23-10-2016, 07:35 PM
Spoiler:
Antha no debería curiosear en las cosas de su padre. Después de sentirse aburrida en fin de semana, la chica había hojeado todos los libros y agitado todos los objetos extraños en la habitación de su papá hasta que algo por fin había ocurrido. Al recitar un conjunto encerrado en remarcador rojo una parte de la pared se había deformado notablemente. Antha suspiró algo decepcionada, esperaba más que problemas con la infraestructura de su casa. Se acercó a la pared tambaleante y se dio cuenta de que no era la pared la que se había deformado, sino la realidad misma que mantenía firme el mundo en ese punto.
Estiró su mano a través de ella tratando de encontrar algún fondo pero no sintió nada. Dudó un poco de lo que estaba a punto de hacer pero al final encongió sus hombros, pensando en que su padre mantenía bien ocultos los objetos peligrosos y saltó a través del muro sintiéndose como en el libro de Alicia en el país de las Maravillas. Cerró los ojos firmemente y cuando sintió un cambio en la atmósfera los abrió emocionada para darse cuenta de que estaba... en un bar.
Miró a su alrededor pero sólo pudo encontrar a un hombrecito con túnica detrás de la barra. Se acercó un poco dudosa y con su voz más educada preguntó.
-Disculpe señor... ¿Dónde me encuentro?-
De verdad deseaba que no dijera que en el bar al otro lado de la ciudad, o la astucia de su padre perdería mucho brillo.
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