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-¿Ya están todos aquí?- me acerqué al grupo que ya se había formado delante de la entrada de bosque -Igual no importa porque no esperaremos a nadie.- Eché un rápido vistazo a cada uno, todos parecían haberse preparado a su manera particular.

Al notar la herida de Yuki recordé la pregunta de Laslow, sobre la clase de criaturas que había en el bosque. "Debió escucharla mientras desayunábamos" pensé y me acerqué a ella para examinarla mejor. -Parece que algo te atacó ¿no? Quizá mi sermón sobre los peligros del bosque llegó demasiado tarde.- su vendaje estaba limpio y recién puesto así que la dejé tal como estaba y le di una palmadita en la espalda. -No te preocupes querida, yo también me escapé al bosque cuando era de primer ingreso, aunque tuve un poco más de suerte. Estate atenta y pide ayuda si la necesitas... no es buena idea venir herida a las pruebas.-

Caminé hasta un arco de piedra que servía de puerta simbólica entre la Academia y el bosque e inicié la explicación.
-¿Qué les está pareciendo la escuela? ¿Pudieron descansar anoche? Espero que hayan recuperado fuerzas porque las pruebas de verdad empiezan en éste momento. A continuación vamos a ir a un lugar muy especial al que conocemos como "Las ruinas" que está adentrado en el bosque. El nombre es muy descriptivo, se trata de las ruinas de un viejo templo que fue construido hace tanto tiempo que yo imagino que la física funcionaba diferente en ese entonces. En teoría el camino es seguro y rápido, así que no demoraremos mucho tiempo para llegar hasta ahí. Como algunos de ustedes ya saben, hay criaturas en el bosque que puede que no sean demasiado amigables pero en caso de toparnos con una les pido que no intenten enfrentarla. Nuestra prioridad es llegar hasta la prueba.-

Ajusté a mi hombro un bolso grande que había llevado conmigo, me di la vuelta y atravesé el arco de piedra. Después de unos pasos me giré y les sonreí a todos. -A ver si alguno de ustedes se enamora tanto del bosque como lo estoy yo-.

El camino a seguir estaba marcado por un sendero donde la vegetación había parado de crecer debido al tránsito continuo de estudiantes. Aunque estábamos en la parte más superficial de aquel lugar, el canto de los insectos se escuchaba alto y claro, indicando con su presencia que nos encontrábamos en un verano caluroso y húmedo. Los árboles crecían tan juntos que fuera del sendero era difícil avanzar sin romper alguna rama, y sus copas se entretejían entre ellas en lo alto, formando una alfombra flotante de hojas y trinos. Pensé en los alumnos mientras caminaba. Algunos de ellos habían trabajado bien en equipo pero algunos otros habían tenido complicaciones, incluyendo a Yuuto. En la prueba era mejor que se mantuvieran juntos y se protegieran entre ellos, pero esa era una instrucción que no podía dar, ellos mismos debían decidir si iban a alejarse entre ellos o formarían lazos duraderos que quizá algún día les salvarían la vida.

Después de unos minutos de andar, miré a todos con cierta expectación, comencé a trotar mientras rápidamente me envolvían las motitas de luz y salí volando en forma de golondrina perdiéndome entre las hojas. Di un rodeo y quedé detrás de ellos. No dejaría que se perdieran pero era mi oportunidad para ver como se comportaban sin mi supervisión.