07-10-2017, 06:18 AM
(Última modificación: 08-10-2017, 01:52 AM por Kae Serinuma.)
Todos sabemos que el marketing en el mundo de la literatura suele ser bastante engañoso; disfrazando libros mal escritos en maravillas de la literatura moderna, muchos solemos caer en dichos engaños, ya sea por falta de experiencia o por querer probar suerte: quién sabe, alguna joyita saldrá por ahí.
Lo cosa, es que el otro día caí. Compré este "libro", que la Librería Gandhi me vendía como si fuese la venida de jesucristo. Tenía todos los síntomas de ser un mal libro: altamente galardonado, cagando premios hasta por las orejas, incluso tenía la dedicatoria hacia la mamá, y el clásico: "Las historias de (inserte al autor aquí) se han publicado en programas de televisión y otros medios". Pero me rehusé. Creí fervientemente en que ese libro sería la puta polla, y, por supuesto la venida de jesucristo que tanto prometían.
— Sí, lo compro a la verga, pensé ;)
La premisa del libro era lo suficientemente atractivo para llamar mi atención: "Antes del asteroide nos poníamos etiquetas: «el deportista», «el marginado», «el vago», «la empollona»... Y entonces miramos al cielo y todo cambió. Dijeron que llegaría en dos meses. Eso nos dio tiempo para dejar las etiquetas atrás. Dos meses para convertirnos en algo más grande de lo que éramos. Algo que duraría incluso después del fin. Dos meses para vivir de verdad".
Simple, sencillo y para toda la familia. ¿Qué podía salir mal, cierto?
Después de una hora, finalmente llegué al dichoso conflicto (la noticia del meteorito) que tanto me prometían. Me entraron ganas de gritar a los cielos "¡Aleluya, señor!". Pero la jodida venida de jesucristo no llegó sino hasta la puñetera página 95. Sí, página 95: después de una introducción tan extensa (con doble sentido) de 94 páginas de absolutamente nada.
Era oficial, había tirado 30 dolares de mi bolsillo a la basura. Y en alguna parte de este planeta había un chaval, un tal Tommy Wallach, bañándose en una maldita piscina llena de billetes, nalgueando a diestra y siniestra a las putas que había comprado con mi dinero, mientras el cabrón se reía de mí: "Ja. Tonto del culo. ¿Creíste que mi libro estaba bien escrito? Not today, bitch!"
— Shit happens, pensé mientras me encogía en hombros.
Sí, el marketing lo hizo de nuevo, chicos y chicas.
Así que ahora les toca a ustedes hablar de sus libros, cuenten sus malas experiencias uwu
Hasta la próxima, amigos
Lo cosa, es que el otro día caí. Compré este "libro", que la Librería Gandhi me vendía como si fuese la venida de jesucristo. Tenía todos los síntomas de ser un mal libro: altamente galardonado, cagando premios hasta por las orejas, incluso tenía la dedicatoria hacia la mamá, y el clásico: "Las historias de (inserte al autor aquí) se han publicado en programas de televisión y otros medios". Pero me rehusé. Creí fervientemente en que ese libro sería la puta polla, y, por supuesto la venida de jesucristo que tanto prometían.
— Sí, lo compro a la verga, pensé ;)
La premisa del libro era lo suficientemente atractivo para llamar mi atención: "Antes del asteroide nos poníamos etiquetas: «el deportista», «el marginado», «el vago», «la empollona»... Y entonces miramos al cielo y todo cambió. Dijeron que llegaría en dos meses. Eso nos dio tiempo para dejar las etiquetas atrás. Dos meses para convertirnos en algo más grande de lo que éramos. Algo que duraría incluso después del fin. Dos meses para vivir de verdad".
Simple, sencillo y para toda la familia. ¿Qué podía salir mal, cierto?
Después de una hora, finalmente llegué al dichoso conflicto (la noticia del meteorito) que tanto me prometían. Me entraron ganas de gritar a los cielos "¡Aleluya, señor!". Pero la jodida venida de jesucristo no llegó sino hasta la puñetera página 95. Sí, página 95: después de una introducción tan extensa (con doble sentido) de 94 páginas de absolutamente nada.
Era oficial, había tirado 30 dolares de mi bolsillo a la basura. Y en alguna parte de este planeta había un chaval, un tal Tommy Wallach, bañándose en una maldita piscina llena de billetes, nalgueando a diestra y siniestra a las putas que había comprado con mi dinero, mientras el cabrón se reía de mí: "Ja. Tonto del culo. ¿Creíste que mi libro estaba bien escrito? Not today, bitch!"
— Shit happens, pensé mientras me encogía en hombros.
Sí, el marketing lo hizo de nuevo, chicos y chicas.
Así que ahora les toca a ustedes hablar de sus libros, cuenten sus malas experiencias uwu
Hasta la próxima, amigos