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Aquella chica había llegado, podía acercarme a ella y pedir que conversaremos, definitivamente algo le pasaba, pues me miró de una forma muy seria. Así que pensé en no hablarle por ahora, ya habrá otro momento. Minutos más tarde, veo llegar a Laslow quien me saluda desde lejos como siempre amistosamente. - Por cierto kiri, se me olvidó preguntarte ayer, pero deseas que aislé todo el sonido del exterior en nuestra habitación durante la noche?, para mi es muy relajante no por nada, pero no se si para ti lo es - me pregunta Laslow.  - A mi no no me molesta, no te preocu... -  No terminé la oración cuando noté que algo no andaba bien, mis sirvientes me advierten de un peligro por lo que me levanté bruscamente, botando un pequeño florero con Besalias. Solo dije permiso, con un rostro totalmente pálido por la preocupación.

Salí corriendo sin más y me dirigí al bosque. Corrí rectamente y a medida que me iba acercando lograba sentir una presencia oscura, peor que aquella vez. Alcanzaba a escuchar sonidos de lucha que se escuchaban más y más fuertes con forme me iba acercando. - ¿que esta pasando? - dije con preocupación. Llegando cerca de un acantilado miré desde lejos a un demonio que creí jamás vería... - Wendigo?- me auto pregunté. Me puse más pálido cuando vi caer del acantilado a una chica junto al wendigo. Los wendigos son una clase de demonios envidiados por demonios de élite, el wendigo es silencioso, posee una gran velocidad, fuerza, resistencia y agilidad. Devoran a sus presas no sin antes hacerlas sufrir, son sinónimos del caos.

Al ver que la chica callo cuesta abajo corrí con más velocidad para intentar salvarla. Creí que no llegué a tiempo pero al ver hacia abajo miré a la chica sosteniendose de las rocas para no caer. - ¡dame la mano! - grite desesperado. La chica no podía sostener bien mi mano, sus dedos se le resbalaban, así que tuve que agacharme más, por fin alcanzo bien mi mano y enseguida la jale lo más fuerte que pude para ayudarla a subir, se veía muy débil y asustada.  Logre subirla y sentarla junto a mi, me puse a un lado de ella tratando de tranquilizarla. Sin duda se notaba que esta era su primera batalla. Tuvo suerte de sobrevivir al ataque de un wendigo, sin duda es una chica muy afortunada. De pronto vi que la chica era una de mis compañeras de clase, noté que se estaba tranquilizando. - ¿estas bien? - le pregunté con cara de preocupación mirándola a los ojos. No me respondía así que volví a preguntar - ¿estas bien? -, de pronto le mire el brazo y vi que le estaba sangrando. - tu brazo, esta sangrando -.