24-05-2019, 03:27 PM
La cueva
Apenas si puedo respirar este aire viciado
en lo profundo de una cueva en la que me hallo perdido,
manteniendo con frecuencia coloquios conmigo mismo,
observando con anhelo y recelo el interminable abismo.
Imagino la entrada de este laberinto,
pienso en que el exterior será muy distinto.
Pero cuando atisbo el final del pasadizo,
solo hay oscuridad que se extiende hasta el infinito.
Vuelvo la vista al interior de la cueva
mientras escucho la voz de mi única compañera,
que me aconseja que vuelva adentro,
antes de que la ceguera llegue,
antes de que pierda el aliento
y me hipnoticen las palabras que el viento lleve,
no vaya a ser que como otros tantos caiga en las redes
que tejen con cuidado las arañas en las paredes,
esperando a que cruce el umbral y me pegue,
para consumir las entrañas y que de mí nada quede.
Apenas si puedo respirar este aire viciado
en lo profundo de una cueva en la que me hallo perdido,
manteniendo con frecuencia coloquios conmigo mismo,
observando con anhelo y recelo el interminable abismo.
Imagino la entrada de este laberinto,
pienso en que el exterior será muy distinto.
Pero cuando atisbo el final del pasadizo,
solo hay oscuridad que se extiende hasta el infinito.
Vuelvo la vista al interior de la cueva
mientras escucho la voz de mi única compañera,
que me aconseja que vuelva adentro,
antes de que la ceguera llegue,
antes de que pierda el aliento
y me hipnoticen las palabras que el viento lleve,
no vaya a ser que como otros tantos caiga en las redes
que tejen con cuidado las arañas en las paredes,
esperando a que cruce el umbral y me pegue,
para consumir las entrañas y que de mí nada quede.
Lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano