18-07-2017, 06:06 AM
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Nombre: Murasame Hanabi.
Edad: 17.
Descripción física o imagen:
Personalidad: Suele ser muy directa, poco discreta con sus palabras y es un poco callada. No le gusta socializar ni entablar una relación de amistad con nadie. Es seria y la mayor parte del tiempo se la pasa leyendo libros, para ir aprendiendo mas de su habilidad. No presta atención a las clases o a la gente que habla temas que no son de su interés, duerme a menudo en clase y a la primera entiende lo que le tratan de explicar o enseñar (Aunque a veces en la practica no le salen las cosas a la primera), es perseverante, muy terca y es muy impuntual.
Habilidad: Hanabi heredo la habilidad de poder invocar espíritus y bestias, solo que ella no lo hace muy bien del todo.
Breve Biografia: De origen japones, Hanabi desde pequeña practico el antiguo arte de la invocación, pues es la próxima heredera de su clan, también desde pequeña aprendió a dominar algunas artes marciales para defensa personal. Ella solía vagar mucho por el templo buscando un poco de paz, ya que la carga que tenia era mucha y no sabia controlar su habilidad. La mayor parte del tiempo estaba sola con los monjes del lugar, ya fuera leyendo libros o tratando de practicar, ella realmente no conocía que era descansar. Por cuenta propia decidió buscar ayuda de alguien mas que pudiera enseñarle a dominar su habilidad, es por ello que entro a la academia Omori. Cabe clarar que ella esta en contra de la violencia, por lo cual solo usa su habilidad en caso de una verdadera emergencia.
Miedo mas profundo: La oscuridad y el silencio absoluto.
Gustos y disgustos:
Ella ama:
- Los animales.
- Los dulces.
- Los libros de todo tipo.
- Las puestas de sol.
Ella odia:
- Las peleas.
- La gente burlona.
- Las personas malas.
- Los idos.
Ahora recuerdo bien todo, Miyamura y Yuki ya se habían presentado antes, vaya que si soy distraída… Comencé a reír de manera nerviosa y me rasque la cabeza -Es un gusto chicos, espero que con el tiempo nos podamos llevar bien, digo, nunca he sido buena socializando, no es mi fuerte-.
Rinko estaba frente al escritorio y menciono “-Todos los objetos son muy lindos creo que muestra bien nuestras habilidades y compañerismo-“ “Con que compañerismo… Podría ser, aunque esto no es una competencia de quien lo hace mejor, simplemente es una especie de prueba”.
Al poco rato Miyamura comento "-¿que habrá pasado con el chico de lentes?-“ -Supongo que ha de tener sus razones para haberse marchado- “Honestamente no lo culpo, en más de una ocasión estaba decidida a irme”.
Llego un punto en el que todos estaban en sus asuntos, yo ignore a todos a mi alrededor y simplemente deje que la poca energía que fui juntando fuera fluyendo en mi cuerpo. Al poco rato después de salir de aquel trance, observe que ya había llegado aquel chico con su compañero, estaba empapado “Pobre”.
La profesora nos había felicitado por nuestro esfuerzo “-Necesito que cada uno me explique su objeto y porqué creen que debo de considerarlo lindo, hay hojas blancas y bolígrafos sobre sus sillas, el objeto se queda conmigo-“ “¡¿Qué?! Oh dios, esto no lo esperaba, realmente no hay una razón de su existencia…” mire a Rinko “O quizás, si la haya”.
Me levante de mi lugar tome una hoja y un bolígrafo, tome de nueva cuenta asiento y comencé a escribir “Como esto es individual… Espero que coincidamos en lo mismo Rinko”, si soy honesta conmigo misma, no estaba del todo preocupada ya que me había entendido muy bien con Yamada, por lo que tenía el presentimiento que pensábamos lo mismo del objeto.
Me levante y entregue mi hoja doblada a la mitad -He de mencionar que la actividad fue algo inusual, pero, estoy satisfecha con ello-. Ya con anterioridad la profesora había mencionado que dejaría los mapas del instituto en el escritorio, estaba en un gran dilema, ya que yo rentaba una habitación, el dinero realmente no era el problema, si no, debía ir por mis cosas.
-Bien supongo que es todo por hoy ¿No es así?, gracias chicos, descansen- Salí del aula un poco más alivianada, ya que ahora tenía la energía suficiente, me desabroché el moño de mi cuello y me dirigí a una máquina de sodas -Supongo que debo esperar un poco, pues está lloviendo…-.
Supongo que ya lo hacía por mera comodidad ya que estaba acostumbrada a mojarme con la lluvia, en el templo llovía mucho. Decidí al final salir del edificio, me quedé mirando el cielo mientras la lluvia me cubría y mi mente se perdió en el limbo nuevamente.