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Yoga, más que una práctica física - Jas O'Dogherty - 06-04-2020 ¡Hola, yoguis y futurxs yoguis! ¿Conocéis o estáis interesadx en el Yoga? ¿Os pica la curiosidad pero no sabéis ni por dónde empezar? ¿Queréis practicarlo pero no sabéis cuál es la modalidad que más se adapta a vuestras necesidades? Si vuestras respuestas son SÍ, os invito a seguir leyendo. Empecemos por lo básico. ¿Qué es el Yoga? El término «yoga» — emparentado etimológicamente con «yugo», que encontramos en la palabra «conyugal»— tiene dos acepciones estrechamente relacionadas. El estado de yoga es aquel en el que el sujeto se encuentra «bajo el mismo yugo» que lo divino, es decir, ligado a Dios. La segunda acepción, con una variante, expresa el estado en el cual el «sujeto aparente» está ligado al «sujeto real»; dicho de otra forma: Es el estado en el que la persona ha recobrado su verdadera naturaleza y vive de conformidad con ella. La técnica del yoga, sea cual fuere, es una disciplina a través de la cual el sujeto intenta llegar al estado de yoga. Algo difícil de entender. Pongamos una definición más sencilla: El Yoga es un conjunto de técnicas de concentración derivadas de la doctrina filosófica que recibe el mismo nombre y que se practican para conseguir un mayor control físico y mental. Mejor así, ¿cierto? Sigamos entonces. ¿Cuáles son los beneficios del Yoga? Gracias al yoga, el sujeto civilizado puede recobrar la alegría de vivir. El yoga le proporciona salud y longevidad; las asanas (posturas) devuelven la flexibilidad a la columna vertebral, auténtico eje vital; calman los nervios sobreexcitados, relajan los músculos, vivifican los órganos y los centros nerviosos. El pranayama (ejercicios respiratorios) proporciona a cada célula oxígeno y energía, limpia el organismo al quemar los residuos y expulsa las toxinas. Al mismo tiempo, la relajación permite preservar la integridad del sistema nervioso y salva de la neurosis y el insomnio. ¿A que suena bien? Seguro que ya os empieza a gustar. Prosigamos. Todo adepto del yoga tiene el deber inexcusable de adquirir conciencia de su propio cuerpo. El yoga asegura que es fácil conservar la salud. Para ello, basta con modificar una serie de hábitos convencionales y erróneos que tenemos y que son los responsables de un número incalculable de males, de miserias y de muertes prematuras.
Todo el mundo, sea agnóstico o creyente, puede practicar Yoga, porque no se trata de ninguna religión, y su práctica ni exige ni presupone tenerse que adherir a alguna filosofía, rito o creencia. Sencillamente, hay que tomarlo como una disciplina psicosomática que es única en su género y de una eficacia incomparable. Por tratarse de un conjunto de técnicas, el Yoga es, por definición, neutro; pero cometeríamos un lamentable error si lo mirásemos únicamente bajo la perspectiva de ese aspecto técnico, ignorando el espíritu en que fue concebido por lxs grandes sabixs y rashis de la India antigua, que es precisamente lo que le confiere su indiscutible nobleza.
La importancia de la respiración. Un caso complicado. Un hombre tenía trastornos digestivos, palpitaciones, un constante estado de irritabilidad y falta de concentración. Adelgazaba a ojos vista, perdía las ganas de vivir y estaba llegando al límite de sus fuerzas. Pocos días antes, había cambiado su empleo por otro mejor remunerado, pero las nuevas responsabilidades le agobiaban de tal forma que, al día siguiente, pensaba hablar con su jefe para presentarle la dimisión por el simple hecho de que le aguardaba una tarea relativamente importante que se sentía incapaz de acometer. Aquel hombre estaba crispado hasta tal punto que no respiraba más que lo justo para no morir de asfixia. Aquello explicaba muchas cosas. Este es un caso extremo pero impresionante. Casi sin excepción, las personas que tienen una caja torácica bien desarrollada y saben servirse de ella, viven sin grandes problemas; es decir, que los van resolviendo a medida que se presentan. Pero quienes respiran mal no salen a flote en ningún terreno: salud, profesión, afectividad. Generalmente, no solamente respiramos muy mal sino que, a menudo, la calidad del aire es más que dudosa. De ahí proviene nuestra escasa resistencia a las enfermedades y a la fatiga, nuestra repugnancia ante cualquier esfuerzo físico, nuestro nerviosismo y nuestra irritabilidad. Hay tanta diferencia entre la forma de respirar de un adepto al yoga y uno que no esté iniciado, como entre un niño que juega en la piscina y un campeón olímpico. Cuestión de técnica y ejercicio. La respiración de yoga completa engloba a las tres formas de respirar básicas (abdominal, costal y clavicular), reduciéndolas a un solo movimiento amplio y rítmico. La respiración consciente. La respiración voluntaria es el método más eficaz de que disponemos para aumentar la resistencia del organismo. Disminuid la resistencia orgánica por el medio que sea e inmediatamente veréis que hasta los microbios más inofensivos anteriormente se convierten en agentes infecciosos (Pasteur). La relajación. El ser humano moderno, con sus tensiones, su crispación, su nerviosismo, su ansiedad, está cogido en el engranaje infernal que infaliblemente le arrastra hacia el estrés, porque su perenne estado nervioso no le permite afrontar las exigencias de esta implacable vida moderna que, tras su amable y confortable decorado, esconde un mecanismo inhumano y una despiadada lucha por la vida. No tiene nada de extraño el que millones de seres humanos civilizados vivan con la deprimente impresión de haber «perdido el rumbo» porque sienten que se les ha impuesto una misión insuperable que no se ven capaces de llevar a buen fin, pero, al mismo tiempo, les es imposible sustraerse a ella. Existen dos remedios que son a la vez preventivos y curativos; y estos dos remedios son la respiración controlada y la relajación. Esta última es el antídoto más directo del nerviosismo y la tensión. Sin relajamiento no hay verdadero yoga, ni paz, ni felicidad posible. Ni siquiera puede haber salud. Una persona perennemente en tensión no puede alcanzar la felicidad ni aunque tenga a su alcance todo lo necesario para ser feliz. La relajación es el estado yóguico puro, ya que la mente controla íntegramente al cuerpo, desconectando uno a uno todos los hilos conductores y reduciendo casi a cero el envío de corriente hacia los electroimanes repartidos por todo el organismo. Concentración. Durante las asanas (posturas), la mente controla los movimientos del cuerpo; esto es esencial y constituye la base misma del yoga, pero lo que ocurre es que a la mente le resulta imposible concentrar su atención en contracciones y descontracciones de grupos musculares de los que no tenga una percepción consciente muy precisa. Si el adulto quiere controlarse y perfeccionarse, es indispensable que restablezca el contacto con su cuerpo: esta es la finalidad de la toma de conciencia. Esta toma de conciencia será centrípeta, es decir que, partiendo de las capas exteriores, la toma de conciencia progresará en profundidad. Se trata de ir tomando conciencia sucesivamente de: A) Sensaciones de contacto cutáneo. B) De los músculos. C) De la respiración. D) De los órganos internos. El secreto de la agilidad que proporciona el Yoga. El secreto de la agilidad que proporciona el Yoga se desvela en el alargamiento de los músculos descontraídos, por efecto de tracciones lentas y progresivas. Este alargamiento de músculos que previamente han sido relajados es una de las características esenciales de las asanas y explica el que den mayor agilidad que la gimnasia y más rápidamente, ya que esta última lo que busca es el desarrollo de la musculatura a base de contracciones repetidas de los músculos motores. Asanas. A pesar de que las asanas o posturas yóguicas no son más que uno de los aspectos del yoga, para este sedentario Occidente representan una parte fundamental de su práctica porque producen efectos rápidos y muy espectaculares, al tiempo que preparan para las otras formas de yoga. Es aconsejable realizar la práctica de Yoga por la mañana y en ayunas, o esperar cuatro o cinco horas si se ha comido copiosamente y dos si la comida ha sido ligera. Esta norma es aplicable sólo para las asanas, para no correr el riesgo de un corte de digestión, pero no tiene nada que ver con los ejercicios de relajación ni con los de respiración yóguica completa. Antes de la sesión, vaciar la vejiga de la orina y, a ser posible, también los intestinos. No me detendré en explicar todas las asanas. Mi intención es que sepáis lo básico para que, cuando salgáis de aquí, hayáis entendido qué es el Yoga y por qué es bueno practicarlo. Continuemos. Tipos de Yoga. En los orígenes del yoga, existían cinco sendas principales: Karma Yoga: el atruísta. El karma yoga preconiza que el ser humano debe cumplir con su deber espiritual (dharma) sin esperar nada a cambio. Se suele poner de ejemplo reciente al emblemático activista político Mahatma Gandhi, ya que trabajó toda su vida para el beneficio de la India. Bhakti Yoga: el devoto. Es considerado el yoga del amor puro y universal. Se enfoca en la mente y el corazón en lugar de las respiraciones o los asanas (posturas físicas). Su fuente de desarrollo son los actos de culto, devoción y servicio. Japa Yoga: el meditativo. Basado especialmente en la meditación que aporta sabiduría a través de la observación y la conciencia. Se realiza a través del estudio y la reflexión aunque también es un yoga dirigido, ya que se realiza a través de la obediencia a las instrucciones del maestro. El objetivo es alcanzar el control mental y el discernimiento que nos conducirá a tomar conciencia universal y personal. Raja Yoga: reglas morales y éticas. Sus practicantes lo llaman “Yoga Real”, aunque también se le conoce como astanga-ioga o yoga de los ocho miembros debido a sus ocho etapas. Sin embargo, hay maestros que consideran que el raya-yoga es una amplia categoría que abarca varios yogas como el ashtanga, el kundaliní, el kriya, el mantra y el dhyana. En la actualidad, se asocia a los yoga-sutras. Hace referencia al control, superación y sublimación de la mente. Está compuesto de determinadas reglas morales y éticas denominadas de “desapego” (yamas y niyamas), diferentes practicas físicas denominadas de “purificación corporal” (asanas y pranayamas) y técnicas mentales denominadas “iluminación” (pratiyhara, dyana y shamadi). Hatha Yoga: el más popular y mi favorito. Es el yoga practicado a través de las asanas y el pranayama. Es un método holístico, ya que tiene en cuenta tanto lo físico como lo mental. Sus posturas corporales aportan a los músculos tonificación y flexibilidad. Este tipo de yoga es recomendado para quienes se inician en la práctica. Modalidades clásicas de Yoga. Los yoga clásicos fueron evolucionando, transformándose, enriqueciéndose… y han llegado a nuestros tiempos gracias al respeto por la tradición que existe en los países donde tradicionalmente más se practica. Estas son las modalidades clásicas que podríamos destacar: Kundalini Yoga: despierta tu energía. Esta práctica es considerada un despertar energético que todos necesitamos, ya que no se trata de una energía “estresante” para nuestra mente, músculos y órganos, sino todo lo contrario. Hay una energía vital llamada Kundalini que reposa en base de la columna y aspira a ascender hasta el último chakra. El objetivo de esta modalidad es poder despertarla y activar tanto los canales donde se produce como los canales por los que circula. Este tipo de yoga llegó a occidente gracias al Yogui Bhajan. En él se practican asanas dinámicas, pranayama y meditaciones. Yoga Nidra: el sueño consciente. Consiste en una poderosa técnica para aprender a relajarnos de forma consciente. Ante el cuerpo, las emociones y la mente están completamente relajadas pero a la vez, conservan la lucidez. Gracias a ello, podemos mejorar la capacidad de concentración o la memoria. Mantra Yoga: energía a través de la vibración. Busca la conexión a través de la vibración, ya que entiende que todo está formado por energía vibratoria. La conseguimos activar cantando mantras hasta entrar en un estado meditativo que genera una sensación de paz y calma plena en nuestro cuerpo y nuestra mente. Es un yoga que puedes sumar a la práctica de otros o integrar en cualquier momento del día. Kriya Yoga: la modalidad practicada por Steve Jobs. Es una de las modalidades de yogas más antiguas. Es un yoga mental que requiere, además, una preparación energética para después trabajar la concentración. Gracias a él se alcanza un estado meditativo y después, técnicas de control de la energía o prana. Si lo que te interesa es el yoga más mental y menos físico, este puede ser tu estilo. Yoga Integral: integrador de las sendas clásicas. Sri Aurobindo fue el maestro que reunió y unificó para esta modalidad de yoga, todas las sendas del yoga clásico. Sin embargo, ahora podemos encontrar muchas variantes alegadas de la integración inicial y que se adaptan a los contextos sociales y culturales donde se aplica y practica. También es conocido por los nombres como Purna Yoga o Yoga Completo. 20 modalidades nuevas de Yoga. Vinyasa Yoga: el yoga con más flow. Para practicarlo debes tener gran control sobre tu respiración. Todas las posturas sostenidas por el cuerpo están conectadas a través de la respiración rítmica, por lo que la fuerza y la energía se crea en el cuerpo. No es recomendado para principiantes. Asthanga Vinyasa Yoga: respiración sincronizada. Es una forma de yoga dinámico que se desarrolla a través de movimientos y respiración sincronizados. Cada postura está diseñada con un número determinado de movimientos y de respiraciones. Cuando un alumno empieza a dominar la técnica y el sentido de la misma, esta modalidad te permite crear posturas encadenadas de forma sincronizada siguiendo con maestría el ritmo de respiraciones y movimientos indicados. Es un yoga muy físico no recomendado para iniciados pero sí para los que quieren avanzar hacia asanas más exigentes. Vini Yoga: concentración. Esta modalidad se divide en dinámicas. Las cuatro esenciales son las de concentración (dhâranâ), de meditación (dhyâna), de integración (samâdhi) y la de proceso (samyama). Consiste, en esencia, en escoger un objeto de meditación, fijar intensamente la atención plena en este objeto y ejercerla como una práctica consciente y habitual. Lo más importante para su práctica no es la técnica física sino las dinámicas internas (concentración, meditación, integración y proceso). Por tanto, es un método que se ajusta a las características, capacidades, necesidades y objetivos de cada persona y es muy recomendado para principiantes. Yoga Iyengar: integración filosófica. Está recomendado para aquellxs alumnxs que buscan en el yoga, sobre todo, objetivos espirituales. Gracias a su desarrollo, podrán encontrar, aprender y poner en práctica la integración de los principios filosóficos clásicos. Entre estos aprendizajes extraídos de los textos clásicos sánscritos encontramos el del arte y la ciencia de āsanas y prāņāyāma. También se trabaja la “meditación en la acción”: un estado de atención en el aquí y el ahora. Su creador, tras décadas de práctica y estudio, también confeccionó secuencias de posturas altamente beneficiosas para diferentes trastornos médicos y dolencias, tales como dolores de espalda, anemia, trastornos menstruales, hipertensión, depresión, insomnio, estrés, etc. Pero, para su aplicación, deberás contactar sólo con profesores con una alta cualificación, consciente y habitual. Lo más importante para su práctica no es la técnica física sino las dinámicas internas (concentración, meditación, integración y proceso). Por tanto, es un método que se ajusta a las características, capacidades, necesidades y objetivos de cada persona y es muy recomendado para principiantes. Anusara Yoga: filosofía tántrica. Es una novedosa escuela de yoga creada en 1997 por John Friend. Su filosofía tántrica hace que la práctica sea realizada desde nuestro interior hacia nuestro exterior. Implica una co-participación constante con lo Supremo (que consideran presente en todas las cosas). Las posturas están orientadas desde nuestro sentimiento interior más profundo y son expresadas a través de la bondad. Yoga Restaurativo: relajación. Es una propuesta terapéutica basada en la relajación, la respiración y el trabajo con soportes físicos como por ejemplo: mantas, bolsters, cinturones, sillas, pelotas, bloques, niveles del suelo o una pared. Estas herramientas de apoyo nos ayudan a que haya un estiramiento sin esfuerzo. A diferencia de otras posturas de yoga que, aunque en su perfecta ejecución son cómodas y estables, involucran un componente activo y de tensión muscular en su aprendizaje. El soporte nos da una sensación de bienestar y de seguridad. Esa sensación nos ayuda a relajarnos y evitar que el cuerpo se someta a estrés y distracción. Es un tipo de yoga muy suave, indicado para todo aquel que quiera simplemente relajarse y no soportar una alta exigencia física. Yoga Terapéutico: sanador. Indicado para quien tiene algún tipo de lesión o circunstancia que le impide seguir una clase tradicional con el resto del grupo. Las clases pueden ser más suaves y menos exigentes ya que sus objetivos están enfocados a la sanación. Pone el énfasis en la práctica de la relajación, meditación y visualización. Las clases del Yoga Terapéutico son personalizadas o bien realizadas en grupos muy reducidos. Están diseñadas específicamente para volver a equilibrar desajustes físicos y ayudar a mejorar las afecciones orgánicas y psicológicas de los practicantes que las requieren. Bikram Yoga: calor y humedad. Esta curiosa modalidad se realiza en una sala a 42 grados de temperatura y con bastante humedad. Estas condiciones ambientales favorecen la sudoración y con ello la eliminación de toxinas. También ayuda a mantener los músculos calientes y nos invita a desarrollar una mente atenta y concentrada. Consiste en una combinación de posturas que engloba los beneficios de distintos tipos de Yoga consiguiendo un cuerpo saludable, paz interior y la felicidad consciente. Aero Yoga: practicar la ingravidez. Es considerado como una práctica artística que ayuda al crecimiento personal. Fue desarrollado por el español Rafael Martinez hace unos años y cada día goza de más popularidad. Utiliza la suspensión y la ingravidez en un columpio especialmente diseñado como plataforma para fomentar creatividad, desbloqueo, tonicidad, definición muscular y rejuvenecimiento. Está Inspirado en técnicas tradicionales y, aunque conserva su esencia, han incorporado técnicas más modernas como el Pilates, la danza contemporánea , el método Alexander o la gimnasia holísitica. Quizás por ello, no es un yoga acosejado para los más “puristas”. Es un estilo de yoga que despierta tu lado más artístico. Acro Yoga: práctica solar y práctica lunar. La verdad es que la idea suena bastante bien: crear una fusión perfecta y sincronizada de acrobacia, yoga y masaje tailandés. A la parte acrobática también se le conoce como práctica solar y a la parte de masaje tai como práctica lunar. Nos ayuda a desarrollar confianza en nosotros mismos, la fuerza y la diversión de lo acrobático. También facilita la respiración, el equilibrio y la conexión interior. A través de él, favorecemos la escucha, la compasión, la comunicación, el movimiento, la conexión y el juego. Yin yoga: regenerativo. Gracias a esta modalidad, podemos actuar en las capas profundas de nuestros músculos y acceder al contacto con los órganos vitales. Es un yoga muy avanzado que recomiendan practicar sobre todo si se practican previamente yogas más dinámicos. Se realizan con mucho contacto con una base estable por lo que pueden realizarse con el mínimo esfuerzo muscular. Eso sí, requieren del practicante una atención plena y consciente sobre su propio cuerpo. Es una práctica para equilibrar nuestras vidas y nuestro cuerpo. También es una práctica que puede dar una oportunidad a nuestros canales energéticos para conectarse y relajar tensiones. Power Yoga: dinámico y fluido. Si lo que te gusta es un yoga muy exigente en lo físico, esta modalidad puede llegar a ser tu preferida. Sin embargo, para su iniciación, puede acceder a ella cualquier persona con cierta tonificación física. Consiste en una serie de asanas con las que descubrirás una vigorosa manera de fortalecimiento de tu cuerpo, mientras te abres a descubrir aspectos mentales que solemos desatender por el estrés o las rutinas. Es una combinación dinámica de esfuerzo y espiritualidad; desintoxica y llena de energía el cuerpo y la mente. Rocket Yoga: rápido y práctico. Otra de las nuevas modalidades diseñadas para aportarte energía y vitalidad. Encuentra su base en el Ashtanga yoga, enfocado sobre la creación del Prana (energía) y el despertar del sistema nervioso a través de secuencias equilibradas, rápidas e intensas. En este sistema encontramos series fijas que forman parte de una rutina semanal donde todos los días se practica algo distinto. Incluso se anima a los todos los estudiantes avanzados a que hagan sus propias variaciones de las asanas o que las eliminen. Es un yoga rápido y muy dinámico pero exigente físicamente. Sivananda Yoga: meditación y devoción. Los practicantes del Sivananda yoga se focalizan en los aspectos más espirituales de la disciplina del yoga. Es un tipo de yoga ideal para las personas que buscan potenciar, sobre todo, la meditación y devoción frente al ejercicio físico. Incluye cánticos y no solo posturas o ejercicios. A veces puede resultar bastante repetitivo porque intenta incidir sobre tus hábitos pero si estás empezando, las rutinas te ayudaran interiorizar los aprendizajes. Jivamukti Yoga. Es un yoga dinámico e intenso. Es muy completo en cuanto a su ejecución espiritual y se basa en cinco principios esenciales que vertebran el desarrollo de las dinámicas: la escritura (shastra), la no violencia (ahimsa), la devoción (bhakti), la nada (sonido interior y cantos o mantras) y la meditación (dyhana). Yoga en Pareja: dos mejor que uno. El Yoga en pareja es simplemente un conjunto de asanas que puedes realizar junto a otra persona. Ayuda a desarrollar valores como el trabajo en pareja, la confianza, la constancia, el compromiso… Y su objetivo es la unión de ambos mediante el movimiento, el juego, la respiración, el tacto y la amistad. Es un proceso que reconoce y valora el trascender los límites individuales y fortalece las relaciones. Yoga para embarazadas: aliviar dolores y mejorar la postura corporal. El yoga también nos sirve para mantenernos en forma durante el embarazo. Los diferentes asanas nos permiten hacer ejercicio al mismo tiempo que controlamos nuestra respiración y nuestro equilibrio. Mejora la circulación sanguínea y disminuye la posibilidad de retención de líquidos (dos de las dolencias más extendidas durante el embarazo). El estiramiento de los músculos puede ayudarte a aliviar los dolores y se mejora la postura corporal. También nos puede ayudar a reducir dolores de espalda asociados a esta etapa, especialmente los relacionados con el nervio ciático. Yoga para niños: para realizarlo en familia. Hay adaptaciones realizadas para que niños y niñas puedan iniciarse en el yoga a nivel personal o bien, para practicarlo junto a sus familias. A través del yoga, lxs niñxs pueden ejercitar su respiración y aprenden a relajarse para hacer frente al estrés, a las situaciones conflictivas y a la falta de concentración. El yoga les ayudará en su camino madurativo hacia el autodominio físico y psíquico. Beer Yoga: modalidades divertidas. Hay incluso un tipo de yoga diseñado simplemente para divertirse junto a lxs amigxs. Como ejemplo, para lxs más cerveceros han diseñado un tipo de yoga que incluye botellines en su práctica. En palabras de la yogi Jhula, fundadora de este movimiento tan sorprendente y alternativo: “el Beer Yoga es divertido, pero no es ninguna broma. Tomamos la filosofía del yoga con el placer de beber cerveza para alcanzar un mayor nivel de conciencia”. Os lo dejo como sorprendente ejemplo de cómo el yoga puede integrarse en casi cualquier otra actividad. Yoga integrado en festivales: yoguear juntos. El yoga ya forma parte integrada de muchos festivales de ocio consciente y sostenible junto a distintas actividades paralelas. Están diseñados tanto para yoguis que se inician, avanzados, mindfulners, familias que quieren compartir una jornada diferente, foodies interesados en alimentación sostenible, deportistas, amantes del desarrollo personal, de la música, de la danza, de la experimentación… Entre los más destacados, encontramos el Big Yoga o el Wanderlust 108 (un triatlón consciente que combina running, yoga y meditación). Eso es todo por el momento, chicxs. Si estáis interesadxs en saber más sobre los chakras, hacédmelo saber mediante un comentario en este mismo tema. NÁMASTE.
Fuentes:
RE: Yoga, más que una práctica física - Belmont - 06-04-2020 Fua muy buen post super interesante, no sabia que habia tantas formas diferentes de yoga, yo suelo hacer desde hace unos años, relajo mucho el cuerpo y la mente, pero no e llegado nunca a saber mucho de ello Me suelo buscar videos de youtube y mas o menos suelo hacer videos de principiantes e intermedios, pero hace tanto que no hago que la ultima vez que me puse volvi a hacer de principiantes Me llama mucho la atencion el beer yoga xD parece muy zen :3 un saludo ^^ RE: Yoga, más que una práctica física - Jas O'Dogherty - 06-04-2020 @Belmont: Me alegro de que te haya gustado. Espero que también te haya ayudado a encontrar el/los tipo(s) de yoga adecuado(s) para ti, en función de tus necesidades. Está bien que veas vídeos en YouTube, pero recuerda que siempre es mejor hacerlo bajo la supervisión de un/a maestrx que te pueda corregir y hacerte adaptaciones individualizadas. Si cuando termine la cuarentena decidieras apuntarte a un gimnasio, te animo a que entres en las clases de yoga. Verás que se les saca mucho partido.
Poco más que decir además de gracias por comentar, jajaja. ¡Ánimo con la práctica! |