Joel, siento mucho lo que te pasó. No debiste haber estado ahí. Sé que lo hiciste de buena gana. Nadie te obligó. Siempre fuiste altruista en lo que a favores se refiere. Sólo que esta vez, te tocó estar con la persona equivocada y en el lugar equivocado. Quisiera decirte todas las cosas que te perdiste pero no me alcanzan las palabras, así que te mencionaré algunas. Primero, tengo que decirte que tu familia lo pasó muy mal cuando les llegó la noticia. Yo no me enteré a través de ellos, si no que fue por medio de la televisión que me enteré. Supe de mano de los vecinos que tu mamá le echó toda la culpa a la persona a la que acompañabas, porque el sobrevivió y tú no. Yo no atreví a hablar con tu hermano, mucho menos con tu mamá. No me imagino el dolor por el que pasaban. Sin embargo, tu hermano me invitó a tu funeral. Mis padres no pudieron ir. Ya sabes cómo era mi papá. Y mi mamá se quedó en casa cuidando a mi hermano. Ella fue la que me dio permiso de ir. Así que estuve solo. No conocía a nadie, salvo a tu familia. El funeral fue en una iglesia. Tu papá dio unas palabras. Las dio con coraje, y lo entiendo. Tu mamá no habló, tu hermano tampoco. Después de tu funeral no volví a ver a tu familia. Aunque me encontré a tu mamá varias veces en la tienda de la esquina y en otras partes también, a través de los años. Creo que ella nunca lo superó, se podía ver en sus ojos. Luego de un tiempo no volví a ver tu mamá. Me enteré que se mudaron. Era lo mejor. Y espero que a tu familia le vaya bien donde quiera que estén.

En cuanto a mí, terminé la preparatoria. Repetí semestre. Segundo semestre. Fue un año perdido pero no importa, es lo que hay. Terminé la prepa en 3 años, en lugar de dos, eso sí. Después de eso, la verdad es que no sabía qué hacer con mi vida. Siempre había pensado que debía dedicarme a trabajar, y a nada más. Aunque un tiempo atrás, tenía la idea de dedicarme al teatro, ya sabes la enorme afición que le tenía a las películas, y la sigo teniendo, pero jamás me decidí. Tenía 18 años, ya estaba trabajando, y aún no estaba seguro si seguir así o qué hacer. Aun así, encontré la oportunidad de echar novia, duramos mucho tiempo. Y fue precisamente con ella que lo discutí bastante, y después de casi un año, finalmente me decidí a estudiar teatro. Primero fui al SET de Multimedios Televisión. Cobraban una cantidad insana por mes, así que lo descarté. Luego fui a FAE, hice el examen, no lo pasé, y me dio mucha tristeza, de hecho, lloré. Volví a discutir con mi papá por eso mismo, me dio mucho coraje, porque él decía que aquello no me importaba. Si no me hubiese importado, no hubiese presentado en primer lugar, ¿no crees? En fin, encontré una buena escuela donde estudiar y ahí me quedé dos años. De nuevo, eché novia, aunque duró menos que la anterior. Terminé a los 21, luego busqué una segunda carrera porque si no me moriría de hambre, y siempre tuve esa inquietud de estudiar psicología, así que eso escogí, para esto mi papá ya me estaba apoyando. Nos reconciliamos, aunque seguimos peleando de vez en cuando. Entré a FaPsi, no me gustó. Luego entré a la UMM, que es donde estoy ahora. Y en estos momentos, tengo 26 años. Estoy a menos de un año de recibirme y de finalmente, hacer lo que me gusta. Que es la psicología y el teatro. No soy la persona que me gustaría ser, no te lo voy a negar. Pero soy feliz. Sin embargo, tengo que decirte que tu muerte me tocó bastante, y esa es la razón por la que te escribo. Porque aunque ya no estés, sigues estando en la memoria de todos los que conociste. Y me veo en la necesidad de despedirme de ti de esta manera, porque nunca lo hice, y ya pasaron 10 años desde aquello. Yo no me esperaba que murieses tan joven. Nadie se lo esperaba. Tenías mucho camino por recorrer. Sé que hubieses hecho una buena vida. Pero lamentablemente no sucedió. Y aunque no puedo decirte que te cuides y que estés bien, sí que puedo despedirme y decirte adiós. Adiós amigo de letras.