Hola a todos mis queridos compañeros de Literatura en Papel, despues de mucho pensarlo vengo a molestarles con unos cuentos cortos de mi autoria espero que no les desagraden mucho (no soy muy bueno la verdad) bueno aqui va:
La voz de mi niño:
Tres Disparos:
Disculpen la demora, bueno aquí les dejo otro, este es especialmente entrincado, veamos quien puede descifrarlo al 100%
PD: en estos días añadiré otro cuento
La visión de Tabú:
La voz de mi niño:
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¿Daniel, quieres jugar con la pelota? Le pregunté Le pregunté a mi hijo de diez años. Él es un poco raro, creo que es autista, es muy callado y solitario, pero lo amo.
Mi niño es hermoso, tiene ojitos azul claro, su carita tiene un semblante de paz profunda y perpetua, no sonríe ni frunce el ceño, solo permanece con esa cara de paz, su piel es blanquita como la nieve y parece un muñequito de porcelana.
Es pequeño, ya que no recibe las vitaminas y potenciadores del crecimiento que el sol brinda, he tratado muchas veces de convencerlo pero no me hace caso, le digo que somos como las plantas que necesitamos que nos dé el sol, pero él insiste en permanecer en su callado mundo. Yo lo acompaño todo el día, no salgo, si lo hago tendría que dejar a Daniel, y yo no lo dejaré nunca. Mis amigos no ven lo hermoso de mi niño pero están ciegos él es más bello que un ángel.
Lo que más me gusta de mi hijo es su voz, muchos niños son gritones y desordenados, me enorgullezco de que mi lindo Daniel sea como es. Más que una enfermedad el autismo de él es una bendición. A diferencia de todos esos niños latosos y cansones, cuyas voces son de berrinche y pataleta, mi hermoso Daniel solo dice cosas coherentes, su voz dulce es la voz soñada que quería para mi hijo, y es que cuando habla parece llegar a lo profundo de mi mente, lástima que no hable mucho, la verdad lo que dice es tan poco y apenas audible. Tiene una inteligencia magistral, pese a que no va a la escuela es capaz de decir cosas tan sabias como las que digo yo. Creo que será psicólogo o algo parecido con escuchar y aconsejar, porque más que todo eso es lo que hace, cuando he tenido un problema él llega y me dice qué hacer, simplemente es el niño perfecto.
Yo no sé casi nada de la enfermedad de mi niño, la verdad no le veo mucha cosa relevante al autismo, pero esos doctores con sus remedios raros, que esta pastillita y que esta otra, que no haga esto que no haga lo otro, son idiotas no lo ayudan nada, él sigue igual, , es más cada vez que vienen con sus “medicamentos” mi hermoso hijo habla mucho menos de lo que acostumbra y de echo se molesta con todos esos entrometidos, que aunque le diga que no molesten lo hacen, supongo que después me cobrarán por todo.
¿Daniel quieres jugar a la pelota?, le pregunté nuevamente, al ver que no me respondió, ha de estar cansado, la verdad casi nunca tiene energías, debe ser porque no come mucho, la verdad nunca lo he visto comer desde que empezó a hablar, pero es culpa de esos médicos molestos, que no me dejan prepararle nada, pero le prometí que en cuanto me quiten esta camisa blanca que me impide mover los brazos, saldré de este cuarto donde me encerraron, y le daré de comer, lo bueno es que mi hijo con su inteligencia ya me dijo como escapar.
Mi niño es hermoso, tiene ojitos azul claro, su carita tiene un semblante de paz profunda y perpetua, no sonríe ni frunce el ceño, solo permanece con esa cara de paz, su piel es blanquita como la nieve y parece un muñequito de porcelana.
Es pequeño, ya que no recibe las vitaminas y potenciadores del crecimiento que el sol brinda, he tratado muchas veces de convencerlo pero no me hace caso, le digo que somos como las plantas que necesitamos que nos dé el sol, pero él insiste en permanecer en su callado mundo. Yo lo acompaño todo el día, no salgo, si lo hago tendría que dejar a Daniel, y yo no lo dejaré nunca. Mis amigos no ven lo hermoso de mi niño pero están ciegos él es más bello que un ángel.
Lo que más me gusta de mi hijo es su voz, muchos niños son gritones y desordenados, me enorgullezco de que mi lindo Daniel sea como es. Más que una enfermedad el autismo de él es una bendición. A diferencia de todos esos niños latosos y cansones, cuyas voces son de berrinche y pataleta, mi hermoso Daniel solo dice cosas coherentes, su voz dulce es la voz soñada que quería para mi hijo, y es que cuando habla parece llegar a lo profundo de mi mente, lástima que no hable mucho, la verdad lo que dice es tan poco y apenas audible. Tiene una inteligencia magistral, pese a que no va a la escuela es capaz de decir cosas tan sabias como las que digo yo. Creo que será psicólogo o algo parecido con escuchar y aconsejar, porque más que todo eso es lo que hace, cuando he tenido un problema él llega y me dice qué hacer, simplemente es el niño perfecto.
Yo no sé casi nada de la enfermedad de mi niño, la verdad no le veo mucha cosa relevante al autismo, pero esos doctores con sus remedios raros, que esta pastillita y que esta otra, que no haga esto que no haga lo otro, son idiotas no lo ayudan nada, él sigue igual, , es más cada vez que vienen con sus “medicamentos” mi hermoso hijo habla mucho menos de lo que acostumbra y de echo se molesta con todos esos entrometidos, que aunque le diga que no molesten lo hacen, supongo que después me cobrarán por todo.
¿Daniel quieres jugar a la pelota?, le pregunté nuevamente, al ver que no me respondió, ha de estar cansado, la verdad casi nunca tiene energías, debe ser porque no come mucho, la verdad nunca lo he visto comer desde que empezó a hablar, pero es culpa de esos médicos molestos, que no me dejan prepararle nada, pero le prometí que en cuanto me quiten esta camisa blanca que me impide mover los brazos, saldré de este cuarto donde me encerraron, y le daré de comer, lo bueno es que mi hijo con su inteligencia ya me dijo como escapar.
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Matt escuchó el llamado que hacían a su puerta, lo supo desde que se levantó esa mañana, tenía el presentimiento que la sombra del pasado vendría para revivir los recuerdos una vez más, una última vez. Con la pesadez de los años se levantó de su silla y fue a atender aquel llamado del pasado.
-Hola Clavicordio, me preguntaba quién sería el que vendría a rectificar las cosas-
–Como estas sin vergüenza, vaya veo que el padre tiempo no ha sido cariñoso contigo, me alegra que ya sepas a que vengo así podremos ir al grano-
–Por supuesto como quieras entre adelante-
El hombre entro y se sentó en una silla, -bueno por donde quieres que empiece clavicordio.
-Que sea por el principio desde que la conociste-
-Hummm es una historia larga pero si así ha de ser…
Bueno todo empezó hace ya más de diez años, recuerdo que estaba caminando por el pueblo cuando la vi sentada en una banca del parque principal, me quede una rato mirándola sin pensar en nada mas, de repente se levantó y se me acerco. Las primeras palabras que escuche de ella fueron: ¿eres un acosador o qué?, lo único que pude hacer fue reírme, la verdad no me había percatado que ese rato fueron en realidad cuarenta y cinco minutos y como desde los primeros quince ella se había percatado de mi presencia.
-Interesante primera impresión la que le diste viejo-
-Si Clavicordio, si no fuera porque a ella le gustaba lo misterioso y andar metiendo las narices por donde no debe, esta historia no tendría lugar-
-Como lo dijiste, esa primera impresión me sirvió para tener de que hablar con ella, eso y una rápida respuesta que le agrado fueron todo lo que necesite para poder comunicarme con ella, -¿acosador?, solo de la belleza señorita- cuando le dije esas palabras, ella se ruborizó un poco, -soy Matt, es un placer y ¿tú eres?, ella me miro y sonriendo me respondió –Mirla, un placer. El resto del día nos la pasamos hablando y tomando un café muy lentamente hasta que se hizo de noche y la lleve a casa.
-Eras todo un don juan viejo, por eso te salió fácil todo esto ¿no sin vergüenza?-
-Así es Clavicordio, fue por esto que me eligieron a mí para llevarlo a cabo-
-Fueron meses de cortejos, elogios, demostraciones de afecto, poemas y demás cosas, hasta que por fin, una noche, fuimos uno solo en cuerpo y alma, Fue prácticamente mágico, como el contoneo de nuestros cuerpos complementándose el uno al otro y el rose de nuestras almas fundiéndose en un gran y afectuoso acto de pasión y excitación.
-Jajajaja, viejo no me hagas reír tanto, ¿qué?, vamos quita esa cara, ¿me vas a decir que todo eso del hermoso acto de amor mutuo es cierto?, vamos, tal vez la chica si lo halla echo por esas razones, pero tu tenías otros listados en mente, después de todo su “mejor amiga” la Dalinda te ayudo mucho para eso-
-Tienes razón clavicordio, en fin cree lo que quieras y no me interrumpas-
-Como tú dices, la Dalinda me ayudó mucho, después de todo ella le dio buenas referencias y como es normal en las mujeres, la mejor amiga tiene mucha influencia en si el chico es aprobado o no, cosa enigmática de ellas pero bueno. Prosiguiendo, gracias a los enganches de la Dalinda y aquella noche, pude ser parte importante de Mirla, para poder hacer ese día lo que se tenía que hacer.
-Después de eso atacamos la casa del Beronte, y si no me equivoco tú te llevaste a Mirla, después de eso llegamos a la fase clave, prosigue viejo-
-Esa noche, yo estaba con ella dentro de la casa de su tío el Beronte, para cuando ella y todos los demás ya se habían dormido, puse los explosivos en la sala principal, regrese a donde estaba Mirla, le inyecte un sedante y con ayuda de la Dalinda la saque de la casa momentos antes de que detonaran los explosivos y el resto del equipo terminara el trabajo con sus armas de asalto.
-¿y después que paso exactamente?-
-Después nos la llevamos al bosque y para cuando llegamos ella se despertó, recuerdo su expresión de angustia y susto, cuando nos vio ella se tranquilizó un poco pero no le duro mucho, después de todo yo tenía que hacer lo que tenía que hacer, -anda Matt no tenemos tiempo, termina el trabajo y vámonos de aquí para recibir nuestra paga-, escuchado esto de la Dalinda saque mi arma y apunte a Mirla, ella estaba ahí al otro lado de la mira de mi pistola, con su camisón blanco lleno de tierra, quite el seguro y…
-¿y…? vamos viejo termina que me quiero ir rápido-
-Y tres disparos fueron suficientes para claudicar el trabajo, tres disparos fueron los necesarios para matarla-
Clavicordio (ese era el nombre que tenia de alias) se levantó de su silla y camino un poco por la casa inspeccionando el lugar, -viejo me dijeron que tú la tienes enterrada cerca te molesta si…, Matt le interrumpió levantándose la silla, también sabía que le haría esa petición, lo invitó a salir y lo llevo a un lugar a unos treinta metros de su casa en las montañas, cuando le mostro el lugar, clavicordio que había traído consigo una pala empezó a desenterrar el cuerpo. Una vez hecho eso observo y verifico que el cadáver fuera de mujer y vio el camisón blanco con el que vieron a Mirla por última vez, el camisón tenía efectivamente tres agujeros de disparos.
-Vaya viejo, detestaría ser tú-
-¿Por qué lo dices?-
-Pues no podría dormir por las noches después de hacer algo así.
-Solo hice mi trabajo Clavicordio, y ni siquiera el temor inexistente de que la poli irrumpiera en mi casa y me encarcelaran me impedía conciliar el sueño.
-¿La poli? Jaja, esos cobardes ni se metieron en el asunto, esto era una guerra de mafia los polis no se atreverían a desatar una guerra en su contra metiéndose donde no los han llamado-
-Así es-
-En fin como sea, has enamorado a una chica solo para matarla y cobrar por el trabajo, yo no podría dormir con eso en mi cabeza-
-Pero yo no soy tu Clavicordio-
-Claro que no lo eres, vaya pobre chica, no era su culpa ser hija del Mangaleto, y este ser un jefe mafioso, pero eso la convirtió en objetivo de nuestro plan, con la “desaparición” de ella el hombre quedo devastado y ahora no puede hacer nada, vine a rectificar su muerte porque al viejo ese estúpido se le metió la idea de que podría estar viva, pero bueno, cuando le entregue el camisón de su hija ya no nos dará más problemas.
-Bueno, espero que no vengan a joderme más ustedes con ese cuento, ya cumplí mi parte-
-No te preocupes viejo no lo haremos, pero eres al único que podíamos venir a preguntar después de eso la Dalinda se fue, solo dejó una nota de renuncia y nada más, en fin como sea, hasta nunca viejo sin vergüenza, que puedas segur durmiendo.
Después de haberse llevado el camisón de Mirla, Clavicordio se fue y Matt tuvo que volver a enterrar el cuerpo, cuando regreso a su casa se quedó pensando en las palabras de Clavicordio, empezó a buscar en un viejo baúl y encontró una foto de Mirla, la cual, tenía una pequeña nota detrás: “gracias por salvarme Matt adiós. Att: Mirla”.
La nota evoco los verdaderos recuerdos que Matt se relató para sí mismo con un par de lágrimas en los ojos.
-Solo bastaron tres disparos, fueron tantos porque Dalinda se negaba a morir, pero una vez que lo hiso pude cambiar sus ropas con las de Mirla, mientras ella preparaba la carta falsa de Dalinda siguiendo un ejemplo de la letra de ella que yo le di, después de eso ella escapo y nadie la volvió a ver, dos años después me llego esta fotografía de ella, quien hubiese dicho que yo realmente me enamoraría de ella…
-Hola Clavicordio, me preguntaba quién sería el que vendría a rectificar las cosas-
–Como estas sin vergüenza, vaya veo que el padre tiempo no ha sido cariñoso contigo, me alegra que ya sepas a que vengo así podremos ir al grano-
–Por supuesto como quieras entre adelante-
El hombre entro y se sentó en una silla, -bueno por donde quieres que empiece clavicordio.
-Que sea por el principio desde que la conociste-
-Hummm es una historia larga pero si así ha de ser…
Bueno todo empezó hace ya más de diez años, recuerdo que estaba caminando por el pueblo cuando la vi sentada en una banca del parque principal, me quede una rato mirándola sin pensar en nada mas, de repente se levantó y se me acerco. Las primeras palabras que escuche de ella fueron: ¿eres un acosador o qué?, lo único que pude hacer fue reírme, la verdad no me había percatado que ese rato fueron en realidad cuarenta y cinco minutos y como desde los primeros quince ella se había percatado de mi presencia.
-Interesante primera impresión la que le diste viejo-
-Si Clavicordio, si no fuera porque a ella le gustaba lo misterioso y andar metiendo las narices por donde no debe, esta historia no tendría lugar-
-Como lo dijiste, esa primera impresión me sirvió para tener de que hablar con ella, eso y una rápida respuesta que le agrado fueron todo lo que necesite para poder comunicarme con ella, -¿acosador?, solo de la belleza señorita- cuando le dije esas palabras, ella se ruborizó un poco, -soy Matt, es un placer y ¿tú eres?, ella me miro y sonriendo me respondió –Mirla, un placer. El resto del día nos la pasamos hablando y tomando un café muy lentamente hasta que se hizo de noche y la lleve a casa.
-Eras todo un don juan viejo, por eso te salió fácil todo esto ¿no sin vergüenza?-
-Así es Clavicordio, fue por esto que me eligieron a mí para llevarlo a cabo-
-Fueron meses de cortejos, elogios, demostraciones de afecto, poemas y demás cosas, hasta que por fin, una noche, fuimos uno solo en cuerpo y alma, Fue prácticamente mágico, como el contoneo de nuestros cuerpos complementándose el uno al otro y el rose de nuestras almas fundiéndose en un gran y afectuoso acto de pasión y excitación.
-Jajajaja, viejo no me hagas reír tanto, ¿qué?, vamos quita esa cara, ¿me vas a decir que todo eso del hermoso acto de amor mutuo es cierto?, vamos, tal vez la chica si lo halla echo por esas razones, pero tu tenías otros listados en mente, después de todo su “mejor amiga” la Dalinda te ayudo mucho para eso-
-Tienes razón clavicordio, en fin cree lo que quieras y no me interrumpas-
-Como tú dices, la Dalinda me ayudó mucho, después de todo ella le dio buenas referencias y como es normal en las mujeres, la mejor amiga tiene mucha influencia en si el chico es aprobado o no, cosa enigmática de ellas pero bueno. Prosiguiendo, gracias a los enganches de la Dalinda y aquella noche, pude ser parte importante de Mirla, para poder hacer ese día lo que se tenía que hacer.
-Después de eso atacamos la casa del Beronte, y si no me equivoco tú te llevaste a Mirla, después de eso llegamos a la fase clave, prosigue viejo-
-Esa noche, yo estaba con ella dentro de la casa de su tío el Beronte, para cuando ella y todos los demás ya se habían dormido, puse los explosivos en la sala principal, regrese a donde estaba Mirla, le inyecte un sedante y con ayuda de la Dalinda la saque de la casa momentos antes de que detonaran los explosivos y el resto del equipo terminara el trabajo con sus armas de asalto.
-¿y después que paso exactamente?-
-Después nos la llevamos al bosque y para cuando llegamos ella se despertó, recuerdo su expresión de angustia y susto, cuando nos vio ella se tranquilizó un poco pero no le duro mucho, después de todo yo tenía que hacer lo que tenía que hacer, -anda Matt no tenemos tiempo, termina el trabajo y vámonos de aquí para recibir nuestra paga-, escuchado esto de la Dalinda saque mi arma y apunte a Mirla, ella estaba ahí al otro lado de la mira de mi pistola, con su camisón blanco lleno de tierra, quite el seguro y…
-¿y…? vamos viejo termina que me quiero ir rápido-
-Y tres disparos fueron suficientes para claudicar el trabajo, tres disparos fueron los necesarios para matarla-
Clavicordio (ese era el nombre que tenia de alias) se levantó de su silla y camino un poco por la casa inspeccionando el lugar, -viejo me dijeron que tú la tienes enterrada cerca te molesta si…, Matt le interrumpió levantándose la silla, también sabía que le haría esa petición, lo invitó a salir y lo llevo a un lugar a unos treinta metros de su casa en las montañas, cuando le mostro el lugar, clavicordio que había traído consigo una pala empezó a desenterrar el cuerpo. Una vez hecho eso observo y verifico que el cadáver fuera de mujer y vio el camisón blanco con el que vieron a Mirla por última vez, el camisón tenía efectivamente tres agujeros de disparos.
-Vaya viejo, detestaría ser tú-
-¿Por qué lo dices?-
-Pues no podría dormir por las noches después de hacer algo así.
-Solo hice mi trabajo Clavicordio, y ni siquiera el temor inexistente de que la poli irrumpiera en mi casa y me encarcelaran me impedía conciliar el sueño.
-¿La poli? Jaja, esos cobardes ni se metieron en el asunto, esto era una guerra de mafia los polis no se atreverían a desatar una guerra en su contra metiéndose donde no los han llamado-
-Así es-
-En fin como sea, has enamorado a una chica solo para matarla y cobrar por el trabajo, yo no podría dormir con eso en mi cabeza-
-Pero yo no soy tu Clavicordio-
-Claro que no lo eres, vaya pobre chica, no era su culpa ser hija del Mangaleto, y este ser un jefe mafioso, pero eso la convirtió en objetivo de nuestro plan, con la “desaparición” de ella el hombre quedo devastado y ahora no puede hacer nada, vine a rectificar su muerte porque al viejo ese estúpido se le metió la idea de que podría estar viva, pero bueno, cuando le entregue el camisón de su hija ya no nos dará más problemas.
-Bueno, espero que no vengan a joderme más ustedes con ese cuento, ya cumplí mi parte-
-No te preocupes viejo no lo haremos, pero eres al único que podíamos venir a preguntar después de eso la Dalinda se fue, solo dejó una nota de renuncia y nada más, en fin como sea, hasta nunca viejo sin vergüenza, que puedas segur durmiendo.
Después de haberse llevado el camisón de Mirla, Clavicordio se fue y Matt tuvo que volver a enterrar el cuerpo, cuando regreso a su casa se quedó pensando en las palabras de Clavicordio, empezó a buscar en un viejo baúl y encontró una foto de Mirla, la cual, tenía una pequeña nota detrás: “gracias por salvarme Matt adiós. Att: Mirla”.
La nota evoco los verdaderos recuerdos que Matt se relató para sí mismo con un par de lágrimas en los ojos.
-Solo bastaron tres disparos, fueron tantos porque Dalinda se negaba a morir, pero una vez que lo hiso pude cambiar sus ropas con las de Mirla, mientras ella preparaba la carta falsa de Dalinda siguiendo un ejemplo de la letra de ella que yo le di, después de eso ella escapo y nadie la volvió a ver, dos años después me llego esta fotografía de ella, quien hubiese dicho que yo realmente me enamoraría de ella…
Disculpen la demora, bueno aquí les dejo otro, este es especialmente entrincado, veamos quien puede descifrarlo al 100%
PD: en estos días añadiré otro cuento
La visión de Tabú:
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Sabes que aquellos sentimientos son incorrectos, además de extraños, aun así, sin importar las habladurías de los demás que se darían en el caso de que eso llegase a salir a la luz, no puedes contenerlos, aunque, tampoco quieres.
Ella está ahí al otro lado de la acera, en su oficina de trabajo poco moral, Rebeca, ese es su nombre, nombre que te impresiona y apasiona, en aquella casa todas las noches y sin falta, recibe a los recursos de su negocio. Sabes que no debes pero igual miras, la has visto ya más de una vez, con cada vistazo el agitado palpitar de tu corazón se acelera mucho más, evidenciado por el temblor de tus manos que se humedecen ante el furor de la excitación que recorre tu cuerpo el cual no es tranquilizado ni por los versos que tocan tu cuerpo.
Todas las noches te levantas y vas al cuarto con la ventana que tiene vista a la ventana al otro lado de la acera, ninguna de las dos cumple la misión de mantener secretas las cosas que pasan más adentro de ellas, según tu siempre te pozas en frente sin que nadie lo advierta y la miras, esa visión de tabú, esa visión de himeneo prohibido, esa visión de actos desinhibidos, Rebeca cada vez con otro comensal diferente, salvo unos dos o tres que ya son frecuentes, la miras y tus latidos se animan, los músculos de tu cuerpo se tensan todos ante aquella visión, es tanta tu concentración y excitación que tus sentidos te engañan, sientes el contacto de los cuerpos que ves como si fuera el tuyo con el de Rebeca, aunque solo ves el movimientos de sus labios, tus oídos te hacen creer que escuchas aquellos gemidos descontrolados que ahogan los versos que verdaderamente tocan tus oídos, esa visión de tabú, esa visión de himeneo prohibido hace líos en tu razón y sin que lo adviertas tus manos se activan, empiezan a hacer estragos con tu cuerpo, el cual recorren como si fuesen las manos de alguien más, y no, las tuyas. Tus manos traviesas, activan puntos sensibles que se conectan con tu boca produciendo ahogados y casi inaudibles sonidos, todo esto solo es reflejado por el candor de tus sienes y color rojizo de tu blanco rostro.
Ya no basta, la visión de tabú ya no es suficiente, la visión del himeneo prohibido ya no te satisface, tienes que dejar de mirar, sabes que observar es solo un bocado y tú quieres el plato completo, así que, en la próxima noche te resuelves, solo una calle te separa de tu placer, un placer de perdición te domina, cruzas la acera y entras al edificio donde no solo trabaja Rebeca sino que también unas otras a las cuales ni has advertido. Tus manos trastabillan violentamente al ver ese picaporte y sentir su relieve uniformar, por un segundo piensas en no entrar y volver a la normalidad como lo evidencia ese pierna traicionera que ya da un paso para atrás, pero, con renovada convicción giras el picaporte, entras al cuarto de la tentación, sin pensarlo más, dejas de solo tener esa visión de tabú, y sientes con tu propio cuerpo la delicia de aquel himeneo prohibido.
Tu cuerpo se des controla, las pocas regulaciones de tu razón son arrasadas por el rose del cuerpo de Rebeca, que llega hasta tu alma. Es tanta la pasión, que te fundes con ella en un acto de desprecio social en el cual es casi imposible saber dónde empiezas tú y terminas sin confundirte con ella, el furor de tu sangre hirviendo de pasión y la excitación junto con el placer lujurioso recorre tu cuerpo tensando varios músculos, aunque de repente te corta la frialdad y sientes el caliente derrame de tu vida y al mismo tiempo la de Rebeca, no sabes que pasa pues tus ojos que antes tenían esa visión de tabú ahora están nublados por la cantidad de vida derramada, adviertes que la primera de las dos en recibir el frío abrazo es Rebeca, antes de que tú también te unas a ella, tus ojos se aclaran y se posan en mí, y tus oídos por fin ponen atención a mis versos que he hecho para ti mi esposa, mujer hermosa y finalmente mis palabras firman el fin de tu vida.
Ella está ahí al otro lado de la acera, en su oficina de trabajo poco moral, Rebeca, ese es su nombre, nombre que te impresiona y apasiona, en aquella casa todas las noches y sin falta, recibe a los recursos de su negocio. Sabes que no debes pero igual miras, la has visto ya más de una vez, con cada vistazo el agitado palpitar de tu corazón se acelera mucho más, evidenciado por el temblor de tus manos que se humedecen ante el furor de la excitación que recorre tu cuerpo el cual no es tranquilizado ni por los versos que tocan tu cuerpo.
Todas las noches te levantas y vas al cuarto con la ventana que tiene vista a la ventana al otro lado de la acera, ninguna de las dos cumple la misión de mantener secretas las cosas que pasan más adentro de ellas, según tu siempre te pozas en frente sin que nadie lo advierta y la miras, esa visión de tabú, esa visión de himeneo prohibido, esa visión de actos desinhibidos, Rebeca cada vez con otro comensal diferente, salvo unos dos o tres que ya son frecuentes, la miras y tus latidos se animan, los músculos de tu cuerpo se tensan todos ante aquella visión, es tanta tu concentración y excitación que tus sentidos te engañan, sientes el contacto de los cuerpos que ves como si fuera el tuyo con el de Rebeca, aunque solo ves el movimientos de sus labios, tus oídos te hacen creer que escuchas aquellos gemidos descontrolados que ahogan los versos que verdaderamente tocan tus oídos, esa visión de tabú, esa visión de himeneo prohibido hace líos en tu razón y sin que lo adviertas tus manos se activan, empiezan a hacer estragos con tu cuerpo, el cual recorren como si fuesen las manos de alguien más, y no, las tuyas. Tus manos traviesas, activan puntos sensibles que se conectan con tu boca produciendo ahogados y casi inaudibles sonidos, todo esto solo es reflejado por el candor de tus sienes y color rojizo de tu blanco rostro.
Ya no basta, la visión de tabú ya no es suficiente, la visión del himeneo prohibido ya no te satisface, tienes que dejar de mirar, sabes que observar es solo un bocado y tú quieres el plato completo, así que, en la próxima noche te resuelves, solo una calle te separa de tu placer, un placer de perdición te domina, cruzas la acera y entras al edificio donde no solo trabaja Rebeca sino que también unas otras a las cuales ni has advertido. Tus manos trastabillan violentamente al ver ese picaporte y sentir su relieve uniformar, por un segundo piensas en no entrar y volver a la normalidad como lo evidencia ese pierna traicionera que ya da un paso para atrás, pero, con renovada convicción giras el picaporte, entras al cuarto de la tentación, sin pensarlo más, dejas de solo tener esa visión de tabú, y sientes con tu propio cuerpo la delicia de aquel himeneo prohibido.
Tu cuerpo se des controla, las pocas regulaciones de tu razón son arrasadas por el rose del cuerpo de Rebeca, que llega hasta tu alma. Es tanta la pasión, que te fundes con ella en un acto de desprecio social en el cual es casi imposible saber dónde empiezas tú y terminas sin confundirte con ella, el furor de tu sangre hirviendo de pasión y la excitación junto con el placer lujurioso recorre tu cuerpo tensando varios músculos, aunque de repente te corta la frialdad y sientes el caliente derrame de tu vida y al mismo tiempo la de Rebeca, no sabes que pasa pues tus ojos que antes tenían esa visión de tabú ahora están nublados por la cantidad de vida derramada, adviertes que la primera de las dos en recibir el frío abrazo es Rebeca, antes de que tú también te unas a ella, tus ojos se aclaran y se posan en mí, y tus oídos por fin ponen atención a mis versos que he hecho para ti mi esposa, mujer hermosa y finalmente mis palabras firman el fin de tu vida.
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