Antes de empezar, mi puntuación: 10/10.
Tokyo Ravens se trata de una época donde hay magia y se habla de los exorcistas, que serían algo así como la seguridad de élite en esa época. No es que se vea diferente al mundo de hoy pero las cosas relacionadas con la magia lo hacen ser un mundo diferente.
En esa época, un muchacho rubio (Harutora) no quiere cumplir con su obligación familiar, siendo de una familia destacada en la magia, básicamente porque era muy malo en eso y no podía hacer nada. Pero la chica de la familia principal (Natsume) quería que cumpla con su deber y le venía a pedir eso continuamente.
En el medio de todo esto, se empieza a perfilar quién era Yakou, el ancestro importante de esta familia, porque una niña rubia decide realizar un ritual creado por él. El ritual era magia prohibida y se trataba de resucitar a un muerto. Entonces, la niña es perseguida por las más altas esferas de la Seguridad. No se aclara muy bien si es la seguridad de Japón o del mundo, pero es como si sólo mandara esa Seguridad porque no se ve oposición de otra parte. Esta seguridad está dirigida por la Agencia (el nombre completo era un poco más largo).
La Agencia está investigando a un Sindicato (otro nombre completo demasiado largo) que se dedica a tratar de realizar los ideales de su líder, el difunto Yakou. No sólo eso, ellos creen que Yakou reencarnó y que el heredero de su casa es Yakou mismo (en este caso, la chica). Monstruos gigantescos (llamados "Desastres Espirituales") son invocados por estos personajes, quienes constantemente hacen atentados.
Debería decir que la niña rubia era un General Divino,.ya que la serie ya empieza con acción y sigue así hasta el final. No se puede parar ni para entender qué pasa, porque es como muy misterioso todo y no da pistas que puedan ayudarte a "adivinar" lo que puede pasar. En general, sabotea toda esperanza en ese sentido. No por eso deja de estar muy bien.
Tiene un cierto tono filosófico pero no porque haga largas reflexiones sino al estilo de plantear ciertos asuntos morales al respecto de la vida en sí y dejar en el aire la respuesta sin comprometerse con ninguna. Más bien, parece que pretendiera decir que no es tan fácil decir qué está bien en estos temas.
La serie está matizada con humor, tiene su lado de comedia, sin perder el aspecto serio o profundo y en esto logró lo que pocas series consiguen: conciliar la comedia con la tragedia. Al tratarse de un animé que toca la posibilidad de revivir a los muertos, el dolor de la tragedia está siempre cerca. No sólo eso: el gran mago destacado Yakou es admirado pero al mismo tiempo repudiado porque su ritual fallido trajo Desastres Espirituales al mundo. Entonces, hay una cierta contradicción donde todo lo bueno se toca con lo malo.