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Pocas personas saben de mí, de si soy un monstruo o humana. Pero eso ya no me molesta desde ese día, en el que lo conocí, un mago de 16 años, alto, pelo blanco y unos ojos oscuros. El me aceptó por lo que soy, una humana mitad bestia.

Mi  madre era humana, se casó con un ser que tenía cuerpo humano. Cuando cumplí 7, descubrí que mi padre era una bestia-felina y que yo heredé esa parte de él, unos días después murieron. Yo parezco una chica cualquiera de pelo oscuro, y no muy alta, pero esa es mi forma humana en realidad tengo cola y oreja de gato, un instinto felino que me ayuda de vez en cuando. Pero lo malo de esto es que todavía no controlo muy bien, cuando estornudo o me sorprendo se me salen las orejas y la cola.

Ya han pasado 3 años desde que no lo veo. Todavía me acuerdo de como nos conocimos.

-¡Aaaaah! Una bestia. Vete de aquí, no quiero un ser como tu en mi posada.

-por favor  señora deje que me quede no tengo donde ir.

-solo vete, no pienso meterme en problemas por tener a un ser como tú.

Salí corriendo de la posada. No tenía donde ir así que me adentré en el bosque a buscar una cueva o algo para poder refugiarme. Esa noche había tormenta.

Encontré una cueva, entre y prendí fuego para poder calentarme, pensé en lo tanto que extrañaba mi casa, mi cama, el olor de las galletas de mi mamá. Pero todo eso ya había acabado hace mucho tiempo. Llorando me quedé dormida, pasaron unas horas, me desperté por unas pisadas que se estaban acercando. Veo una sombra que se acerca corriendo y me dice.

-¿puedo pasar? – se paró afuera de la cueva mirándome fijamente- 

-si claro, pasa.-entra y se pone al otro lado del fuego.-

-muchas gracias, me llamo Reito y ¿tú eres?-mira el fuego y ve que se está apagando, hace un hechizo y la llama se vuelve aun más grande –

-Kira, interesante un mago. Nunca había conocido uno.

-y tú eres una humana mitad bestia ¿estoy en lo cierto? 

-¿cómo lo sabes?-lo miré sorprendida 

-porque soy mago, puedo sentir si una persona es o no una bestia. Además ahora se te salieron las orejas  y la cola, por lo que veo eres mitad gato.-dice sonriendo-

En ese momento me toco la cabeza y era cierto mis orejas habían aparecido, rápidamente hago que desaparezcan. Después de eso no volvimos a hablar hasta la mañana siguiente. 

-Buenos días pequeña gatita –me dijo él sonriendo y me pasa una bolsa- ten piensa en algo que te gustaría comer y la bolsa te lo dará, la embrujé para que la comida no se acabe y tener cualquier cosa.

Pienso en un rico atún, pues como dije antes tengo instinto felino y los gustos están dentro de esa categoría.

-¿para dónde te diriges?-me pregunta cuando empiezo a comer el atún y me ve sonriendo.-yo voy a Irukiya.

-pues yo no se adonde ir. Ya que soy mitad bestia no puedo estar cerca de las personas hasta que aprenda a controlar mi parte bestia.O terminaré siendo atacada.

-ya veo. Si quieres yo te puedo ayudar, no estoy muy apurado.

Pasaron días, estuvimos juntos todo ese tiempo él me ayuda y me apoyaba en todo. Después de mucho tiempo yo ya podía controlar mi mitad felina y descubrí que podía convertirme en gato y ocupar algunos poderes. 

Fuimos a Irukiya, en ese lugar esta la gran academia de magia. Reito se inscribió.

-bueno este parece que es el adiós – me dice con una mirada triste- cuídate mucho kira.

-¿porque es el adiós?

-¿no lo sabes? Este colegio es un internado, no se puede salir.

-¿entonces no nos veremos hasta que termines? Eso es como 7 años.

El asiente lentamente, me di media vuelta y me alejé, al llegar a la puerta escucho unos pasos detrás de mi. 

-¡kira! Detente.

-¿Que sucede Reito?-me doy vuelta y lo miro a la cara-

-vayamos a comer helado –me toma de la mano y sale corriendo-.

Llegamos, yo pedí de chocolate y el de frutilla, al salir él  me abraza y al oído me susurra.

-te buscaré, lo prometo.

Después de eso me da un pequeño beso y se aleja. Desde ese día nunca mas lo vi, no nos hemos escrito ninguna carta, no se nada de él. Pero sigo esperándolo, sé que el cumplirá esa promesa, la promesa que tanto quiero.