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Mi trabajo consistía en dar clases a los niños de la órbita exterior como yo era una de las únicas jóvenes que sabían leer y escribir me había propuesto hacer de los niños, unos hombres y mujeres de lo cuales estar orgullosos sus padres, aunque al principio me costó puesto que la personas mas mayores pensaban que seria una perdida de tiempo pero poco a poco conseguí que la gente lo aceptara y trajeran a sus hijos, sobrinos y demás, ganaba poco pero lo que ganaba me servía para sobrevivir y ayudar a mi madre Catalina ya que mi padre me había abandonado.
Pero soñaba con algo aún más grande que yo, un mundo sin pobreza y sin la corrupción que tenían en Icaria, por culpa de la familia imperial de los Cervantes. Como todos los días, salía de casa despidiéndose de mi madre, aunque lo que yo no sabía es que esa iba a ser la última vez que la vería viva.
A esas horas en la calle no había ni un alma aparte de las ratas y de las cucarachas a las que le tenía un especial asco, mis pisadas resonaban debido al metal del suelo del sector. De repente me encontré con una persona que llevaba puesto unos pantalones negros, un gran abrigo negro con los bajos rotos y su capucha era de un color similar al del abrigo, tambien llege a ver una espada que sobresalía del gran abrigo. El hombre se me acercó y me dio un medallón de un metal negro un poco raro entonces me dijo una cosa muy rara ¨Ariadna ahora eres la elegida. Adiós hija mía.¨ Antes de que hubiese podido hablar con él, se esfumó, pero entonces sucedió una cosa de lo más extraña el medallón empezó a iluminarse y salieron unas luces extrañas flotantes de él, lo ví extrañada, y me asusté así que lo tire y empecé a gatear penosamente, aunque no sirvió de nada porque las luces empezaron a entrar en mi cuerpo y fue entonces cuando sentí un poder, un poder con el cual no hubiese podido imaginar ningún ser humano. Sentí como mis sentidos se afinaban, sentía unos ojos que me veían desde un callejón ,lo miré y cuánta fue mi sorpresa cuando vi que era él, sentía crecer algo desde el interior de su espalda, me dolía como si no hubiera un mañana, de alguna forma que no sabía cómo era posible pero en ese momento podía sentir a todos los seres vivos a su alrededor, su tristeza, sus preocupaciones, su dolor… Pero eso fue demasiado para mi, colapse y me desmayé.
Me desperté en un sobresalto, en ese momento fue cuando me di cuenta de que yo no estaba en casa, pero no sabía qué era ese sitio porque estaba oscuro, olía a humedad y hacía frío, pero por lo menos había una ventana, solo así me dí cuenta de que había una persona al lado de la ventana, por cómo se movía era un hombre estaba afilando una especie de espada. Sentía una rara sensación en la espalda todavía me sentía adormecida cuando me palpé la espalda sentí unas plumas no me lo podía creer tenía alas, pegue un pequeño grito. Se hizo el silencio, por una extraña razón que ella todavía no entendía, escuchaba el pulso del hombre y el suyo propio. Cuando se acercó me dí cuenta de que era él, pero Ariadna estaba decidida a escapar y entonces lo hizo le pegó una patada en las partes bajas haciéndole caer al suelo, salió a la calle en ese momento era de noche ella no lo había entendido se pensó ”no puede ser, hace 12 renars eran las 33 parsecs“,pero lo más extraño era que estaba en el sector 9 se preguntó cómo había llegado hasta ese sector. Todo eso no tenía importancia en ese momento ya que estaba huyendo. Sentí las alas contra el aire y como una persona que ha pasado mucho tiempo sentada sin moverse se le movieron como si se estaba desperezando. Sintí como los movía era extraño era como si fuera parte de ella misma pero parecía un sueño hasta que empezó a moverlas y empezó a volar y por primera vez me sentí libre, sin ninguna carga, se alzó al cielo sin saber que iba a pasar, pero entonces pensó en su madre y volé hacia casa. Sus alas eran de un color blanco com las de un aguila con unas plumas grandes y majestuosas, sus alas eran de envergadura 3 metros en alto vuelo. Cuando me quise dar cuenta, había recorrido ya más de dos sectores en menos de dos parsecs eso era mucho territorio en poco tiempo. Gracias a los sentidos mejorado se había dado cuenta de que él la estaba siguiendo Ya estaba solo a 1 sector cuando ví una humareda me quedé petrificada, era mi casa.
Allí estaba ella, parecía que el tiempo estaba parado, veía como se llevaban a su madre metida en una bolsa y metida en una ambulancia de pronto por la espalda le hablo alguien no se dio cuenta de quien era hasta que le vio la espada:
-Hola Ariadna me llamo Arthur de Austen quería decirte que lo siento por lo de antes, no debías despertarte sin una explicación pero en mi defensa tu no me dejaste ni explicarme.-Dijo Arthur
-Perdón por lo de antes, pero es el primer instinto de una mujer.
-No te secuestre, si no te salve.
-¿Como que me salvaste?
-Si, te salvé de la policía secreta de esta dictadura que te mataría sin dudar por tu poder.
-Si me salvaste por qué no pudiste salvar a mi madre.
-Por que no sabía que tuvieras una madre.
Después de esto hubo un silencio de unos largos 10 min, Ariadna estaba llorando pensando en su madre, entonces habló Arthur.
-Hay que irnos. La organización que la mato podría seguir aquí. Olle comprendo lo que sientes pero llorando no vas a solucionar nada.
-Me vengaré aunque se lo último que haga.-Dijo ella con ira y lágrimas en la cara.
-Una pregunta no te has dado cuenta aún no.
-¿De que Ariadna?
-De que ni tu eres un de Austen ni yo soy una de Christie.
-¿Que estas hablando?
-Hola hermanito cuanto tiempo, somos de Verne.
-¡¿¡¿¡¿Que?!?!?!
Me gustaría que me dieran su opinión sobre este capítulo y si le han gustado dilo en los comentarios
PRÓLOGO
Hola me llamo Bùxiǔ quiero contaros una historia, es la historia de una mujer que luchó para sobrevivir, luchar para cumplir su destino, luchar para salvar su hogar, luchar para salvar al Mundo. Esta son las historias de Ariadna de Christie una mujer de baja alcurnia situada en el órbita exterior que ni sabe lo que le espera ni sabe de lo que es capaz de hacer, de David ben Benjamin un judio que desde niño sentía que no encajaba con el pueblo judio,. Antes de nada hay que viajar al pasado, al comienzo de todo. Por 1903 los hermanos Wright en el 17 de diciembre volaron por primera vez históricamente pero antes de ese momento los humanos desde siempre han tenido el delirio del cielo, desde Ícaro hasta Verne. Los humanos empezaron a mejorar la tecnología, y en el 2420 construyeron lo que se conoce como el reino de Icaria una agrupación de unas 64 ciudades llamados sectores conectados por varios aerometros que viajan de sector en sector. Ahora que ya sabemos cómo pasó,empecemos.MEDIDAS
-1 parsecs:20 min
-1 renars:5 s
-1 parsecs:240 renars
-1 día: 120 parsecs
ARIADNA
***3119***
Era por la mañana temprano, eran casi las 21 parsecs cuando me levanté, me lavé la cara, me cambié y desayuné. Yo vivía en la órbita exterior del distrito 13, donde abundaban las chabolas, los incendios y los robos eran normales, todos los días tenía que tener mucho cuidado porque el camino hasta mi trabajo era demasiado peligroso pero podía defenderme, lo había hecho desde que era muy pequeña.Mi trabajo consistía en dar clases a los niños de la órbita exterior como yo era una de las únicas jóvenes que sabían leer y escribir me había propuesto hacer de los niños, unos hombres y mujeres de lo cuales estar orgullosos sus padres, aunque al principio me costó puesto que la personas mas mayores pensaban que seria una perdida de tiempo pero poco a poco conseguí que la gente lo aceptara y trajeran a sus hijos, sobrinos y demás, ganaba poco pero lo que ganaba me servía para sobrevivir y ayudar a mi madre Catalina ya que mi padre me había abandonado.
Pero soñaba con algo aún más grande que yo, un mundo sin pobreza y sin la corrupción que tenían en Icaria, por culpa de la familia imperial de los Cervantes. Como todos los días, salía de casa despidiéndose de mi madre, aunque lo que yo no sabía es que esa iba a ser la última vez que la vería viva.
A esas horas en la calle no había ni un alma aparte de las ratas y de las cucarachas a las que le tenía un especial asco, mis pisadas resonaban debido al metal del suelo del sector. De repente me encontré con una persona que llevaba puesto unos pantalones negros, un gran abrigo negro con los bajos rotos y su capucha era de un color similar al del abrigo, tambien llege a ver una espada que sobresalía del gran abrigo. El hombre se me acercó y me dio un medallón de un metal negro un poco raro entonces me dijo una cosa muy rara ¨Ariadna ahora eres la elegida. Adiós hija mía.¨ Antes de que hubiese podido hablar con él, se esfumó, pero entonces sucedió una cosa de lo más extraña el medallón empezó a iluminarse y salieron unas luces extrañas flotantes de él, lo ví extrañada, y me asusté así que lo tire y empecé a gatear penosamente, aunque no sirvió de nada porque las luces empezaron a entrar en mi cuerpo y fue entonces cuando sentí un poder, un poder con el cual no hubiese podido imaginar ningún ser humano. Sentí como mis sentidos se afinaban, sentía unos ojos que me veían desde un callejón ,lo miré y cuánta fue mi sorpresa cuando vi que era él, sentía crecer algo desde el interior de su espalda, me dolía como si no hubiera un mañana, de alguna forma que no sabía cómo era posible pero en ese momento podía sentir a todos los seres vivos a su alrededor, su tristeza, sus preocupaciones, su dolor… Pero eso fue demasiado para mi, colapse y me desmayé.
Me desperté en un sobresalto, en ese momento fue cuando me di cuenta de que yo no estaba en casa, pero no sabía qué era ese sitio porque estaba oscuro, olía a humedad y hacía frío, pero por lo menos había una ventana, solo así me dí cuenta de que había una persona al lado de la ventana, por cómo se movía era un hombre estaba afilando una especie de espada. Sentía una rara sensación en la espalda todavía me sentía adormecida cuando me palpé la espalda sentí unas plumas no me lo podía creer tenía alas, pegue un pequeño grito. Se hizo el silencio, por una extraña razón que ella todavía no entendía, escuchaba el pulso del hombre y el suyo propio. Cuando se acercó me dí cuenta de que era él, pero Ariadna estaba decidida a escapar y entonces lo hizo le pegó una patada en las partes bajas haciéndole caer al suelo, salió a la calle en ese momento era de noche ella no lo había entendido se pensó ”no puede ser, hace 12 renars eran las 33 parsecs“,pero lo más extraño era que estaba en el sector 9 se preguntó cómo había llegado hasta ese sector. Todo eso no tenía importancia en ese momento ya que estaba huyendo. Sentí las alas contra el aire y como una persona que ha pasado mucho tiempo sentada sin moverse se le movieron como si se estaba desperezando. Sintí como los movía era extraño era como si fuera parte de ella misma pero parecía un sueño hasta que empezó a moverlas y empezó a volar y por primera vez me sentí libre, sin ninguna carga, se alzó al cielo sin saber que iba a pasar, pero entonces pensó en su madre y volé hacia casa. Sus alas eran de un color blanco com las de un aguila con unas plumas grandes y majestuosas, sus alas eran de envergadura 3 metros en alto vuelo. Cuando me quise dar cuenta, había recorrido ya más de dos sectores en menos de dos parsecs eso era mucho territorio en poco tiempo. Gracias a los sentidos mejorado se había dado cuenta de que él la estaba siguiendo Ya estaba solo a 1 sector cuando ví una humareda me quedé petrificada, era mi casa.
Allí estaba ella, parecía que el tiempo estaba parado, veía como se llevaban a su madre metida en una bolsa y metida en una ambulancia de pronto por la espalda le hablo alguien no se dio cuenta de quien era hasta que le vio la espada:
-Hola Ariadna me llamo Arthur de Austen quería decirte que lo siento por lo de antes, no debías despertarte sin una explicación pero en mi defensa tu no me dejaste ni explicarme.-Dijo Arthur
-Perdón por lo de antes, pero es el primer instinto de una mujer.
-No te secuestre, si no te salve.
-¿Como que me salvaste?
-Si, te salvé de la policía secreta de esta dictadura que te mataría sin dudar por tu poder.
-Si me salvaste por qué no pudiste salvar a mi madre.
-Por que no sabía que tuvieras una madre.
Después de esto hubo un silencio de unos largos 10 min, Ariadna estaba llorando pensando en su madre, entonces habló Arthur.
-Hay que irnos. La organización que la mato podría seguir aquí. Olle comprendo lo que sientes pero llorando no vas a solucionar nada.
-Me vengaré aunque se lo último que haga.-Dijo ella con ira y lágrimas en la cara.
-Una pregunta no te has dado cuenta aún no.
-¿De que Ariadna?
-De que ni tu eres un de Austen ni yo soy una de Christie.
-¿Que estas hablando?
-Hola hermanito cuanto tiempo, somos de Verne.
-¡¿¡¿¡¿Que?!?!?!
Me gustaría que me dieran su opinión sobre este capítulo y si le han gustado dilo en los comentarios
