuestros problemas y cosas que nos cuestan demasiado. Por lo tanto, no te justifiques en eso para rendirte, para ser mala persona o débil, ni para hundirte en los peores sentimientos. Mirá a los demás: ¿no luchan a pesar de todo? A ellos les pasa lo mismo y tratan, aún así, de dar lo mejor.
Conviene practicar la gratitud todos los días. ¿Cómo? Se le destinan unos minutos a la mañana y/o a la noche. Esto es para agradecer las cosas buenas que tenemos y es muy importante porque nadie es feliz si no sabe agradecer lo que tiene. Empezamos: "Agradezco...", y vamos diciendo según nos salga.
Las personas que creen que la disciplina tiene que ser dura nunca van a tener disciplina. Ir al límite en cada cosa que empieces sirve para que te rindas más pronto. ¿Con qué necesidad vas a llevarlo todo al extremo? La madre de la constancia es la sabiduría y la sabiduría dice que una tarea horrible va a ser evitada, pero cuando vos mismo la vuelvas horrible, no es culpa de la tarea sino de tu error.
Siempre hay personas tratando de ayudarte, aunque no hay que abusar. No te olvides de que la responsabilidad de tu vida es tuya y es por eso que los demás no se van a meter y no van a sacarte del pozo si llegaras a caerte (por respeto a tu libertad). Por mucho que pienses que esto es una señal del egoísmo ajeno, la verdad es que tampoco pueden hacer mucho más que aconsejarte o darte una opinión, porque no saben resolver tus cuestiones emocionales complicadas. Te estoy diciendo que no culpes a los otros de cómo estás o te sentís. Hay una sola persona que puede arreglar eso y la ves cada día cuando te mirás al espejo.
Es pecado opinar bien de uno en público, porque te van a decir "vanidoso" o incluso "soberbio" (que te creés mejor que el resto). Pero yo no conozco ninguna persona con mucha confianza que no se elogiara a sí misma. Y llego a descubrir que, al final, es parte de la salud. A la humildad, a la modestia, creo que la gente les confunde el buen uso y las convierten en una enfermedad. No hay que creerse mejor que los demás sino elogiarse en un sentido que también estés dispuesto a elogiar a otros. Pero no elogiar es no saber apreciar y deberías saber apreciarte y también saber apreciar a otros. Además, creo que en eso de que para amar mejor a los otros hay que saber amarse a uno mismo. El que se traiciona a sí mismo, termina fallándole a sus seres queridos por su debilidad y, aunque no los traicionara, igual acaba debilitado por su pobre concepto y se vuelve menos capaz de tratarlos bien, distraído por sus propias angustias. Pero esa debilidad es ilusoria, es una creación mental, y se termina cuando nos aprendemos a elogiar (lo que yo sé que está prohibido).
Los desafíos te hacen mejor. No hay que tenerles miedo.
La gente tiene miedo a perder pero tendría que tener más miedo a no intentar nada. Porque el que fracasa aprende y mejora, el que no intenta nada porque tiene miedo nunca va a avanzar ni un centímetro. ¿Se pierde por fracasar? Sí, se pierde, pero ¿cuánto nos perdemos de la vida por quedarnos asustados, viendo desde la platea del mundo, mientras los valientes pelean en la arena? Si acaso, siguiendo al miedo no se muere aunque tampoco se vive. Tu miedo a que las cosas salgan mal, a que te estafen, a que te humillen, a que te traicionen, puede destruirte infinitamente más que la mala experiencia misma si sucede.
Para vivir bien se necesita un cuerpo sano. Hay que cuidarlo porque la vida es preciosa (valiosa) y cuidándonos vivimos más y mejor. La inteligencia también funciona mejor cuando el cuerpo está bien. No hay contradicción entre mantener un cuerpo fuerte y ser inteligente. A tus 70, si te cuidaste, vas a estar mejor que otro de tu misma edad y esa pequeña diferencia puede ser que te permita tener proyectos muchos más años, cuando otros ya están retirados y en lo único que piensan es en descansar y reírse con sus nietos. Cualquier cosa que hagas por tu cuerpo, por más que no seas perfecto, ayuda a este objetivo.
Todo lleva esfuerzo. Hoy parece un insulto decirle a los chicos que hay que esforzarse. Pero es que, sin esfuerzo, es imposible que algo funcione, por muy capaz y talentoso que seas. Se necesitan horas, día tras día, para lograr un objetivo importante. Al principio, no se ven muchos resultados y es fácil rendirse, decir que esto no funcionó y seguir con otra cosa. Hasta que descubras que ninguna cosa te funciona y te plantees que es estrictamente un asunto de "mantenerse hasta que funcione" y que todo podía haberte funcionado, si no te hubieses rendido. Las cosas no te dan su jugo al principio, lo hacen recién cuando ya son proyectos conocidos, terminados o importantes. O sea, te dan sus frutos más bien al final. Empiezan a producir cuando pasaste la prueba de la perserverancia, cuando ya hay una enorme carga de esfuerzo acumulado.
Confiá en mi palabra: no existen personas que no tengan problemas o que no se sientan mal. Cuando creas que sos un pobre tipo sin autoestima, cuando te mires al espejo y no te gustes, cuando no tengas ánimo para apostar ni un centavo por tu persona y tu futuro, quiero que sepas que es humano ese sentimiento, que es compartido por la Humanidad entera. Aunque las personas muestren su mejor cara, aunque los veas siempre sonrientes, aunque te juren que no tienen problemas y que jamás de los jamases se ponen tristes o necesitan ayuda, la verdad es que esas cosas son estrategias que usan para no sentirse peor por entristecer a otros o por dar una pobre imagen de sí mismos. Si puedo conseguir que te quede más claro: a todos nos pasaron cosas horribles, todos nos sentimos mal por ciertas cosas y todos tenemos nuestros problemas y cosas que nos cuestan demasiado. Por lo tanto, no te justifiques en eso para rendirte, para ser mala persona o débil, ni para hundirte en los peores sentimientos. Mirá a los demás: ¿no luchan a pesar de todo? A ellos les pasa lo mismo y tratan, aún así, de dar lo mejor.
