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Me presento

¿Has visto un resplandor en la oscuridad?
¿Has sentido la calidez de la gélida nieve?
¿Has escuchado el silencio?
Precisamente así soy yo...
Te lo dejo a tu imaginación,
porque al conocer a alguien tienes que prestar atención.


Comenzaré esta pequeña historia, en una noche lluviosa, en plena madrugada me encontraba ahogada en mis pensamientos, cuando de repente, se escuchó un sonido fuerte en la azotea, no le tome importancia, pero el ruido cada vez era más cercano, hasta que en el patio pude escuchar muy levemente un "miau", salí de mi habitación para ver al gato que rondaba en mi hogar, era pequeño y estaba mojado por la lluvia, lo mire, y mire esos ojos negros, apagados, entristecidos, no pude evitar llenarme de tristeza, rápidamente lo tome en mis brazos y lo seque con una toalla, mientras más lo miraba me recordaba a mí, tan indefensa, tan triste, tan perdida, y en ese instante dije que cuidaría del pequeño gato negro, que sería su protectora y lo amaría como a nadie, le dije: Ahora tienes un hogar, justo cuanto termine de limpiarlo, me lamio la cara... Entonces desperté de ese sueño...Comprendí que solo yo podía enfrentar mis miedos y superarlos, que solo yo podía armarme de valor para hacer lo que siempre he querido, que debo amarme como a nadie,  para hacer lo que me causa felicidad y vivir la vida con alegría.

Me presento.

La calle estaba en silencio como solo la noche sabe enmudecer una ciudad, un pequeño chisporroteo de un cartel luminoso rompía la calma total y jugaba con la luz que iluminaba el viejo camino.
Mis pisadas a penas se escuchaban, como un susurro escuche algo que seguía mis pasos. Mi sangre se enfrió de repente dándome un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, cada latido podía sentirlo desde lo mas profundo de mi cuerpo hasta llegar a lo mas fino de la piel. Al voltear un precioso cuervo de ojos brillantes me miraba desde un lado del camino, ajeno a mi, levanto el vuelo y desapareció en la fría noche. La tensión me abandonaba desde mis hombros, seguí mi camino, sin mirar atrás dando la espalda a esa vieja ciudad sin alma.

Soy una dualidad sin sentido, emociones enlatadas. Me llaman Edward, Ed para los que ahorran saliva. 
Un soñador de naipes en el aire. Me dedico a expresar me cómo puedo ya sea dando clases, dibujando o inventando historias.
En unos días ya casado oficialmente.

Saludos y gracias por la atención prestada!

Mis recuerdos son algo borrosos, pero al pasar del tiempo siempre me he preguntado
 ¿Cómo he llegado a este sitio tan cálido y amigable?
 Luego empiezo a observar a mi alrededor y es entonces cuando me doy cuenta de que no soy el único personaje de esta historia con gustos por una cultura de oriente.
 Por lo que me da un aliento gratificante el cual me hace tener ganas de gritarle al viento diciendo, ¡un gusto en conoceros a todos soy un antiguo colega de una atigua maestra del FA!

Mientras grito a todo pulmón sin darme cuenta estoy expresando mis sentimientos vividos y pasados en mi expresión tan extraña, pero solo pienso en que pierdo un peso más como si dejara un miedo atrás. A pesar de que algunos se asustan u otros se sorprenden, es entonces que me pongo un poco avergonzado porque todo ha sido una imaginación en mi mente divagante.

 Por lo que con una voz casi tímida y común digo “buenas noches o días, me llaman Luis, nombre que es parecido al del administrador de este hermoso foro, es un gusto conocerlos y espero que nos llevemos bien en esta gran comunidad”.

Me presento soy Hanju Y es posible que no lo recuerdes, hasta yo misma me engaño para no recordarlo. Pero allí estamos los dos sumidos en el recuerdo del pasado viejo. 
Tú tomado de mi mano y yo tomando hacía la nada... Aquello no es extraño pero tiene un significado, dame un minuto, ahora mismo te lo digo.
Y ten por presente que no puedo olvidarlo ni girar la cara ni hecharme hacía atrás y pretender que no paso nada. Porque paso y eres conciente de ello por más que lo niegues.
(...)
Tomados de la mano tú y yo sin nisiquiera prever de lo que sucedería después...
​​​​​​ Caí y ese fue el fin...
Pensé que me ayudarías o que descubririas que si no me movía podrías pensar que perdí el conocimiento y no que ya estaba muerta. 
Te vi pálido y te fuiste y no volviste, y espere en vano hasta que el agujero se llenó de tierra y paso el tiempo esperando a que regresarás.
Y cómo no volviste no puedes ver ni enterarte que por más que hechabas tierra no podías cubrir mi mano... Aquel significado es de lo más esperado porque antes de morir hice la promesa... que iría tras ti, mi querido hermano.