Escusa de prologo
Bueno aquí tengo como lo he prometido el primer capitulo de mi nueva historia que esta sospechosamente muy inspirada en una serie de videojuegos muy famosos, que no diré, pero sea dicho que tendrá muchos elementos propios que desviaran su rumbo en gran medida por lo que no quiero vincularme mucho con dicha saga.No los mareo mas, si ha errores de escritura y tal, preparaos, pues no los se detectar por mi cuenta, si quieren pueden imaginar que lo escribió un mono o un analfabeta, nombres lugares y personajes pueden cambiar ya que el protecto esta vivo.
La forja del rey de la tierra
Algunos llaman a su destino en el camino que eligen para evitarlo, dijo algún sabio alguna vez. Esta historia confusa es mi deber avisar de ante mano, ya que se divide en tres y ademas hay periodos donde no tengo memoria pero comienza de esta forma, con una muy ágil y rápida mujer a caballo por las tierras fértiles de reino vecino donde el verdor y la belleza no tiene limite, el aire es ligeramente húmedo y fresco. Mi madre que he oído su nombre por rumores y breves interrogatorios a mis mas humildes vasallas que considero mis hermanas se llamaba Ans, ella se dirigía a la gran ciudad con el deber de obtener la semilla de la vida que no es posible en el cruel desierto.
Por cruel que suene y rabia que me de, la prostitución es uno de los medios que permiten seguir con la vida de nuestra tribu, el dinero y las niñas que nacen de esta practica.
Muchas veces vi que se me cedía grandes cantidades de alimentos para mi desde las ventanas de algunas de las humildes residencias que me cedían en mis viajes por el desierto por entrenamiento o por nesesidad de evitar las grandes tormentas, en pueblos donde no había prácticamente nada. Alguna vez comí con rabia y aguantando las lagrimas, sabiendo que yo era el que comía y no las habitantes de los pueblos que yo visitaba por cosa de mi enseñanza, tan desesperadas estas mujeres estaban por un verdadero líder.
No tengo recuerdos de una niñez jugando o perdiendo el tiempo, todo eran deberes, estudios o entrenamientos, mis cuidadoras que eran dos hermanas gemelas Urin y Turin, me educaron fuertemente, una me enseñaba historia, política y combate y otra me enseñaba magia, supervivencia, los signos de las estrellas, del viento y la tierra y estrategia, y aunque eran duros yo nunca me queje, me esforzaba al máximo desde que me despertaba hasta que caía medio muerto en la cama.
Urin Y Turin se turnaban, para dejarme crecer, cuando mi cuerpo no podía ni moverse por el cansancio el dolor y las heridas, sabia que era turno de entrenar la mente y el conocimiento, ellas me decían que yo era la joya del desierto y que debían pulirme en voluntad y en fuerza para cambiar el destino de la nación, nación que no existía, lo sabia en mi corazón, eramos solo un pueblo nómada muy disperso por el desierto.
Pasaron los años y mi sentido del deber crecía y crecía, nunca me creí mejor que ellas que todo me lo dieron de la manera mas maternal y con sacrificios, yo sabia que era nacido de una ladrona, prostituta y quien sabe que mas y que no tenia un linaje, lo mas seguro que mi padre solo sea un campesino degenerado y de eso era la guasa de los otros príncipes de otros reinos, pero yo nací envestido rey y mi deber era la felicidad de ellas y de todos los pueblos a los que pudiera dar protección.
Nunca se me dijo que debía hacer o como hacerlo yo pude suspender el entrenamiento en cualquier momento, pero no fue así, ellas me dijeron un día que había alcanzado la maestría en todas las áreas y que tenia el conocimiento mas grande que alguna vez uno de la tribu había tenido jamas y que solo podía contra con Urin y Turin como fieles siervas a mi reinado y que jamas dudarían de ninguna orden aun si eso significaba que costaría su vida o la de cualquier ser sobre la tierra.
Cuando hicieron el intento torpe de arrodillarse esas dos ancianas yo ya había caído ante ellas con una muy baja reverencia que hizo que mi frente tocara la arena, ellas me dieron sus mejores años y les dije -yo fundare la mas grande nación de esta tierra y yo seré el fiel sirviente del mi pueblo.
Y con esas palabras y con el mas grande deber y peso sobre mis hombros. salí de la carpa y contemple el mas grande desierto de la tierra y aquellas mujeres que me lo dieron todo, mi pueblo, mi tribu y mi nacion sin fronteras.