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         Capitulo 1: Visitantes

Ya eran altas horas de la noche, el cielo estaba despejado y la luz de luna reflejaba la silueta de un elegante carruaje por los caminos rodeados por arboles mientras un aullido a la blanca luna llenaba con eco todo el lugar.  Cuando llego a su destino, dos encapuchados bajaron con rapidez mientras el conductor estacionaba el vehículo, parecían sombras sigilosas que con rapidez se acercaron a una gran casona.

– ¿es este lugar? – pregunto una voz masculina mientras se retiraba la capucha. Era un joven de unos 15 o 16 años que miraba con desconfianza a sus alrededores.

- si este es… ahora callad y dejad que los adultos traten sus asuntos – le contesto su madre quien dio unos toques a la puerta. Era un sonido hueco que aparentaba como si el lugar estuviera deshabitado.

- los estábamos esperando. No se queden en el frio… por favor adelante – dijo el encorbatado mayordomo que saco su respingada nariz al abrir la puerta, hizo una reverencia, recibió sus abrigos y les hizo seguir por un gran salón.

Ni el chico, ni su madre decían palabra. Él tenía vagos recuerdos de ese lugar, por fuera se veía terrorífico, aunque por dentro todo era pulcro, era casi perfecto. Su madre con paso rápido no le daba tiempo de detallarlo todo, estaba realmente apurada pero su rostro pálido, inexpresivo no le ayudaba a comprender que estaban haciendo allí esa noche.

- Bienvenidos sean a este humilde hogar – Una voz femenina y alegre sonó de un segundo piso. Era su anfitriona Yulia, quien bajaba las escaleras a recibirlos. Era rubia, con risos corriéndole hasta su escotada espalda, con figura escultural y suave voz; sus ojos verdes se clavaron directamente en el chico, lo detallo por completo, desde su postura a la defensiva como su cara de mal humor – Me place que el día de hoy nos acompañen, Elizabeth y el joven Dammian, he pasado mucho tiempo esperándolos.

El chico se molesto aun mas cuando le nombro, ese nombre de pila solo era una maldición, le hacia repulsión el simple hecho que le compararan con tal sujeto llamado igual. No evito susurrar algunas soeces palabras. Elizabeth desaprobó su comportamiento de inmediato, una mirada de severidad hizo callar al muchacho. Era realmente impertinente en no poder tener su boca cerrada. Pero Yulia le ignoro, solo se repetía sonriente “Definitivamente tiene el mismo carácter que su padre”

Detrás de la despampanante mujer, una chica corrió para alcanzarla - Madre… disculpa mi tardanza – dijo con dulce voz, mientras recobraba la compostura de joven dama de la casa. Morgan se parecía un poco a su madre, aunque era mucho mas dulce, aprecia un poco mas ingenua con su cabellera rojiza largo ondulado trenzado de medio lado, lo que dejaba ver su rostro claro como la luna y sus ojos verdes como las esmeraldas.

Yulia le hizo una seña y la chica inmediatamente hizo una reverencia y algo sonrojada sin perder su postura perfecta, dijo – Buenas noches, soy Morgan, es un placer conocerles, en especial a ti joven Dammian –

- Mi nombre es Dark – le contesto bruscamente el muchacho, la estaba odiando aun mas que a la arpía de su madre. Quería salir corriendo de allí, dejar todo atrás y dejar de oír ese espantoso nombre.

La chica se sorprendió, pero su gesto no cambio, seguía siendo perfecto igual que su piel; le sonrió sutilmente con dulzura tratando de evitar que fuera notorio el color de sus mejillas. Antes les ofreció se sentarán en donde se sintieran más cómodos, su suave risita no pudo evitar salir cuando cruzo miradas con el muchacho arrogante. Mientras las dos adultas y la chica optaron por los sofás cerca a la mesita de centro donde ya estaba servido el té, el chico eligió la cómoda mas cercana al fuego de la chimenea donde veía los troncos quemarse.

Las dos mujeres hablaban de todo un poco, algo de sus familias, la casona en la que se encontraban y otros temas que para los chicos eran aburridos. Solo diplomacias que eran necesarias cumplir.

- … los ruiseñores cantan en la nevada tempestad de primavera – dijo en un momento Elizabeth desviándose de lo que habían estado hablando por más de una hora. Yulia sonrió ampliamente, su picardía desbordaba a la vista, llamo a su hija quien seguía muy concentrada en lo que hiciera el muchacho al otro lado de la habitación.

- me podrías acompañar, el camino al balcón es un poco solo a estas horas de la noche y me gustaría estar acompañada – Era la primera vez que la chica se dirigía directamente a él. Dark miro por sobre su hombro a su madre quien con la misma severidad de siempre le indico que la siguiera. Ya era hora que los adultos hablaran de sus cosas y los niños se fueran, ya todo había comenzado y era momento de darle un final. Así que la siguió sin replicar.

Salieron de esa habitación con rapidez, no parecía que a la chica que preocupara mucho la soledad del camino porque lo recorría como la palma de su mano, hasta los tramos donde todo estaba completamente oscuro ella siguió de largo. A él le costo un poco más, se tropezaba constantemente y dejaba escapar una que otra palabra de enojo hasta que por fin llegaron al balcón del cuarto piso, se podía ver perfecta la luna llena que daba toda la luz que necesitaran.

- sabes para que nos hemos reunido esta noche – dijo Morgan apoyándose sobre el barandal y mirando al cielo.

- no lo sé, igual tampoco se por qué me has traído hasta aquí – le contesto Dark con su tono de voz cortante – lo único que tengo seguro es que seguiré hiendo a estas reuniones una y otra vez… siempre hay alguien que me saca de la habitación antes de saber porque estamos allí. Todo desde que se fue…

Ella le esquivo la mirada, sabía que no había sido correcto retirarse de aquella sala, ambos estaban en la misma situación, ella no sabia por qué lo había llevado allí. – ¿Quién se fue? – le pregunto, en realidad no entendía que estaba pasando.

- mi p…. agg se fue, no volverá, no sé porque debe importar tanto ni porque me lo tienen que recordar – Dammian padre era el orgullo para su hijo, un día simplemente no volvió, era como un hechizo de una voz seductora que le alejo de Elizabeth y de aquel pequeño. El chico odiaba su recuerdo, odiaba su pasado y el hecho de su partida, lo único que le había quedado de su padre era su nombre; ese repugnante nombre deshonroso por lo que ahora se hacia llamar Dark.

- D- Disculpa… no tuve que hablar – le contesto la chica con bastante tristeza, así que se marcharía a otro lugar mientras su madre terminaba aquella peculiar reunión. Pero él no la dejo ir, le tomo la mano y la detuvo, se quedaron frente a frente. Ella con una lagrima pidiendo salir y él con su rostro inexpresivo. Le limpio la lagrima que iba a salir, le acaricio el rostro y pidió disculpas, dificultándole cada palabra.

Ella sonrió con calidez, le callo poniendo sus dedos sobre su boca. Todo estaba bien, no era necesario que volvieran a tocar ese tema. Pero aun no quedaba claro qué estaban haciendo allí y qué estaban hablando sus madres. En ese momento no importaba en realidad, Dark quería quedarse allí, donde no podía sentir odio por un momento después de muchos años.  Lastimosamente llego Alfred, el mayordomo.

Owwwn, es como una novela rosa. *^* Espero que pronto subas el siguiente capítulo, estaré al pendiente.

Si es necesaria algún señalamiento constructivo, sólo diré que hay algunas repeticiones y otros errores gramaticales que con práctica se mejoran pronto. :3

¡Saludos! Nos leemos.~

o.o bastante interesante, no se por que no había pasado por aquí... bueno no he pasado por ningún lado en un rato  

Me gusta, me deja intrigado esperando la continuación, es interesante la forma en que describes todo, obviamente hay detalles a pulir como lo que menciona Aween pero en general está bastante interesante y tienes una redacción muy buena, espero por más. 

Saludos.

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Capitulo 2: Sr. Morton

Al marcharse los chicos, el ambiente comenzó a cambiar de tonalidad. La pulcritud de la casa se torno de una oscuridad temible y en ese gran salón se veía más oscuro, lo único que daba un estigma de luz es el pequeño fuego de la chimenea. Las dos mujeres seguían sentadas en los sofás con el té aun humeante frente a sus rostros.
 
- ahora si ¿qué fue lo que ocurrió? – pregunto Yulia fríamente fijando su mirada en el pálido rostro de Elizabeth
- yo…- murmuro ahogadamente.
 
De momento el silencio opaco cualquier susurro. Yulia saco una botella de vino de un pequeño baúl cerca suyo y se sirvió dos copas. Sentía pena no poder obtener lo que quería, estaba dando por terminada la velada, cuando un chillido ahogado llamo su atención.
 
“ese invierno algo cambio… dejo de ser quien era. No discutía, no era el típico testarudo de siempre. Al comienzo pensé que era perfecto, lo había logrado y por fin sería un esposo ideal.
Vaya que fui una tonta.
Pasaba más tiempo solo, se aisló por completo. Ignoraba hasta a su propio hijo. Intente averiguar qué ocurría. Con su hermano, con su hijo, con todo con el que tuviera relación, pero todos eran unos ignorantes.
Esa mañana aclare unas dudas…”
 
Su relato se interrumpió cuando le invadió el llanto, cada lagrima le estaba carcomiendo la piel y quemando el recuerdo. Yulia le paso unos pañuelos para que asfixiara esas molestas lágrimas.
 
- debemos recordar porque estamos aquí. Nuestros hijos deben ser lo que nos importa en este momento – soltó Yulia recuperando la compostura
- pero… él… él es muy joven
- Es hijo de su padre, se adaptará fácil – se quedo pensando por un momento – deben conocerse y yo tengo que saber que el muchacho es confiable.
 
Elizabeth dejo de llorar de inmediato. Odiaba a esa mujer frente a ella ¿Quién se creía para dudar de su hijo?
 
- ¿qué imaginabas que iba a pasar? – le miro de reojo Yulia – ¿Sellaría nuestro convenio con una corta visita como si fuéramos viejas amigas? Si, ya nos conocemos de mucho antes y por muchas cosas, pero no serán tan fácil.
 
Era un juicio y Yulia era la juez. Era la matrona que estaban buscando, la respuesta que estaban necesitando, pero el simple hecho que Elizabeth pasa de ser la señora que daba las ordenes a ser tratada como una chiquilla era una sucia jugada.
 
- Deberán vivir un tiempo con nosotros – dictamino la anfitriona. Elizabeth no podía hacer nada más, se debía resignar a sus órdenes.
 
Al poco tiempo llegaron Morgan y Dark precedidos por el mayordomo que les invitaba a que se unieran a la charla de las señoras. Era incomodo sentarse cerca de sus madres, tenían que estar separados y actuar con indiferencia
 
- lo importante por lo que nos llamaba ¿era? – acuso Dark mirando a Yulia. No obtuvo respuesta alguna hasta que vio correr por las paredes una sombra imponente
- fuera de mi hogar – susurraba la sombra – fuera de mi hogar sangre testaruda.
 
El fuego de la chimenea se apago por completo y se prendieron unas velas alrededor de la habitación. La sombra se acerco a Dark y tomándole el hombro dijo con labure tonada – no sabía que fueran nuestros invitados.
 
El hombre paso por delante del muchacho justo donde Yulia se encontraba, besándole el cuello apasionadamente y dirigió la mirada a Elizabeth
- hermosa mujer, encantado de verte – le beso la mano con delicadeza – ver tu rostro sin lagrimas es completamente exquisito.
Ese hombre se imponía sobre todos los demás tanto por su estatura como por su gruesa figura, las cicatrices enmarcaban su mejilla izquierda pero no distorsionaban su mirada profunda como el mismo universo. Era una figura que daba confianza, pero a su vez promovía el miedo.
- ¿ya se encuentra pactado el compromiso? – pregunto el Sr. Morton
- ¿compromiso? – se exaltaron los dos jóvenes hirviendo en vergüenza
 
 

¡Hola hermosa Nikoday!

Acabo de terminar de leer ambos capítulos y he de decirte que me has dejado con la miel en los labios, justo lo dejas en la parte más interesante.  Desde luego me ha gustado mucho como estás llevando a cabo la historia, sigue así porque vas muy bien, en serio. Eso sí, tienes algunos errores ortográficos como por ejemplo: faltas de tildes en verbos en pasado, falta de algunas comas, entre otras cosillas como falta de mayúsculas en algunas palabras en el comienzo de los diálogos. Pero vamos, son pequeñas cosas que con empeño se pueden arreglar, solo quería mencionártelo porque de nada sirve que te diga que tienes errores y no te mencione cuales son algunos de ellos. Así que ahí te menciono algunos, no creas que lo hago con mala intención o algo así, quiero aclarar que es por ayudarte, que yo también comento faltas y en las cosas más tontas, sobre todo con las comas (adoro poner comas (? ).  

Y bueno, espero con muchísimas ganas la continuación, me tienes muy intrigada con lo que va a pasar, además... ese hombre que ha entrado ahora en escena no me inspira ninguna confianza, no sé si me equivocaré pero me da muy mala espina. A ver que tal se toman Dark y Morgan ese "pacto de compromiso". ¡No tardes con la continuación! :D

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Capitulo 3: Las Garras

El Sr. Morton miro a los dos chicos con picardía, era la primera vez que sonreía desde su llegada. Miraba con especial atención a ese muchacho que cambio su gesto de sorpresa por completo desprecio por todos los presentes, estudio cada uno de sus momentos durante y después que su madre le hiciera saber la desaprobación de su actitud.

– ¿qué te enfurece mas muchacho? – soltó el Sr. Morton tomando una copa de Pinot Noir – qué tu madre supiera exactamente para que venían y tú no o qué nunca más podrás volver a tu hogar – tomo un segundo analizándolo más cuidadosamente – ¡ya se! que te obliguen a casarte y no sea tu elección.

Elizbeth no sabía como responderle, no era la madre mas elocuente ni la mas cariñosa pero no esperaba que su hijo se enterara de todo de una forma tan drástica. Ya hacia mucho no le hablaban con tal impertinencia, él era el señor de su casa, bueno eso le decían a diario los criados, pero el Sr. Morton lo trataba como una plaga en su hogar.

– Vamos a casa Madre – dijo Dark ordeno con voz entrecortada

– ¿no escuchaste bien muchacho? – dijo Yulia riendo – este es tu nuevo hogar. Deja de lloriquear y que traigan tu equipaje y el de tu madre a sus respectivas habi…

– ¡No! Nos vamos a ir de aquí, no necesitamos de ustedes arpías – grito Dark – Y yo que pensaba que había algo bueno en ti, eres igual a tus padres – Se dirigió a Morgan, quien estaba a su derecha.

Morgan bajo levemente la cabeza y cuando Dark fue a dirigirse a su madre, recibió una fuerte palmada de la chica. Ella lo miraba con rencor, una lagrima cayó por su mejilla y su mano enrojecida se empuño con violencia. Era la primera vez que alguien lo golpeaba, una dama le había golpeado; no sabía si lo merecía.

– Harás lo que se acordó y punto – argumento Elizabeth caminando hacia su hijo – aun no eres la cabeza de nuestra familia, solo eres un chiquillo impertinente – le tomo el brazo izquierdo con fuerza, él solo sintió una sensación quemante que comenzaba en su brazo y se dirigía a su pecho, una presión debilito su cuerpo y calló sus palabras.

Al poco tiempo Dark se estaba dirigiendo a su habitación siendo guiado propiamente por el Sr. Morton quien se ofreció personalmente a guiarlo por la casa. Le indico todas sus cosas estaban en su respectivo lugar posteriormente se marchó dejándolo allí solo. Aun se sentía débil, paso la mano por su brazo lastimado, se sentía las marcas de garras marcadas en la piel, la sangre aun estaba tibia pero ya no estaba goteando. Se recostó en la cama y se dejo inundar por los pensamientos que le agobiaban.

– comprometidos – susurro viendo su mano con estigmas de sangre, no podía evitar suspirar.

Su cabello revuelto le caía a los ojos, debía desajustarse el cuello de la camisa sentía le estaba asfixiando. Dos golpes se escucharon en la puerta “otro regaño” pensó.

– disculpa por lo de hace un rato – escucho a Morgan al otro lado de la puerta. Le abrió lo más rápido que pudo y una vez más quedaron frente a frente – ¡tu brazo! – se sobresalto la chica. Entró con rapidez al baño para sacar una toalla empapada de agua y ponerlo sobre las heridas del chico, le indicó recostarse en la cama.

– discúlpame tu a mi – soltó Dark – se que no eres igual a tus pa… – se calló cuando sintió el agua fría sobre su brazo. El dolor era demasiado para su cuerpo débil, no podía sacar palabras más que unas pocas de dolor, aun sentía la pesadez que no le permitía moverse con tranquilidad.Era una situación completamente inapropiada, una dama en el cuarto de un joven sin tener relación consanguínea. Eso pensó Morgan por un momento, pero no podía dejarlo ahí solo, en cualquier momento podría desmayarse – el veneno de tu madre es bastante poderoso – admitió al ver las marcas en la piel y otras marcas algo más antiguas, pequeñas ¿se las había realizado su madre?

Ella le hizo curación su piel lastimada. Él en su cama tratando de evitar cruzar miradas.

Cuando por fin se iba a ir la chica, acepto – solo en una cosa estamos de acuerdo. Este compromiso es un error.– ¡primer comentario interesante de la noche! – le contesto Dark con sarcasmo a lo que le tiraron la toalla a la cabeza. Antes que él comenzara con sus alegatos ella se marchó rápidamente.

Estaba completamente destruida “Creí que era diferente. Es un imbécil” pensaba una y otra vez de camino a la planta baja. La tristeza la dominaba. 

Ya habiendo recuperado las fuerzas, el chico desato su furia contra todo lo que encontró en la habitación. Golpeo las paredes, rompió varios floreros hasta termino desarmando una silla. El control de sus emociones no era una característica para resaltarle. Así mismo actuó cuando supo que su padre no volvería ¿Quién se creía esa chica para hacer que él se comportara así? Ahora debía buscar una forma para evitar todo lo que estaba ocurriendo. Se negaba a quedarse allí, pero en algo su madre tenia razón: aun no era su momento de dar las órdenes. Y Morgan… Morgan… Morgan…