1. Aprendices de mago
Descrito en su web como “un lugar para amantes de la magia”, The Cauldron (el caldero, en español) es lo más parecido al callejón Diagon de Harry Potter que se puede encontrar en Londres (aunque su fundador Matthew Cortland recalca que no están asociados en modo alguno a la saga). Su Magical Cocktail Experience es, en realidad, una 'masterclass' de mixología, pero lo que la hace diferente —y tremendamente instagrameable— es ese componente de fantasía que empieza con la mesa de trabajo en la que los participantes prepararán sus cócteles como si fuesen pociones mágicas. “Me di cuenta de que muchas de las ideas que describen los libros de ficción de fantasía se han hecho realidad de una forma u otra. Así que yo empecé a diseñar una experiencia en la que el mundo de la magia pareciera verdadero”, explica Cortland.
2. Una pinta de Four Cauldrons
A The Cauldron no se llega en escoba; basta con caminar cinco minutos desde la estación de tren suburbano Dalston Kingsland, una de las zonas nocturnas más de moda en Londres. Detrás de una puerta que pasa casi desapercibida, unas escaleras conducen a un sótano de aspecto entre acogedor y siniestro. A su llegada, los aprendices de mago reciben una túnica y una varita que les servirá para preparar los cócteles, y la pondrán a prueba casi de inmediato para hacer que brote de un árbol el primer elixir de la noche: una pinta de cerveza Four Cauldrons, de edición limitada, y creada en colaboración con la London’s Fourpure Brewing Co. con ingredientes mencionados en antiguos libros de hechicería —entre ellos, semillas de cilantro o raíz de jengibre—.
3. Ingredientes secretos
“Cola de tritón, setas pulverizadas, belladona mortal...”, enumera Cortland al ser preguntado por los ingredientes más extraños que se emplean. “¡Es broma! Utilizamos una mezcla de botánicos, hierbas y flores de todo el mundo cuyas propiedades químicas hacen que, al ser combinados en el orden correcto, produzcan resultados diferentes e interesantes. En eso consiste en realidad la preparación de pócimas...”. Y añade: “Hemos intentado volver a las fuentes que los escritores de fantasía tomaban como inspiración para sus obras. Por ejemplo, 'The Complete Herbal' de Culpeper”. Ellos mismos cultivan los compuestos botánicos que se usan en los cócteles mediante agricultura hidropónica y aeropónica, y por cinco libras es posible llevarse a casa una de las variedades en una jarra.
4. Mezclado y agitado
Además de hacerse un millón de ‘selfies’, los participantes muelen y trituran ingredientes, remueven la mezcla dentro del caldero siguiendo instrucciones muy precisas y se sirven de la varita para elaborar dos pócimas bebibles. El proceso esconde muchas sorpresas, que afectan tanto al aspecto de los cócteles como a su sabor. “El cofundador de The Cauldron, David Duckworth, es mixólogo molecular de profesión, y ambos compartimos la pasión por la ciencia y la química. Las pociones que Dave ha creado utilizan principios científicos que las hacen cambiar de color, burbujear, echar humo o atrapar el fuego”, cuenta Cortland.” Es como estar en la clase de Química del instituto, pero con la diferencia de que aquí todo tiene alcohol y no es peligroso bebérselo”. Eso sí, también hay opciones disponibles para quienes prefieran no tomar alcohol.
5. Carta de brebajes
Bautizadas ‘Transfiguration Toniq’ (en la imagen) y ‘Lost Time’, las dos pociones que preparan los asistentes no variarán durante los algunos meses. Lo que sí cambiará cada cierto tiempo es la carta de cócteles que ofrecen en su barra, y en la que llevan su afán experimental todavía más lejos: por ejemplo, la pócima “Aliento de dragón” está coronada con un halo de fuego. No es brujería; todo tiene una explicación científica. “Utilizamos desde el PH al diferencial entre temperaturas extremas o el magnetismo. ¡Hay que verlo en directo!”, asegura Matthew Cortland.
6. Experiencia interactiva
En una próxima versión de The Cauldron, sus fundadores tienen previsto que el público interprete un rol aún más protagonista durante la experiencia. “Dejaremos que los invitados elijan su propia aventura y decidan qué poción quieren elaborar”, avanza Cortland. “Pero eso será más adelante; ahora estamos centrados en perfeccionar el modelo de la clase”. Él y Duckworth lograron sacar adelante su idea gracias a una campaña de micromecenazgo que llevaron a cabo en la plataforma Kickstarter. La experiencia dura 1 hora y 45 minutos, cuesta 29,99 libras (unos 35 euros) por persona, requiere reserva previa y es solo para mayores de 18 años.
7. Una ambientación de cine
La decoración, con paredes desvencijadas, fotos descoloridas, lámparas de aceite y cálices de dudoso contenido, recuerda a la de muchas películas de ciencia-ficción, pero no incorpora referencias de ningún título en concreto. “Nos hemos inspirado en la ficción de fantasía, la historia de la magia y la ciencia —comenta Cortland—. Gracias a la tecnología hemos creado un espacio donde otros fans pueden reunirse para compartir esa fascinación”. El lugar se reserva sorpresas como el llamado “invernadero mágico”, donde crecen especias como albahaca o tomillo y plantas como dedaleras. Además, se anima a los asistentes a dejar en el pub un ejemplar de uno de sus libros infantiles favoritos; al término de los cuatro meses, se donarán a aulas de niños desfavorecidos para apoyar a nuevas generaciones de lectores.
8. El toque de varita
La varita mágica funciona gracias al llamado Internet de las Cosas (la capacidad de ciertos objetos cotidianos para conectarse digitalmente por la Red). Sin embargo, con ella en la mano resulta muy difícil resistirse a la tentación de exclamar “¡Expelliarmus!”, “¡Alohomora!”, o algún otro hechizo famoso. “Queremos que nuestros clientes se sientan niños otra vez. Que experimenten una sensación de asombro y excitación y que dejen volar su imaginación”, afirma Matthew Cortland. Quien se encariñe con su varita se la puede llevar a casa por 20 libras al final de la noche.
9. Planes de futuro
Los dos fundadores de The Cauldron están decididos a hacer crecer el proyecto. El plan pasa por que el bar deje de ser un espacio 'pop-up' y se convierta en un enclave permanente en Londres. “Además de abrir un cuartel general aquí, llevaremos la 'Cocktail Experience' de forma efímera a distintas ciudades de todo el mundo”, señala Cortland.
Inmersión total Los espectáculos inmersivos son una tendencia más que consolidada en Londres. Para Cortland, la explicación estriba en que “hoy, una gran parte de nuestra vida se desarrolla de forma virtual, pero el ser humano tiene la necesidad innata de interactuar y relacionarse con el mundo y la gente que le rodea. A la vez, estamos en una época en la que la gente busca algo más que una salida nocturna normal. Estas experiencias satisfacen el deseo de hacer algo divertido con nuestros amigos de una manera que facilita la interacción y la exploración. Las ‘escape rooms’ fueron, probablemente, la primera manifestación de este deseo, pero nosotros lo hemos llevado varios pasos más lejos”. Para quien se anime a comprobarlo, The Cauldron estará en 5d Stoke Newington Rd (Londres N16 8BH) hasta el mes de junio.