24-06-2018, 09:12 PM
-E-… ¿Encanto? –dije con leve tartamudeo. Mi cara se había vuelto un tomate por el rojo intenso que había tomado y rápidamente sacudí mi cabeza con notable vergüenza. –A-ah, espera, no me llamo Encanto, ahm… –puse mi libro sobre la mesa y probé el chocolate que había pedido. Los raspones de mis piernas y mis brazos aliviaron con cierta rapidez, haciéndome soltar un leve suspiro luego de poner la taza en la mesa. –Mi nombre es… Kuro… a-aunque mi maestra me dice “Mi lindo Neko”… ¡T-tu entiendes! –nuevamente exclame avergonzado. Mis orejas se aplanaron contra mi cabeza y mire hacia otro lado, sin poder mantener contacto visual con aquella mujer quien me miraba atentamente. Sentía nervios con solo mirarla, y mi cara aún no se recuperaba del intenso sonroje.
En ese momento una nueva disrupción mágica llamo mi atención, y parecía ser una chica que camino lentamente hacia otra mesa pasando casi desapercibida. Mi cola se agito contra el suelo por una gran inquietud; mi piel se sentía extraña y picaba. El color de mi cara se desvaneció con rapidez, observándola cuidadosamente. Y la razón era simple: Parecía tener seres moviéndose inquietos en su cabeza y en sus brazos, y ella misma parecía tener un aura especial. Pero no podía describirla. Incluso puso a uno de ellos en la mesa junto a la mujer con cuernos, de quien no pude sentir nada. Solo rastros de aquella ruptura dimensional que causo su transporte por el agujero de gusano.
Volví mi atención nuevamente a la mujer que me ayudo, dándole una gentil sonrisa. Aún mantenía mis manos semi-humanas encima de la taza, calentándolas un poco. –Aún no se tu nombre pero… gracias… ¿puedo devolverte… el favor? –y al terminar mis palabras un suave ronroneo empezó a sonar, nuevamente mostrándome calmado junto a lentos movimientos de mi colita.