23-09-2020, 07:17 AM
¿Por qué hacer ciencia con tus hijos, sobrinos, hermanos pequeños o cualquier infante con el que tengas buena relación?
No se enseña matemáticas en las escuelas para que nuestros hijos sean matemáticos. No se les enseña a leer y escribir para que de adultos se conviertan en escritores.
De igual manera, no enseñamos ciencia a nuestros hijos para aumentar el número de científicos de nuestro país. (O al menos, no sólo con ese objetivo). Enseñamos ciencia para ayudarles a conocer el mundo que les rodea y para permitirles desarrollar habilidades que, en el futuro, les pueden ser muy útiles:
1. La ciencia enseña importantes técnicas de investigación: cuestionar y buscar respuestas, plantear hipótesis, recopilar información, probar supuestos, buscar patrones, saber comunicar los hallazgos.
2. La ciencia favorece las dotes comunicativas y enseña técnicas de trabajo cooperativo. Unas veces mediante el trabajo en proyectos científicos independientes, y otras mediante experimentos en grupo en los que el debate, la cooperación y el consenso son imprescindibles.
3. La ciencia nos aporta una muy saludable dosis de escepticismo, ya que durante la investigación científica los niños adquieren aptitudes de pensamiento independiente, desarrollan su capacidad crítica y aprenden a tomar sus propias decisiones a partir de la información de que disponen.
¿Cómo hacer que experimenten con la ciencia?
El deseo de explorar, investigar o hacerse preguntas forma parte de la naturaleza de los niñxs. Los niñxs desean averiguar por qué sopla el viento, de dónde sale el agua de la lluvia, cómo crecen los árboles o dónde se esconden algunos animales en invierno.
Pero no les gusta que les demos las respuestas. Quieren ser ellos los protagonistas del descubrimiento, quieren experimentar, quieren probar sus teorías.
Si queremos mantener viva esa curiosidad innata, debemos permitirle ser un verdadero científico. Tú puedes ayudarle proporcionando un entorno rico en experiencias científicas y con el mayor número posible de problemas sobre los que investigar. Pero, ¿cómo puedes hacerlo?
1. Conecta con la NATURALEZA
Una de las formas más sencillas de incorporar la ciencia en vuestro día a día es permitir a tu hijo salir al exterior y estar en contacto con la naturaleza. Si tienes acceso a zonas naturales, incluye al menos un pequeño paseo por la naturaleza en tu rutina diaria.
Si vives en la ciudad, busca parques amplios con vegetación, tierra y agua (olvídate de esos horribles parques de suelo de caucho). Casi cualquier actividad en la naturaleza puede ser una fuente de aprendizaje.
Observar, sentir y cuidar la naturaleza despertará seguro la curiosidad de tus hijos y su deseo de investigar.
1. Coger y observar insectos, mariposas, caracoles, renacuajos,etc.
2. Contemplar las estrellas y la luna
3. Contemplar una puesta de sol
4. Saltar en los charcos y beber agua de lluvia
5. Jugar con barro
6. Jugar con el sol y las sombras
7. Caminar descalzo por la hierba, la playa y la nieve
8. Comer alimentos directamente de la naturaleza
9. Construir una presa en un río 10. Bañarse en el mar y en un río
2. Crea tu propio Espacio Natural
Lleva la naturaleza a casa en forma de plantas, terrarios o creando un pequeño huerto en tu terraza o balcón, donde podáis sembrar y cultivar para después consumir aquello que habéis cultivado. El simple hecho de cuidar de este pequeño espacio natural os permitirá hacer predicciones, y comparaciones y os ayudará a entender los ciclos de vida en la naturaleza. Si además construís un comedero para pájaros, o un hotel de insectos, atraeréis a diferentes seres vivos sobre los que podréis investigar (pájaros, mariposas o pequeños insectos).
3. Mira al cielo
De día, observad el aspecto y la forma de las nubes. Observad el color del cielo. Intentad predecir el tiempo a partir de las nubes o del color del cielo en las puestas de sol. Jugad con el sol y la sombra y construid un reloj de sol. Observad los efectos de la radiación solar y aprended a utilizarla como fuente de energía. De noche, observad la luna y llevad un registro durante un mes de sus fases. Si tenéis oportunidad de acceder a un lugar con un cielo con buenas condiciones de visibilidad nocturna, aprovechadlo para observar estrellas y planetas. Quizás también algún satélite artificial o incluso aviones. Construid una estación meteorológica para llevar un registro de vuestra zona: días de lluvia, o viento, días fríos o calurosos, días de niebla o de nieve.
4. Pregunta mucho, responde poco
Cuando estéis en contacto con la naturaleza, seguro que tu hijo comenzará a explorar inmediatamente, y en cuanto descubra algo interesante te preguntará sobre ello. No te asustes si desconoces la respuesta: nadie tiene todas las respuestas a esas preguntas.
De hecho, aunque creas saber la respuesta, no se lo digas. Tómate tu tiempo para observar, reflexionar y explorar junto a tu hijo, ayudándole a buscar sus propias respuestas. Inicia una conversación mediante las preguntas adecuadas. Describe lo que ves y pide al niño que te explique lo que observa.
Una de las técnicas para ayudaros a profundizar en estas investigaciones es concentraros en el “Qué” en lugar del “Por qué”. Este tipo de preguntas se concentran en lo que está ocurriendo y son más fáciles de responder: “¿Qué observas?” “Qué pasa si....?” “¿Qué puedes hacer para averiguarlo?” “¿Qué has probado?”
5. Crea tu propio Museo de Ciencias Naturales
Llevaos a casa muestras recogidas de la naturaleza: semillas, piedras, conchas, plumas... o fotografías de vuestras observaciones.
En casa podéis crear un expositor a modo de pequeño museo de ciencias naturales. Este material os ofrecerá la oportunidad de hacer clasificaciones y ordenaciones y puede dar lugar a otros proyectos de investigación en vuestro espacio interior.
Incluye en este espacio instrumentos para estudiar los detalles de las muestras: lupas, pinzas, microscopios, espejos, etc . Así como papeles y lápices para anotar sus observaciones
De esta manera podremos ayudar a nuestra infancia a ser mucho mas curiosos y menos dependientes de la tecnología. Para no tener una generación de niños y niñas que no les interesa estas cosas. Menos entretenimiento vacio y más cultura entretenida.
Fuente: Blog de Experciencia, Maneras de incluir la ciencia en los más pequeños
No se enseña matemáticas en las escuelas para que nuestros hijos sean matemáticos. No se les enseña a leer y escribir para que de adultos se conviertan en escritores.
De igual manera, no enseñamos ciencia a nuestros hijos para aumentar el número de científicos de nuestro país. (O al menos, no sólo con ese objetivo). Enseñamos ciencia para ayudarles a conocer el mundo que les rodea y para permitirles desarrollar habilidades que, en el futuro, les pueden ser muy útiles:
1. La ciencia enseña importantes técnicas de investigación: cuestionar y buscar respuestas, plantear hipótesis, recopilar información, probar supuestos, buscar patrones, saber comunicar los hallazgos.
2. La ciencia favorece las dotes comunicativas y enseña técnicas de trabajo cooperativo. Unas veces mediante el trabajo en proyectos científicos independientes, y otras mediante experimentos en grupo en los que el debate, la cooperación y el consenso son imprescindibles.
3. La ciencia nos aporta una muy saludable dosis de escepticismo, ya que durante la investigación científica los niños adquieren aptitudes de pensamiento independiente, desarrollan su capacidad crítica y aprenden a tomar sus propias decisiones a partir de la información de que disponen.
¿Cómo hacer que experimenten con la ciencia?
El deseo de explorar, investigar o hacerse preguntas forma parte de la naturaleza de los niñxs. Los niñxs desean averiguar por qué sopla el viento, de dónde sale el agua de la lluvia, cómo crecen los árboles o dónde se esconden algunos animales en invierno.
Pero no les gusta que les demos las respuestas. Quieren ser ellos los protagonistas del descubrimiento, quieren experimentar, quieren probar sus teorías.
Si queremos mantener viva esa curiosidad innata, debemos permitirle ser un verdadero científico. Tú puedes ayudarle proporcionando un entorno rico en experiencias científicas y con el mayor número posible de problemas sobre los que investigar. Pero, ¿cómo puedes hacerlo?
1. Conecta con la NATURALEZA
Una de las formas más sencillas de incorporar la ciencia en vuestro día a día es permitir a tu hijo salir al exterior y estar en contacto con la naturaleza. Si tienes acceso a zonas naturales, incluye al menos un pequeño paseo por la naturaleza en tu rutina diaria.
Si vives en la ciudad, busca parques amplios con vegetación, tierra y agua (olvídate de esos horribles parques de suelo de caucho). Casi cualquier actividad en la naturaleza puede ser una fuente de aprendizaje.
Observar, sentir y cuidar la naturaleza despertará seguro la curiosidad de tus hijos y su deseo de investigar.
1. Coger y observar insectos, mariposas, caracoles, renacuajos,etc.
2. Contemplar las estrellas y la luna
3. Contemplar una puesta de sol
4. Saltar en los charcos y beber agua de lluvia
5. Jugar con barro
6. Jugar con el sol y las sombras
7. Caminar descalzo por la hierba, la playa y la nieve
8. Comer alimentos directamente de la naturaleza
9. Construir una presa en un río 10. Bañarse en el mar y en un río
2. Crea tu propio Espacio Natural
Lleva la naturaleza a casa en forma de plantas, terrarios o creando un pequeño huerto en tu terraza o balcón, donde podáis sembrar y cultivar para después consumir aquello que habéis cultivado. El simple hecho de cuidar de este pequeño espacio natural os permitirá hacer predicciones, y comparaciones y os ayudará a entender los ciclos de vida en la naturaleza. Si además construís un comedero para pájaros, o un hotel de insectos, atraeréis a diferentes seres vivos sobre los que podréis investigar (pájaros, mariposas o pequeños insectos).
3. Mira al cielo
De día, observad el aspecto y la forma de las nubes. Observad el color del cielo. Intentad predecir el tiempo a partir de las nubes o del color del cielo en las puestas de sol. Jugad con el sol y la sombra y construid un reloj de sol. Observad los efectos de la radiación solar y aprended a utilizarla como fuente de energía. De noche, observad la luna y llevad un registro durante un mes de sus fases. Si tenéis oportunidad de acceder a un lugar con un cielo con buenas condiciones de visibilidad nocturna, aprovechadlo para observar estrellas y planetas. Quizás también algún satélite artificial o incluso aviones. Construid una estación meteorológica para llevar un registro de vuestra zona: días de lluvia, o viento, días fríos o calurosos, días de niebla o de nieve.
4. Pregunta mucho, responde poco
Cuando estéis en contacto con la naturaleza, seguro que tu hijo comenzará a explorar inmediatamente, y en cuanto descubra algo interesante te preguntará sobre ello. No te asustes si desconoces la respuesta: nadie tiene todas las respuestas a esas preguntas.
De hecho, aunque creas saber la respuesta, no se lo digas. Tómate tu tiempo para observar, reflexionar y explorar junto a tu hijo, ayudándole a buscar sus propias respuestas. Inicia una conversación mediante las preguntas adecuadas. Describe lo que ves y pide al niño que te explique lo que observa.
Una de las técnicas para ayudaros a profundizar en estas investigaciones es concentraros en el “Qué” en lugar del “Por qué”. Este tipo de preguntas se concentran en lo que está ocurriendo y son más fáciles de responder: “¿Qué observas?” “Qué pasa si....?” “¿Qué puedes hacer para averiguarlo?” “¿Qué has probado?”
5. Crea tu propio Museo de Ciencias Naturales
Llevaos a casa muestras recogidas de la naturaleza: semillas, piedras, conchas, plumas... o fotografías de vuestras observaciones.
En casa podéis crear un expositor a modo de pequeño museo de ciencias naturales. Este material os ofrecerá la oportunidad de hacer clasificaciones y ordenaciones y puede dar lugar a otros proyectos de investigación en vuestro espacio interior.
Incluye en este espacio instrumentos para estudiar los detalles de las muestras: lupas, pinzas, microscopios, espejos, etc . Así como papeles y lápices para anotar sus observaciones
De esta manera podremos ayudar a nuestra infancia a ser mucho mas curiosos y menos dependientes de la tecnología. Para no tener una generación de niños y niñas que no les interesa estas cosas. Menos entretenimiento vacio y más cultura entretenida.
Fuente: Blog de Experciencia, Maneras de incluir la ciencia en los más pequeños
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