La muerte de Yuuki Onozawa, el hermano pequeño de Mirai Onozawa en unas circunstancias catastróficas. Juro que lloré como hacía tiempo que no lloraba y aún sufro al recordarlo. Fue demasiado injusto y hermoso al mismo tiempo.

Ash Lynx murió asesinado después de haber superado mil obstáculos en la vida y, por primera vez, conocido a alguien a quien logró amar de verdad y que le devolvió las ganas de vivir. ¡Maldita sea!

No es una muerte de anime sino de manga: Agni, el mayordomo de Soma Asman Kadar, murió protegiéndolo. ¡¿Por qué, Agni!? ¿¡Por qué!?

Spike Spiegel tuvo una muerte épica, memorable y predecible, pero no por ello menos dolorosa de presenciar. Spike, me dueles, me quemas, me lastimas.

Yuka Kurumatani, la madre de Sora, murió debido a la enfermedad que sufría desde hacía tiempo. Me dolió doblemente porque ocurrió cuando ella se había decidido a luchar por ayudar a su hijo y a su equipo de baloncesto (ella fue jugadora de baloncesto antes de enfermar y se puso como meta en la vida entrenar a su hijo). Fue una tremenda puñalada en el corazón que muriera justo en un momento tan importante y estando tan animada y decidida a sobrevivir. P*ta vida.