Hace tres años, ocurrió una muerte. Se sabe que ir a bailar conlleva ciertos peligros pero lo que asombró a la gente fue la saña de patearle la cabeza a una persona ya inconsciente sin parar. El juicio está por terminar y siguen apareciendo pruebas incriminatorias.
Los hechos fueron así: dos jóvenes chocaron sin querer en un boliche (lugar bailable) y se derramó sin querer la bebida sobre la ropa de un rugbier. Enfurecido, le arrojó la bebida a la cara en venganza y procedió a tratar de darle una paliza, pero la seguridad los sacó afuera, primero a los rugbiers y después a Fernando Baez Sosa. Los rugbiers comieron algo en una casa de comidas rápidas cercana, esperando la oportunidad para atacar (porque ya tenían pensado hacerlo). Lo golpearon a la vez por delante y detrás (dos de ellos) en la cabeza, aprovechando la ventaja numérica), tirándolo al piso, y allí comenzó la avalancha de golpes. Los amigos de la víctima llegaron a socorrerlo pero la diferencia de número hizo que tengan que desistir, uno de ellos sufriendo bastantes golpes para defender a su amigo. Hubo testigos. Hubo videos.
En principio, los acusados plantearon en los audios que se mandaron entre ellos que "la vida les jugó una mala pasada". Sin embargo, la investigación avanzó y quedaron a la luz muchas cosas. No era la primera vez que pasaba: ellos provocaban peleas y las grababan, siempre atacando en número muy superior a los que sufrían el ataque. Quedó claro que la mayoría de las patadas se las dieron después de muerto y la descripción de los testigos dice que fue una escena brutal, donde lo pateaban en la cara como si fuera una bolsa de papas. Festejaron después de matarlo (fue quedando claro porque uno dijo que "caducó", entonces significa que festejaron que lo mataron antes de saber lo que les esperaba a ellos). Inculparon a otro rugbier que no tenía nada que ver de ser el que dio la patada mortal (porque se habían quedado con una zapatilla de él), pero se aclaró que era falso, ya que ése estaba muy lejos en el momento de los hechos.
Todo esto, unido a otras cosas, dejó en evidencia la realidad: de mala pasada de la vida, nada; los rugbiers acusados venían haciendo estos ataques desde hace tiempo. Incluso, no se mostraron arrepentidos de la acción sino más bien que sólo quieren salvarse de la cárcel y desde ese punto plantean ser unos chicos decentes, para que los liberen y probablemente seguir atacando a otra gente indefensa de esta forma brutal que les gusta a ellos. Un pacto de silencio hicieron. No decir absolutamente nada en todo el juicio por tres años. ¿Por qué? Porque callados se defienden mejor. Si abren la boca, van a revelar el carácter violento y prepotente que tienen. No permitieron que se les realice una pericia psicológica para establecer un perfil. Tienen miedo de que se sepa lo que son.
Aunque hoy, exactamente hoy, se supo que uno de estos rugbiers había golpeado hasta causarle una fractura en la pierna a otro joven, y además le robó la moto. Obviamente, esto está en investigación ("habría ocurrido" y todo eso) pero el rugbier se sacó fotos con la moto robada para burlarse de su víctima. Quizás no fuera ni por la moto en sí... lo que no quita que sean un delito sus presuntas acciones.
Lo que se discute ahora no es si mataron o no, sino qué papel tuvo cada uno y cómo el juez va a juzgar. Puede decidir que es un homicidio grupal (que todos son asesinos estén en el papel que estén) y darles cadena perpetua a todos o separar a los que no golpearon al difunto y darles una condena menor como coautores (digamos, por ayudar a matar). Aunque, con toda honestidad, si ocho personas van a golpear a alguien, me cuesta creer que alguno se abstenga. Más bien, parece que se turnaron pero para encerrarlos con perpetua debe demostrarse que golpearon a Baez Sosa o debe el juez decidir que fue un asesinato grupal. Sin embargo, en apariencia, ninguno se salvaría de la cárcel de los que estuvieron allí en la pelea; sólo que los acusados quieren en lo posible que algunos puedan tener una pena menor. Aunque esto era una cosa que, cuanto más revolvían en el asunto, peor quedaban parados los rugbiers. Por ejemplo, apareció un nuevo video y, de los tres que supuestamente apartaron a la gente que iba a socorrer a Fernando pero no lo golpearon, uno resultó que se ve golpeándolo también. En el momento de aparecer la prueba, el susodicho saltó del asiento y quiso aclarar que "él no estaba ahí" pero se negó a responder las preguntas relacionadas con lo que decía (a pedido de su abogado). De todas maneras, resultó una mentira porque es indudable que es él. Los presentes dicen que su actitud era de prepotencia (varias personas relataron lo que pasó y todas parecían sorprendidas por la mala actitud del joven cuando supuestamente se quería defender). En realidad, no parece estrategia del abogado sino un acto impulsivo de desesperación. Pero ya se sabrá.
Los padres de Fernando tuvieron que ver estos videos donde matan a su hijo como 150 veces en una sola sesión y remarcan que no quieren venganza sino justicia por lo que le pasó a su hijo. Esperemos que se pueda cumplir.