Di un mordisco a una manzana mientras miraba a la gente llegar a sentarse a comer con los que estábamos allí. Observé las bandejas ajenas llenas de comida que parecía deliciosa, pero estaba acostumbrada a desayunar frutas tropicales y no se me había ocurrido cambiar. Una chica llegó preguntando lo mismo que yo por lo cual sonreí asintiendo para no hablar con la boca llena, y otra muchacha entró a buscar comida y se marchó rápidamente del lugar.
Una mujer joven se dirigió a mi -Por supuesto. Me llamo Dianthe y soy tu profesora. Los alumnos de mi clase están quedándose en el edificio tres, en el piso cinco. Las habitaciones están pensadas para dos personas pero hay algunas que están ocupadas por un sólo estudiante ahora mismo. ¿Qué te parece compartir habitación con alguien? Habitaciones ,2,3 y 6 tienen espacio. Espero que al resto no les importe. Si tomamos demasiadas habitaciones causamos más problemas a la administración de la escuela.-
-¡Encantada! –respondí a la profesora, la cual se veía muy joven y de no decirlo la habría confundido con otra estudiante- Muchas gracias, iré a ver las habitaciones, espero no importunar a los que tienen toda la habitación para ellos solos.
A hola, veo que se puede, por cierto me gustaría decirte mi nombre, es laslow... sabes creo que eres la primer chica de otro grupo con la que hablo, esta escuela es uno poco agitada, no creen, hay tanto ruido en estas horas que ni siquiera puedo concentrarme en un punto cercano, hasta escucho mejor lo que pasa afuera. Dijo el chico que parecía amigable, y que por lo visto también lo era.
-¡Mucho gusto! Soy Nerea –sonreí mientras pelaba una mandarina- Tu eres con el primer compañero hablo aquí, espero que nos llevemos bien –le di una palmada amistosa en el hombro- Ni que lo digas, esta escuela se ve alegre y con vida, en la escuela que iba hace unos años éramos cinco.
La profesora se despidió así como también Laslow y algunos estudiantes que se iban yendo de la cafetería a seguir con su vida, así que hice lo mismo; tomé la bandeja, tiré las sobras y la devolví a donde estaban el resto de las bandejas.
-¡Nos vemos! –saludé a los que aún quedaban y me dirigí a buscar una llave para tener una habitación, tenía que dejar mis cosas allí antes de que comience la prueba... aunque no eran tantas, solo unas mudas de ropa y dos objetos pequeños.
No conocía a quienes las ocupaban así que cualquiera estaba bien para mí, así que hice lo que cualquier persona sabia usaría para tomar una importante decisión en su vida: ta te ti. El ti dio en el número seis, así que tomé la llave y me dirigí hasta el cuarto número seis para dejar mis cosas y prepararme.
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